Atrévete a quererme

Capítulo 70

Varios días habían pasado, Silvia ya comenzaba con las grabaciones, estaba muy enamorada de Ana Leal, su personaje, pero mucho más de la historia.
Las buenas vibras, y la ansiedad del NT de verla en ésta nueva novela, la motivaba a dar lo mejor de sí.

Ese día, luego de grabar unas escenas muy intensas, entre ellas, donde Ana llora mucho porque supuestamente se le había perdido la guitarra de su mamá, el único objeto que se le había quedado de ella, quien la abandonó por una razón muy fuerte.
Silvia regresó a su camerino junto a Fabiola que no dejaba de hablar.

-FABI: Silvia, no sabes el gusto que siento de trabajar contigo.
-SILV: Yo también mi loquita, ya nos tocaba y vaya escena que acabamos de hacer, Jesús.
-FABI: una escena para comprobar otra vez que eres un pedazo de actriz.
-SILV: Ay, mi Fabiola, qué cosas dices (Le contestó con una sonrisa nerviosa)
-FABI: yo sólo digo la verdad, por cierto cuéntame ¿cómo está Gerardo, tu pareja?
-SILV: él está bien, por cierto, él me va a venir a buscar hoy, ahora debe estar abrazando a su hermana en el aeropuerto.
-FABI: ¿dónde estaba su hermana?
-SILV: es una historia verdaderamente larga, después te la cuento porque ya van a llamar a Ana y Jenni para las próximas escenas (Soltó una carcajada)
-FABI: esto sí, mejor vamos a prepararnos.

Se levantaron y fueron a revisar su guión esperando su llamado.

Pasaron las horas y Silvia por fin había terminado con las grabaciones, cuando llegó a su camerino para que pudiera esperar a Gerardo ahí, ya era demasiado tarde ya que Gerardo junto a su hermana y su sobrina, la estaban esperando.

-SILV: woooow! Asi que me vino a buscar la familia completa. (Se acercó a ellos para besarlos uno por uno y a Verónica le dio un abrazo, el cuál ella respondió de la misma manera)
-GER: así es amor.
-VAL: sííííí, ya llegó mi mamá.
-SILV: ay princesa, yo sé cómo la extrañabas.
-GER: ¿Y si vamos a la casa? Vero necesita tomarse un baño y acostarse un poquito.
-SILV: sí, pero ¿en la tuya?
-GER: sí mi cielo, hoy quiero que te quedes a dormir conmigo.
-VAL: sí mi persona favorita, di que sí, por favooor.
-VERO: no es mala idea Silvia, yo me uno a la súplica.
-SILV: no se vale jajajaj, ustedes hacen trampa pero que más, sí (Les contestó con una sonrisa)
-VALE: yupiiii.

Los cuatro salieron del camerino sonriendo y platicando. Mientras caminaban en el pasillo, hacia el carro, Ger notó que alguien faltaba y ese alguien no era nadie más que Valentina.
-GER: ¿Dónde está la señorita Valentina Casanova?
-SILV: pero, ella estaba aquí mismo caminando cerca de nosotros, déjame ir a checar atrás.

Se dio la vuelta dejando a Gerardo y Verónica esperándola.
Al retrasar unos pasos, a su gran sorpresa vio a Valentina en medio de los gemelos platicando y riéndose, con una sonrisa se les acercó.

-SILV: Val ¿por qué te quedaste atrás sin decirnos nada?
-VAL: yo no fui, éstos chicos me llamaron.
-SILV: éstos chicos se llaman Manuel y Pablo.
-VAL: Ahh, adiós Manuel, adiós Pablo.
-GEMELOS: adiós Valentina.

Silvia tomó su mano y la llevó hacia Gerardo y Verónica que estaban esperándolas desesperados.
-GER: ¿Por qué lo hiciste Val?
-VAL: es que...
-SILV: ya arreglé todo mi cielo, ya vamos.

Sin soltar una palabra en el camino, llegaron a la casa.
Después de cenar, Gerardo fue con Valentina a su cuarto para contarle una historia antes de dormir, mientras que Silvia fue al cuarto de Verónica con ella.
-SILV: ¿Cómo te sientes ahora? (Se sentó en un sillón que estaba cerca de la cama)
-VERO: mucho mejor Silvia, gracias por todo...
-SILV: ¿Por todo?
-VERO: sí, por tener la valentía de perdonarme después de todas mis tonterías.
-SILV: tranquila mi vida, en el fondo, yo sabía que no eras mala.
-VERO: también gracias por querer tanto a Valentina.
-SILV: ¿Quién no quiere a Valentina? (Sonrío) Valentina es una niña tan simpática que es imposible no quererla, gracias a ti por criarla así. ¿Te puedo preguntar algo?
-VERO: sí, obvio.
-SILV: ¿Te dolió mucho que Valentina supuestamente no tiene padre?
-VERO: ¿Supuestamente?
-SILV: sí, supuestamente, porque él está viviendo ¿no?
-VERO: bueno sí, y sí, me dolió y me sigue doliendo mucho porque yo le di todo de mí.
-SILV: vamos a suponer que un día como éste, él reaparece en tu vida, o simplemente lo tienes frente de ti ¿Qué le dirías?
-VERO: ay Silvia (se paró y comenzó a pasearse en la habitación) yo no sé (Suspiró) Tal vez le diría tantas cosas...
-SILV: ¿Cómo cuáles?
-VERO: como...

En éste momento, Gerardo tocó la puerta pero al notar que nadie le hacía caso, la abrió.

-GER: ¿De qué hablan tanto estas hermosas mujeres?
-SILV: pues...Estas hermosas mujeres hablan cosas de mujeres jajaj
-GER: ¿es una respuesta para que me salga?
-SILV: no mi cielo, espérame (Giró la cabeza hacia Verónica) Vero, hablamos de esto otro día.

Verónica le dijo sí con un movimiento de la cabeza mientras veía como ellos salían de su habitación.

Al salir, Silvia iba en la dirección de la sala, cuando sintió la mano de Gerardo deteniéndola, la llevo hacia él y la agarro por la cintura.
-SILV: ¿Quééé?
-GER: ¿A dónde ibas señorita Navarro?
-SILV: mhhh ¿A mirar la televisión?
-GER: ¿Por qué?
-SILV: ¿Será porque estoy aburrida?
-GER: ¿Me estás diciendo aburrido? (Le preguntó haciéndose el enojado)
-SILV: no señor Casanova.
-GER: Entonces ¿Y si nos vamos a mi habitación? Creo que mi cama te extraña (La miró con una mirada pervertida)
-SILV: ¿Es una invitación señor Casanova?

Gerardo la cargó, como respuesta le dio un beso, mientras iba entrando con ella en sus manos a la habitación.
Al entrar, la puso en la cama y rápidamente él cerró la puerta.
-SILV: Qué goloso eres, me cae.
-GER: ¿goloso yo? Para nada.
Le dijo sarcásticamente antes de acercarse a ella para quitarle su ropa hasta dejarla en ropa interior y ella inclinó para quitarle el pantalón y camisa.
Ger tomó a Silvia entre sus brazos y la recostó en la cama y le comenzó a acariciar las piernas, después le quitó el sostén y la braga dejándola completamente desnuda y él luego él se quitó su ropa interior.
Ambos estaban completamente desnudos. Ellos se seguían acariciándose la piel, se besaban muy apasionadamente. Cuando Gerardo iba penetrar a Silvia, ella lo detuvo mirándole fijamente.
-GER: ¿Qué pasa?
-SILV: ¿Me puedes recordar que me amas?
-GER: sí mi amor, te amé ayer, te amo hoy y te amaré hasta el último día de mi vida.

Silvia lo besó como una señal diciéndole que continuara lo que estaba haciendo.
Con tiernos movimientos, Gerardo comenzó a penetrarla, los dos estaban disfrutando, los gemidos de Silvia se escuchaban hasta en la sala, con muchos besos Gerardo le seguía acariciándole las piernas con sus dedos, luego le acariciaba desde las caderas hasta sus senos.
Al llegar a un orgasmo muy profundo, Gerardo se acostó al lado de Silvia y con un suspiro le murmuró.
-GER: nunca dudes de mi amor por ti.
-SILV: te amo mi E.T.
-GER: te amo mi princesa.

Después, pasaron toda la noche apapachándose hasta que se quedaron dormidos abrazados.