Capítulo 50

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Jess

- ¿Y todo eso que es?- Pregunta Dallas sonriendo cuando entro a su habitación con las cajas de comida en las manos.

- Bueno, mientras te fuiste pensé que deberíamos empezar a organizar todo para la boda y no encontré mejor manera de hacerlo que sentándonos a comer un montón de cosas.

Su mirada se dirige a la alfombra en la que estaba sentada y donde hay un montón de hojas.

- Lista de invitados...- lee en una de las hojas cuando se acerca – tomaré esta.

Empieza a caminar por la habitación.

- Dallas, no se te ocurra...- Le grito y como él es muy alto, la levanta mientras yo intento saltar para alcanzarla.

- Bruno D'amico, Jazmin Pool, Lucas Grey...- Va susurrando los nombres - Da...- Ahí se detiene y entonces su sonrisa de diversión desaparece mientras me quedo completamente quieta sabiendo muy bien el por qué.

- Dallas.

- ¿Dalia Brett?- Baja la hoja y me mira furioso -¿piensas invitar a mi hermana?

- Pienso invitar a toda tu familia.

- Ni siquiera lo pienses, Jessica. Esto no te lo voy a permitir, yo también debo tener una lista de invitados y en la única lista en la que estará Dalia será en la de "queridísimos familiares a los que no invitaré a mi boda"- Lo miro seriamente y me cruzo de brazos.

-¡Dallas, es tu familia!- Lo regaño.

- ¿De verdad? no tenía idea. - Responde sarcásticamente y pongo los ojos en blanco.

- Serán mis invitados y quiero que asistan.

- Jessica, si los invitas, yo...- Amenaza

- ¡Tú que! – Lo invito a continuar.

- ¡No me casaré contigo!

Lo miro impresionada y mi boca se abre ligeramente. Trago saliva y mis ojos se llenan de agua en segundos. Asiento con la cabeza varias veces seguidas.

- No, espera, no quise decir eso.- Empieza.

- Lo sé.- Digo limpiando una lágrima. 

- Jess, no los quiero ver en el momento más feliz de mi vida, no quiero que estén ahí porque cuando los necesité, cuando más los necesité, decidieron crear una mentira y hacerme daño.- Sus ojos se cristalizaron y me sentí mal por él.

Le abrazo y segundo después él me abraza también.

- Aún así, no creo que alguno de ellos vaya a asistir.- Sonrío.

- Tú no sabrás eso si no los invitas.- Le doy un corto beso de emoción y vuelvo a sentarme en la alfombra a seguir haciendo lo que hacía, preparar.

- Bueno y, ¿cuándo será la boda?- Pregunta Dallas un poco sonrojado y me rio.

Se sienta a mi lado.

- Como en un mes, después de fin de año, cariño.- De repente siento sus labios sobre los míos y me quedo analizando la situación durante unos segundos pero luego reacciono y le sigo el beso.

- ¡Hay mucho que hacer!- Le regaño entre risas.

- Bien, en la noche me desquito.

Más tarde, salimos a dar una vuelta en su auto. Decidimos ir a la heladería a la que me llevó cuando todo esto estaba empezando. Ese fue un lindo día. Nos sentamos en la misma mesa en la que nos sentamos esa vez.

-¿Sabes algo que me gusta recordar?- Dallas se pasa la lengua por los labios y levanto una ceja.

- ¿Qué?

- Cuando intentaste besarme justo allí.- Señala la parte del extenso jardín, justo donde sucedió.

- ¡No intenté besarte!- Miento y golpeo su hombro levemente.

Ese día yo ya sabía cuánto me gustaba, y aunque me costaba aceptarlo, ya era demasiado tarde para evitar pensar que lo quería solo para mí. No voy a olvidar que me di cuenta justo ahí que mis labios no querían probar otros besos que no fueran los suyos. 

- Deja de negarlo, lo supe por la forma en la que me miraste.- Me guiña un ojo y muerdo mi labio.

- Iré por los helados, ¿sabor?- Me levanto de la mesa para evitar esa conversación.

- ¡Chocolate!- Responde haciendo un puchero y sonrío.

Hago la fila y recibo mis helados pero cuando volteo para dirigirme a mi mesa, alguien choca conmigo.

-¡Ay! ¡Lo siento tanto!- Me disculpo al notar que le he manchado la falda con mi helado de chicle.

Y entonces, me doy cuenta de que a esa falda ya la había visto antes. Levanto la mirada y aunque me tiemblan las manos, ya no causa el miedo que causaba en mí. Ya no me intimida más, ya ha pasado casi un año. 

- Vaya.- Sonríe.

- Tía Maggie.

- Qué pequeño es el mundo, ¿no?

- Sí, lo es.- Aparece Dallas de repente y siento un gran alivio.

- ¿Entonces siguen juntos?- suelta en tono burlón - oh, veamos cuánto dura. 

Dallas se echa a reír.

- ¿Qué es tan gracioso?-Pregunta mi tía y ahí es cuando hablo yo.

Mi tía nunca ha confiado en mí, nunca ha creído en que puedo tener un futuro, en que puedo salir adelante sin ayuda de nadie. Ella siempre me vio como una niña huérfana, totalmente quebrantada. Hoy, estoy a punto de convertirme en la esposa de alguien y tendré una familia, un futuro, un matrimonio feliz y una vida muy estable de la que ella no será parte. 

- Estamos comprometidos, así que no esperes mucho. 

Su mandíbula casi cae al piso y se pone pálida. No se lo esperaba.

- ¡Te volviste loca! ¿un futuro, Jessica? ¿un futuro con él? Esperaba más de ti, cuanto lo siento.- Es lo último que dice antes de irse. 

Dallas toma su helado y me guía hasta la mesa. 

- Te amo.- Me mira sonriente, orgulloso de mí.

- Yo te amo a ti.

Inesperadamente EnamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora