Capítulo 3

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A eso de las tres de la tarde, llegamos a casa.

Estoy agotada y hambrienta. 

- Apresúrate Jessica, ya no aguanto.- Luke murmura con las manos en su parte baja y se menea de lado a lado desesperadamente.

Me río de él mientras intento encontrar la llave que abre la puerta.

- Carajo...- 

Mi tía se busca espacio entre nosotros y me arrancha las llaves de la mano. Saca una llave del montón y en segundos, estamos adentro.

Me dirijo a mi habitación. Cuando llego me quito los tacones, busco unos pantalones flojos, una sudadera y me los pongo. Me tiro boca arriba sobre el colchón y empiezo a planificar todo. 

Debo empezar a empacar lo más pronto posible.

Me levanto de la cama y me acerco a la estantería en la que se encuentran todos mis libros. Leo uno a uno los títulos y voy escogiendo los que quiero llevarme. Luego de agarrar al menos doce, los empiezo a meter una caja. 

Siguiente cosa que empacar: objetos de la habitación. 

Busco otra caja y meto ahí el portarretratos que veía esta mañana de mis padres y yo, un álbum de fotos y un pequeño oso de peluche que conservo desde que mi padre murió. Bajo del armario tres grandes maletas y recuerdo que la última vez que las use fue cuando mi tía me trajo a vivir a aquí. Dos horas después, ya tenía mis maletas repletas, me llevo todo excepto lo que ya no me queda. 

De repente unos crujidos en mi estómago hacen que recuerde que aún no he almorzado. 

Hago una mueca y salgo de la habitación, recorro el pasillo hasta llegar a las escaleras y luego bajo. Cuando estaba a punto de entrar a la cocina, escucho unos murmullos y risas provenientes de Luke y mi tía, deslizo mi oreja por la puerta y empiezo a escuchar atentamente.

- ¡Lo sé! - dice mi tía - es mejor que se vaya, todo es culpa de su madre, si tan solo no la hubiera abandonado.

- Sí, siento lástima por ella.- Murmura Luke y se me parte el corazón. 

Mi tía sigue añadiendo cosas a la conversación y yo ahogo un sollozo mientras las lágrimas empiezan a caer. 

- Ya vuelvo cariño, veré si Jessica quiere algo de comer.

Antes de que mi tía se levante, entro por la puerta echando humo por todos lados. 

- ¿De qué diablos me sirve tu lástima? Eres un idiota, jamás conseguirás que alguien te quiera, ¡nadie lo hará nunca! ¿quién podría ser tan estúpida para enamorarse de alguien como tú? No tienes la menor idea de cómo tratar a una mujer.

Mi tía se ríe y sale de la cocina dejándome a solas con Luke, así está mucho mejor.

- Jessica, sabes que no lo decía en serio.- Me río en su cara.

- Me diste la excusa perfecta para terminar esto, Luke. - Le digo y me doy vuelta para salir de ahí.

Tomo un abrigo que colgaba del perchero de la entrada y mientras me lo pongo, escucho una voz a mis espaldas.

- ¿A dónde crees que vas?

- Necesito aire fresco, tía Maggie.- Abro la puerta sin antes soltar un "hasta luego" y la brisa fría recorre mi rostro.

Camino hasta que llego a un parque en el que veo jugar a muchos niños, recorro toda la zona verde hasta que me adentro entre los árboles. 

Me quedo mirando un gran pino frente a mí y por alguna razón el color de sus hojas me recuerda a los  verdes ojos del amigo de mi primo, ¿cómo se llamaba? ¿Dallas?. 

Empiezo a regresar con mi mente al pasillo del edificio en el que lo vi y me doy cuenta de que es muy guapo. Arrugo la nariz al recordar lo grosero y mal educado que fue y niego con la cabeza. 

Alrededor de unos cuarenta minutos después, decido volver. 

Camino a casa veo un carrito de perros calientes y decido comprarme uno, muero del hambre. Cuando llego, Luke ya no está y no encuentro rastros de mis tíos tampoco hasta que escucho unos gritos venir del segundo piso. Subo las escaleras algo asustada y cuando logro escuchar claramente, me doy cuenta de que mi tío Louis está borracho.

- ¡Déjame solo, mujer!

- ¡Ella arruino nuestro matrimonio Louis, todo es su culpa! - Gritaba y sollozaba mi tía. 

- !No culpes a la chica! Tú eres quien se volvió una vieja amargada y odiosa.

Entro en mi habitación intentando ignorar sus gritos y reviso que todo esté listo para irme. Agarro mis maletas y me las arreglo para bajarlas por las escaleras, finalmente bajo las cajas y otras bolsas llenas de cosas que en realidad no me iban a servir mucho. 

De pronto, mi tía aparece en las escaleras con una apariencia fatal, llorando y con el rímel hasta las mejillas. 

- Vete cuando quieras - me tiende las llaves del auto - ya veré como recojo el auto de Los Ángeles.

Me toma un buen rato subir todo al auto pero en cuanto termino, estoy lista para viajar. 

Me gusta bastante conducir, aunque no lo hago mucho, mi tía siempre lo hace. El tío Louis me enseñó a conducir hace algunos años atrás. Después de conducir tres horas seguidas, cantando las canciones de la radio y comer papas fritas, estaciono el auto a fuera del edificio, tomo las llaves de mi nuevo departamento y me bajo del auto. 

- Buenas noches, señorita, bienvenida.- Le sonrío y le respondo emocionada.

- Jessica Price, un placer.

- Patrick Miller, el gusto es mío, señorita Price.- Me devuelve la sonrisa mientras me ayuda a cargar las maletas.

Mantenemos una animada conversación y al llegar a mi departamento le doy las gracias después de ofrecerle una propina, la cual rechazó. 

Hola nuevo hogar.

Cierro la puerta y voy corriendo hacia mi nueva habitación, me tiro en la cama gigante y busco el control de la televisión. Cuando estoy a punto de encenderla se escucha el timbre y me quedo en banco por un momento. 

Cuando abro la puerta me encuentro a dos chicas emocionadas.

- Hola, nueva vecina. Soy Avril, Avril Scott.- La chica de cabello negro se presenta emocionada y le sonrío. 

Es un poco más alta que yo, delgada, de ojos marrones, muy linda.

- Soy Terrie Steel, vinimos a darte la bienvenida.- Se dirige a mi la chica junto a Avril. 

Ella por otro lado, es de igual estatura que yo, ojos color miel, algo delgada, rubia como el Sol. 

- Gracias, yo... son casi las diez.- suelto un tanto incómoda para al final regañarme a mí misma mentalmente por ser descortés- ¿quieren pasar?

Ambas aceptan la invitación y entran emocionadas. Avril se sienta con calma mientras que Terrie empieza a caminar por toda la sala de un lado al otro. Empezamos a conversar y a pesar de que al principio me sentía extraña, empiezo a dejarme fluir y la tensión empieza a bajar.

- Y.... ¿a qué universidad irás?- Me pregunta Terrie sonriente.

- A la UCLA.

Me miran sorprendidas y de repente, las dos empiezan a gritar.

- Yo también voy a esa, Terrie no, ella estudia fotografía en un estudio cerca de aquí. - Me dice Avril.

Al menos ya conozco a alguien y no seré la típica chica rara sin amigos en la universidad.

Nos pasamos un par horas charlando, las chicas me agradaron bastante. Avril vive en el departamento de al lado y Terrie en un piso abajo. 

Finalmente, se van para dejarme descansar. Mañana será un nuevo día, arreglaré todo el desastre del departamento y luego iré a recorrer un poco la universidad. 

Estoy ansiosa.    

Inesperadamente EnamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora