Abro mis ojos y me estiro hacia la mesita de noche para apagar la alarma de mi celular. Deslizo con mi dedo índice la pantalla y sin querer se me cae al suelo. Me quito las cobijas de encima y a regañadientes me levanto y lo recojo.
De pronto escucho el sonido de los tacones de mi tía subiendo apresurada por las escaleras.
- ¡Jessica! La alarma de tu teléfono ya sonó niña, levántate.
A penas son las siete de la mañana y sus gritos ya empiezan a estresarme.
Reviso mi celular para comprobar que no tiene daños y entonces se abre la puerta de mi dormitorio de golpe.
- ¿Estás sorda? - Tiene sus manos apoyadas a la cintura, las cejas enarcadas y las mejillas rojas de sorpresa al darse cuenta que ya estaba de pie.
Lleva puesto un vestido blanco floreado, tacones rojos y su cabello corto está peinado a la perfección, totalmente liso.
- Ya estoy despierta, tía Maggie.- Desvío la mirada y observo junto a mi cama el portarretratos de mamá, papá y una pequeña yo.
Dicho esto, sale de la habitación sin antes gritar de nuevo, pero esta vez, ordenándome que baje a desayunar.
Mi tía Maggie es muy estricta. Desde que vivo con ella y su esposo, mi vida ha sido un infierno de reglas y normas que cumplir, la mayoría no me preocupan tanto porque tienen que ver con la vida social y la verdad, no soy alguien por quien la gente se muere por rodear. Sin embargo, hay una con la que me obsesiono cada día y aunque suene cliché, son mis calificaciones.
Busco rápidamente algo con qué agarrarme el cabello y me hago un moño mientras me miro en el espejo. No tardo en notar lo mucho que me parezco a mi madre. El cabello castaño claro, la nariz delgada, los labios ligeramente gruesos, la piel a penas bronceada y lo único que rescaté de mi padre son los grandes ojos verde grisáceos que tanto lo hacían distinguir.
Ojalá alguien se fijara en los míos.
Bajo a la cocina y me siento en la mesa junto a mi tío Louis.
- Buen día.- Saludo educadamente a mi tío mientras él se remueve en su silla incómodo.
Luego de unos minutos mi tía nos acompaña en la mesa, nos sirve un plato de huevos revueltos y una taza de café.
- ¿Y bien?- La miro sin saber a qué se refiere, ella nota mi confusión y continúa hablando. - ¿Lista para ir a buscar departamento?- Me muerdo el labio inferior para reprimir una sonrisa.
Por fin me voy.
- He estado lista desde que llegué aquí.- Estiro mi mano para agarrar el tazón de azúcar
Mi tía eleva una de sus cejas y mi tío no ha levantado la mirada ni un segundo de su plato.
Me relamo los labios nerviosa y tomo un sorbo de café mientras los recuerdos invaden mi mente una y otra vez.
- ¡Jessica! Te estoy hablando.
Me obligo a salir de mis pensamientos y miro a mi tía, mis manos tiemblan y se me resbala la taza de las manos.
- Lo-lo siento mucho, yo...- Como era de esperarse, antes de poder terminar la oración, siento una mano estampar mi mejilla.
- Lava los platos, báñate y alístate, nos espera un viaje de tres horas.- Es lo último que me dice antes de salir de la cocina y detrás de ella mi tío.
Lavo los platos lo más rápido que puedo y luego subo corriendo hacia mi habitación. Agarro unas toallas del armario y me meto en el baño. Me deshago de la ropa y me pierdo en la deliciosa sensación del agua caliente que empieza a caer sobre mi cuerpo, luego de diez minutos salgo de la ducha y me dirijo directamente a mi armario.
Encuentro una falda lisa azul marino y una camisa blanca de botones grises. Agarro una chaqueta muy formal del mismo color que la falda y acomodo todo para plancharlo. Cuando termino, me coloco un conjunto blanco de ropa interior, me abotono la camisa y me meto en la falda, por último, me pongo la chaqueta y unos tacones blancos.
Me siento enfrente del espejo y empiezo a maquillarme un poco. Me rizo las pestañas, las baño en rímel, me delineo los ojos, coloco un poco de rubor en mis mejillas y les doy un poco de color a mis labios con labial rosa.
- Jessica, alguien vino a verte.- Escucho decir a mi tía. Seguramente es Luke.
Luke es mi novio, es bastante simpático. El chico viene de una familia demasiado perfecta y esa debe ser la razón por la cual mi tía Maggie siempre me compara con él.
He salido con él desde hace 6 meses y debo admitir que ya estoy un poco cansada. Es demasiado parecido a mi tía, aburrido, y no creo que sea mi tipo. A pesar de que no sé cuál es mi tipo porque no he conocido a muchos chicos, ninguno se me había acercado con esas intenciones a excepción de Luke.
No soy la clase de chica que llama la atención con sus vestidos cortos. Soy de las que se sientan en las primeras filas de la clase, las que no hablan y escriben cada palabra que el profesor dice, soy de las que viste ropa que no muestra mucha piel. Suena aburrido pero es a lo que te acostumbras cuando vives bajo el mismo techo que una mujer a la que todo lo parece incorrecto.
Plot twist: jamás he dado mi primer beso.
Es decir, jamás me han dado un beso real, ese tipo de besos que te dejan sin respiración, no lo sé, los piquitos que Luke me da de vez en cuando, son tiernos pero no considero que son de los que te hacen tener ganas de más. No son besos de verdad.
- Toc toc, Jessica, ¿puedes darte prisa? tus tíos esperan en el auto.
Pongo los ojos en blanco y me acerco hasta la puerta para hacer entrar a mi fantástico novio a mi habitación.
- No me gusta esa falda, Jessica.- Se quita los lentes y empieza a limpiarlos con un pañuelo mientras niega con la cabeza.
- A mí sí, Luke.
Tomo mi bolso y salgo de la habitación mientras él me sigue por detrás.
Este será un largo viaje.
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Inesperadamente Enamorados
Roman pour AdolescentsNos equivocamos al decir que nos odiábamos, porque nos amábamos y no lo sabíamos... Dos personas completamente diferentes, Dos caminos distintos que seguir, Dos vidas complicadas que vivir. Destinados a enamorarse, juntos experimentarán cosas que n...