Capítulo 12

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Jess

Definitivamente perdí la cabeza.

¿Por qué me besó?

Son las seis de la mañana y no he podido dormir. Mañana empieza la universidad y tengo toda mi cabeza hecha un lío. 

Me levanto de la cama y decido meterme en el baño. Me quito la ropa y me meto a la ducha. Mientras enjuago mi cabello, cierro los ojos y las imágenes de la noche anterior no tardan en aparecer. Las grandes manos de Dallas tomando mi cintura con fuerza, su cuerpo pegado al mío, sus labios con sabor a menta sobre los míos, las respiraciones agitadas y las ganas de pegarlo aún más a mí. 

Sacudo la cabeza para despejar mi mente. Cuando termino, salgo para envolver una toalla en mi cabello y otra en mi cuerpo. Al volver a la habitación, pego un grito cuando me encuentro con Dallas recostado en mi cama mirando la televisión. 

- ¡Dallas! - Le grito desesperada.

- ¿Me acompañas a un lugar hoy?- Pregunta. 

Lleva puesto una sudadera azul que por alguna razón, le queda demasiado perfecta. 

- No, ¡sal de mi habitación!

- Como quieras.- Se levanta de la cama. - encontraré a alguien que quiera ir conmigo. 

- Suerte con eso. 

- Así no me gusta que me deseen suerte.- Sonríe juguetón y frunzo el ceño.

-Dallas.- Empiezo pero me interrumpe.

-Bueno, ya - levanta las manos en forma de rendición- solo quería repetir lo de ayer pero está bien.

- ¡Basta! - Arrugo la nariz y le doy un empujón mientras él se echa a reír - vete.

Niega con la cabeza. 

- En realidad, vine a devolverte esto.- saca de un bolsillo mi celular e intento tomarlo enseguida pero estira su brazo y no lo logro alcanzar. 

- No es gracioso, Dallas.

- Acepta acompañarme y te lo devuelvo.- Propone. 

-¡No!- Intento saltar y luchar por mi celular pero no sirve de nada.

-Bien, adiós.- Se dispone a salir pero lo detengo.

- Espera. 

- ¿Sí? - Agarra el pomo de la puerta, escondiendo su sonrisa victoriosa debajo de su expresión curiosa. 

-Trato.

No me da tiempo de reaccionar cuando se acerca a mí en un mini cerrar de ojos y me clava un pico rápido en los labios. Siento un bulto entre mis pechos y me aparto enseguida. 

- No descuides tu celular.- Me susurra después de colocar el aparato en medio de mis pechos y la toalla que los cubre. 

No sé por qué cosa estar más asustada. 

Saco del armario lo que voy a usar y me meto en el baño para cambiarme. 

- Vamos.- Le digo cuando estoy lista.

Salimos de ahí y me siento más incómoda que nunca. Sl llegar a la primera planta, veo a Patrick limpiando el mostrador. Cuando me ve alza la mano en forma de saludo y sonríe.

- Buenos días, Jessie.

- Hola, Patrick.- Le devuelvo el gesto.

- Patrick, ¿sabes dónde estacionó mi padre el auto?- Dallas pregunta.

- Uno de los encargados del parqueo lo dejó afuera del edificio.

- ¿Otra vez? Si le encuentro otro rayón le diré a mi padre que lo descuente de tu salario.- Frunzo el ceño, ¿cómo puede ser tan descortés? 

Patrick se ríe y luego saluda con un puño a Dallas. 

Cuando salimos, veo su auto y me subo en el asiento del copiloto.

- ¿Qué fue eso?

- ¿A qué te refieres?- Contesta.

- ¿Patrick, el salario, tu padre? 

- Era una broma, es uno de los empleados más antiguos, lo conozco desde que era una cría. Jamás le bajarían un centavo de su salario. 

- ¿Tu padre es el dueño de edificio?- Me quedo sorprendida.

- Sí, Jess. 

- ¿Qué? - Necesito escucharlo otra vez. 

- Que sí. 

- No, ¿acabas de decirme Jess? - Sonrío, nadie me había dicho así. 

- No lo volveré a hacer.- Dice y empezamos a andar.

- De hecho, sí me gusta.

Mientras me pongo el cinturón de seguridad me doy cuenta de que él no lleva puesto el suyo así que me inclino y le ayudo a ponérselo. 

- ¿Pero qué...?- Me mira por un segundo y luego sigue mirando hacia el frente aún con el ceño fruncido.

- Olvidaste el cinturón de seguridad.

- No lo hice, no me gusta usarlo.- Responde.

- Pues debes hacerlo - contesto - ¿a dónde vamos? 

Sonríe y no puedo evitar sonreír también, aunque no conozco la razón.  

Inesperadamente EnamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora