Jess
Me levanto de la arena y me sacudo un poco y empiezo a caminar. Me quedé despierta casi toda la noche. Mis ojos duelen y los siento más hinchados que nunca. Camino hasta que llego al lugar del que huí. Derramo una lágrima pero la limpio rápidamente, ya no quiero llorar más.
Entro al hotel y me encuentro a la recepcionista.
- ¿Dónde puedo tomar un autobús?- Le pregunto.
- Camina dos calles al fondo, giras a la derecha y verás un gran letrero.- Dijo rápidamente y asiento.
Salgo y sigo todas las indicaciones hasta que doy con el letrero. La gente me mira raro y me doy cuenta de que no llevo el mejor aspecto. Una chica con el vestido manchado y lleno de arena, el maquillaje corrido y los ojos tan hinchados como dos bolas de papa. Seguramente no es una buena imagen.
- Un boleto para Westwood, por favor.- Pido casi en un susurro y el anciano que atiende me lo da de inmediato después de cobrar.
Camino hasta una pequeña banca y me siento a esperar.
- Los jóvenes de ahora sufren mucho ¿eh? Hace cinco segundos me encontré a un joven con el mismo o peor aspecto que tú acabando a golpes el volante de un auto lujosísimo.- Volteo a ver y el que habla es el mismo anciano que me vendió los boletos de autobús.
- Dime, ¿por qué no veo una sonrisa en ese rostro decaído?- Pregunta.
Me quedo en silencio. No tenía ganas de hablar y mucho menos de lo sucedido.
Carraspeo.
– Cariño, pueda que sea muy anciano y no sepa cómo se maneja la juventud de ahora, pero hay que ser ciego para no saber cuando alguien está sufriendo por amor.
Bajo la cabeza y veo por el rabillo del ojo al anciano negando con la cabeza.
- Cuéntame qué sucedió.- Insiste ya sin rodeos.
- No sabía que querer a alguien duele tanto.
- Es un buen comienzo. Entonces, lo quieres.- Esa pregunta me la había hecho a mí misma miles de veces pero nunca supe que responder.
- Así es.
- Y ¿por qué no están juntos?
- Hay cosas para él más importantes que yo.- Mis ojos vuelven a cristalizarse y los cierro con fuerza.
- ¿Sabes? no hay nada más triste que ver a una chica tan hermosa como tú, aferrada a un hombre que no la quiere - comienza - pero algo me dice que este no es el caso.
Claro que es el caso. Él no sabe lo que sucedió, no sabe lo que me hizo.
- El destino no nos quiere juntos.- Lo digo más para mí que para él.
- Alguien no llegan así nada más a la vida de otra persona.
- ¿Y si solo llegó para hacerme daño?
- Pues no se encuentran las mismas personas dos veces.
- Esa es la idea.
El autobús llega y me pongo de pie.
- No olvides que todos cometemos errores. Sea como sea, debe haber una explicación.- Me guiña un ojo.
Duermo todo el camino y dos horas después llego. Entro al edificio moribunda y veo a Patrick.
Se acerca a mí de inmediato y me envuelve en un abrazo. Empiezo a llorar de nuevo, de forma desesperada y dolorosa.
Patrick y Bruno son lo único que me queda. Ya no tengo a Emma, Terrie, Avril, ni a Jake, ni a... Dallas.
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Inesperadamente Enamorados
Teen FictionNos equivocamos al decir que nos odiábamos, porque nos amábamos y no lo sabíamos... Dos personas completamente diferentes, Dos caminos distintos que seguir, Dos vidas complicadas que vivir. Destinados a enamorarse, juntos experimentarán cosas que n...