Capítulo 35

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Dallas

Pudo haber sido Jade, su ex novio Luke, el tarado de Brown, Liam, incluso ese rarito con el que comparte clases o Megan. Cualquiera pudo haberla lastimado así, cualquiera pudo haberla avergonzado frente a todos, cualquiera pudo haberle dicho todas esas cosas que la rompieron, cualquiera pudo haberle quitado la virginidad y luego tirarla como si no valiera nada.

Pero lo hice yo.

Acabé con ella, con sus sentimientos, con su autoestima. Jessica confió en mí y le fallé. Corro hacia el mar y cuando llego a la orilla empiezo a patear la arena. 

Grito frustrado tirando de mi cabello.

¿Me gusta? ¡claro que me gusta, demonios! pero lo eché todo a perder. Soy un idiota.

- ¡Ya basta!- Le grito al dolor que siento en mi pecho. 

No lo iba a ser, juro que no lo iba a hacer. Todo fue culpa de mi miedo a enamorarme y ni siquiera me di cuenta de que ya me enamoré. Ojalá me hubiera dado cuenta antes, ella se fue, yo ya la perdí. Las lágrimas empiezan a resbalar por mis mejillas y no puedo detenerlas. El dolor me consume de a poco y siento como si tuviera el tiempo contado. Me acabo de dar cuenta de que cometí un error muy estúpido por darle a todos una imagen de mí que no es real.

Tan simple, tan asquerosamente simple, idiota, sin gracia, inútil e inservible; pero con ganas infinitas de quererla y que me quiera. Mandé a la mierda a la única chica que mandaba todo a la mierda por mí.

- Dallas, ya fue suficiente, sólo entra al auto y larguémonos de aquí. Ya está amaneciendo. 

- ¡Me importa un carajo!- Le grito furioso y Jade me mira aterrada.

- Vaya, ¿tanto te afectó? Bueno pues, en ese caso, aquí está tu dinero y...- Me acerco a ella con rapidez y le quito los billetes de la mano.

- ¿Dinero? ¿cuál dinero?- Pregunto mientras tiro de uno en uno cada billete hacia el mar.

- Como sea.- Voltea y se sube al auto en el que estaba Liam, Megan y Brown. Desaparecen por la carretera unos segundos después.

Me siento en la arena sin dejar de ver la Luna. La última vez que sentí algo como esto fue, bueno, fue hace mucho. ¿Dónde estará? No tengo ni la menor idea de cómo regresará a su casa, no sé donde pasará la noche ni siquiera sé a dónde se fue corriendo. Quiero buscarla pero sé que soy la última persona que quiere ver. ¿Y ahora cómo la dejo ir si con ella soy mejor? Ella me cambió. Dejé que mirara todas las partes de mí que no eran bonitas y con cada toque, ella las arregló. Desperdicié todo.

Me levanto luego de un par de horas y el Sol ya está empezando a salir. Camino hasta llegar a mi auto. No tengo sueño, solo tengo ganas de ver a Jess. Quiero decirle cuánto lo siento, quiero intentar darle una explicación.

Pero no pasará.

¿Aquí se acaba todo? Espero que no porque no le quiero decir adiós, no todavía.

Enciendo el auto y empiezo a conducir. Prendo la radio y suena "Sweater Weather". Golpeo el volante con fuerza, mis ojos se cristalizan al recordar una vez más que soy la peor persona que pudo llegar en su vida. 





Inesperadamente EnamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora