Atrévete a quererme

Capítulo 25

*Contiene escenas fuertes...*

Jugueteaba con su boca, le metía la lengua, mordía sus labios, sus lenguas se entrelazaban, Silvia le correspondía de la misma manera.

Ger al notar lo nerviosa que estaba, separó ligeramente sus labios y la miró fijamente.

-GER: ¿Me deseas tanto cómo yo a ti?

Silv movió la cabeza diciéndole "sí" pero ninguna palabra le salía.

Lentamente se le acercó y empezó a besarla mientras le quitaba la blusa, no aguantaba la hora de acariciar su hermosa piel. Sin separar su boca a la de ella le quitó el sujetador liberando sus senos, jugaba con ellos, después suavemente bajo su mano y le quitó el short, cuando iba a quitarle la braga, Silv se separó de sus labios, con la mirada nerviosa le detuvo quitando su mano, él de una vez entendía lo que estaba pasando, cogió su cara para mirarla fijamente y le susurró

-Confía en mí.

Con esas palabras Silvia soltó su mano dejándolo continuar, le quito la braga, una vez desnuda, se la acostó para leer cada esquina de su cuerpo, Silvia se sentía un poco avergonzada, cogió la sábana para cubrirse cuando Ger le pidió casi suplicando

-GER: Por favor, déjame contemplarte

Pero a ella le parecía injusto que él seguía vestido aún, se levantó para quitarle la camisa pero él la detuvo susurrando con su voz excitada

-GER: no te esfuerces amor, yo puedo.

Él mismo se quitó todo hasta quedarse completamente desnudo, lentamente se lanzó encima de ella, al fin estaban desnudos disfrutando del contacto de su piel, la besaba en el cuello, en la boca, en la cara... Y ella besaba su pecho con mucha pasión, ese pecho que tanto deseaba por fin lo estaba saboreando.
Mientras que él le decía con la voz cortada "eres tan hermosa" fue bajando pasando por sus senos, comenzó a besarlos tiernamente, bajó más dibujando un camino de besos hasta llegar a su ombligo, Silvia no podía creer el placer que estaba sintiendo en ese momento, comenzó a gemir fuerte y a morderse los labios mientras susurraba "Yo también te amo Ger, yo también" al escuchar esas palabras Ger sonrió y tocó con su mano los dulces labios de su actriz preferida, de su amor, de la mujer que eligió para cuidar y estar con ella para toda la vida.

Silv le besó los dedos, mientras seguían con las caricias, Ger ya estaba muy excitado, la besó apasionadamente y mirándola con un profundo amor en los ojos, separó sus piernas para poder entrar en ella suavemente hasta que decidió acelerar el ritmo, los dos gemían, Silvia ya no se sentía avergonzada, estaba muy excitada, mordía sus labios para no gritar y acariciaba la espalda de Ger que continuaba moviéndose, seguía entrando y saliendo dentro de ella hasta llegar al orgasmo más intenso que había sentido.

Ambos estaban sudados, Ger aún seguía recostado sobre su pecho, sintiendo como su respiración se agitaba, volvió a besarla y le susurro a los oídos Te amo mi amor.

Unas lágrimas caían en las mejillas de Silvia haciendo preocupar a Ger, se separó de ella para sentarse y la sentó delante de él, rodeando su cuello con los brazos mientras le daba infinitos besos le preguntó

-GER: ¿te lastimé? Yo sé que estabas enferma, per...

Silvia giró la cabeza para callarlo con un beso susurrando

-SILV: no me lastimaste, me curaste.

Ger otra vez la besó, pero era un beso más calmado ya que él no quería abusar.

-GER: no sabes las ganas que tenía de tenerte así en mis brazos.

-SILV: yo también mi cielo. (Contestó recuperando su respiración)
-GER: ¿estás segura que te sientes bien?
-SILV: sí amor, de tan sólo saber que no tienes otra mujer, me curó por completo. (Sonrió mientras acariciaba sus brazos que rodeaban su cuello aún)
-GER: ¿Cómo voy a tener otra mujer si en ti he encontrado lo que nunca había encontrado en ninguna mujer?

Ella giró por completo para mirarlo fijamente antes de besarlo y susurró

-SILV: Te amo tanto Gerardo Casanova, gracias por hacerme tan feliz.
-GER: tú Angélica Barva, tú me haces muy pero muy feliz.

Los dos se acostaron, Silvia puso sus piernas sobre Ger, él las acariciaba mientras la besaba una y otra vez. Silv terminó un poco agotada, entre los brazos de Ger se cerraban sus ojos.

-GER: mi amor, déjame vestirte antes que duermas, porque tu mamá no debe de tardar.
-SILV: es culpa de una pastilla que ella me dio.
(Le contestó con una sonrisa brillante.)

Lentamente y con pequeñas caricias Ger la vistió y la recostó con un beso, ella le respondió con otro beso y poco a poco se quedó completamente dormida.

Avance del capítulo 26:

-Doña SILV: chiquita tranquilízate, debes comer antes después lo buscas.

Era inútil porque Silvia ya lo había encontrado, era una rosa con una aroma deliciosa y ahí también tenía una nota que decía...