En un intento por abrir mis ojos perezosos, doy vuelta en la cama y cuando los abro me sobresalto al ver a alguien a mi lado.
Oh por Dios.
- ¡Despierta! ¡fuera de aquí! - Chillo al ver a Dallas durmiendo a mi lado boca abajo.
Tiene los labios ligeramente abiertos, el cabello alborotado y la espalda descubierta. Sus brazos se mueven torpemente debajo de la almohada y sus cejas se fruncen al escuchar mi voz. Entre sus omóplatos veo tatuado un trébol de cuatro hojas, me llama la atención otro en su hombro izquierdo que lleva la palabra "twin" y cuando miro más abajo me encuentro con algunos tatuajes más a lo largo de su brazo.
Es sexy, no lo niego.
Lo sacudo un poco, pero lo único que consigo es un gruño de su parte.
- Vete de aquí, ¿qué estás haciendo en mi cama? - Lo vuelvo a sacudir y noto que sus párpados están luchando por abrirse.
Mi impaciencia no tarda en hacerse presente, por lo que me levanto hasta quedar sentada y empiezo a sacudirlo mucho más fuerte.
- Para, para, ¡para! - Se levanta un poco apoyando su peso sobre los codos, aún boca abajo. - ¿puedes dejarme dormir?
- ¿Puedes salir de mi habitación? - Tomo la almohada en la que su cabeza reposaba y se la quito.
Me rio al ver cómo su cabeza cae al colchón bruscamente cuando aparto la almohada.
- ¡Maldición! ¿Por qué eres tan irritante?
Se acomoda colocando su espalda en la cabecera de la cama y ahora sí tengo buena vista de su abdomen. Dallas me mira enarcando una ceja y me sonrojo enseguida, a veces mi inocencia no ayuda.
- ¿Qué me paso aquí? - Hace una mueca de dolor y señala con su dedo la herida cubierta de su abdomen.
- Avril dijo que intentaron apuñalarte con una navaja o algo así.
- Ah.
Muerdo mi labio inferior y me dispongo a ponerme de pie.
- Linda tu pijama.- Sonríe.
Llevo una pijama horrenda y ni siquiera me percaté de ello. De lo que sí me percato en cuanto habla de mi pijama es de mis pechos al aire debajo de mi sudadera, ¿qué mujer en su sano juicio duerme con sostén?
Me llevo por instinto las manos a ellos con el fin de cubrirlos. Dallas levanta las cejas con arrogancia.
- Tranquila, es lo que menos me atrae de ti.- Aprieto mi mandíbula, ouch.
Salgo de la habitación y camino hacia la cocina. Me merezco un buen desayuno.
Busco la caja de cereales, leche, un banano y me siento en la mesa de la cocina.
- ¿Ya te vas? - Sonrío burlona al ver a Dallas caminar frente a mí.
- Así es.- Hace una mueca de desagrado y me llevo a la boca un poco de cereal.
- Oh, ¿de verdad? ya era hora.- Rueda los ojos y unos minutos después finalmente se va.
Al cabo de unas horas estoy lista para salir a caminar. Miro la pantalla de mi celular y el reloj marca las once de la mañana. Echo llave a la puerta y luego camino hacia el ascensor.
- Señorita Price, buenos días.- Saluda Patrick, el recepcionista, en cuánto me ve salir del ascensor.
- Señor Miller, ¿no? - Asiente alegremente y le estrecho la mano.
- Solo Patrick.- Me sonríe.
- Solo Jessica.- Respondo.
- ¿Cómo estuvo su noche? - Pregunta amablemente.
- ¿Son permitidas las fiestas aquí?- Patrick se ríe y luego me le uno.
- El joven que las organiza es hijo del dueño del edificio, supongo que eso significa que está permitido.
Grandioso. Nótese mi sarcasmo.
Me quedo charlando un poco con Patrick, le comento acerca de mis planes para la universidad y el trabajo. Me aconseja un par de cosas y me da los nombres de varios lugares en los que podría conseguir empleo. Él comenta que es soltero y que trabaja para ayudarle a su madre con las cuentas, al parecer le pagan muy bien siendo el recepcionista.
Luego de despedirme de Patrick, empiezo a recorrer las calles que memoricé cuando iba en el de Jake. Hay muchas tiendas de ropa y restaurantes. Es una buena zona para ir de compras así que aprovecho. Entro a Forever 21 con el fin de cambiar un poco de estilo así que empiezo a probarme ropa, cosas nuevas, algunos pantalones, un par de tenis, chompas y blusas más informales que las que uso diariamente.
Al terminar, decido regresar al edificio para dejar las compras y preparar algo para almorzar. Cuando llego, lucho un poco por abrir la puerta debido al montón de bolsas que no se me ocurrieron colocar en el suelo.
En cuento logro entrar y cerrar la puerta a mis espaldas, suena el timbre.
- ¿Lista?
Al abrir la puerta veo a Dallas de pie frente a mí con las manos en los bolsillos y la expresión seria que, desde que lo conocí, lleva en el rostro.
- ¿Lista?- Pregunto haciéndome la desentendida.
- Te dije que había un almuerzo hoy.- Me mira fulminante.
- No.
- ¿No?
- No quiero, no voy a ir, Dallas.
Se echa a reír.
- Te espero en el auto.
- ¡Que no voy a ir! - Le grito y él sonríe, ¿por qué sonríe?
- Será mejor que te cambies de ropa, con esa falda horrorosa no te voy a llevar en mi auto.
Me miro la falda que llevo puesta y me siento ofendida, a mí si me gusta. Me cruzo de brazos furiosa y cuando me doy cuenta él ya esta fuera del departamento.
- ¡Dallas! - Grito a pesar de que sé que ya salió.
Saco de una de las bolsas unos jeans que compré y me lo pongo rápidamente, corro hacia el armario, saco una blusa de tirantes de color azul y al final unos zapatos que hacen juego. Salgo y bajo a la primera planta a toda prisa. Empiezo a caminar despacio en cuanto veo a Dallas.
Mis ojos se abren como platos al ver un Porsche negro esperándome a su lado.
El chico misterioso presiona el botón del seguro y entro al auto, hoy soy copiloto. El perfume de Dallas inunda mis fosas nasales y me doy cuenta que es lo único que me agrada de él: su olor.
Desvío la mirada hacia la ventana y me abrocho el cinturón cuando el auto se pone en marcha. Lo único pasa por mi mente ahora es ¿por qué acepté venir?
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Inesperadamente Enamorados
Teen FictionNos equivocamos al decir que nos odiábamos, porque nos amábamos y no lo sabíamos... Dos personas completamente diferentes, Dos caminos distintos que seguir, Dos vidas complicadas que vivir. Destinados a enamorarse, juntos experimentarán cosas que n...