Capítulo 18

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Un pensamiento de miedo atravesó a la cabeza de Silvia, llevándola a todos esos malos recuerdos, todos esos fracasos que había tenido en el amor, cosa que le hizo entender que tal vez era demasiado pronto para que suceda todo eso que estaba a punto de suceder.
Aunque eran mayores las fuerzas de seguir recibiendo esas caricias tan suaves, esos besos tan tiernos y esas mordidas tan locas que le daban Ger, le dio un empujón suave en su hombro para detenerlo.

Ger se detuvo, un poco apenado retiró su mano en la parte íntima de ella. Silvia lo miraba con una sonrisa traviesa y tierna.

-SILV: creó que es...
-GER: muy pronto ¿no?
-SILV: sí, algo así, amor.

Sus manos estaban en las orejas de Ger, masajeandolas muy suave, cosa que ponía a Ger muy nervioso pero se controlaba.

-GER: sí, lo sé, perdón por precipitar mi cielo.
-SILV: no fuiste el único en precipitar, fuimos los dos.
-GER: sí pero...
-SILV: pero nada (Le calló con un beso en sus labios)
-GER: con un beso así, cualquiera se callaría Jajajaj
-SILV: Lo único que falta es conocernos más.
-GER: sí, me falta conocer muchas cosas de ti y tú de mí.
-SILV: ¿Verdad? Comienza tú! Yo solo sé que eres primo de Fer y que eres el mismísimo vice presidente en ESPN.
-GER: bueno, también, tengo una...

El timbre del celular de Silvia lo interrumpió.

-SILV: ¿Quién será?
-GER: ¿pero a esta hora?
-SILV: no sé...

Silvia se levantó sobre él para buscar el celular, mientras que se arreglaba un poquito.

-Aló!
-Aló, Silvia, soy yo Ricardo (tenía una voz muy preocupada)
-SILV: Brother ¿qué tal? ¿pasa algo?
-RICARDO: sí hermana, mi mamá...
-SILV: ¿Qué pasó con mi mamá?

Al escuchar el vibrato de su voz. Ger se paró y se le acercó para tomarla del brazo y sentarla en el sofá.

-RICARDO: llevaron a mi mamá al hospital...
-SILV: ¿Por qué? Dios, habla rápido Ricardo.
-RICARDO: se le bajó la presión y se desmayó. Hoy se va a dormir aquí, no sé mañana...
-SILV: dame la dirección, ahora mismo salgo para allá.

Escribió la dirección. Fue casi corriendo a su recámara a cambiarse.
Ger no entendía nada pero quería tranquilizarla acomode lugar.

-GER: tranquilízate amor, antes, dime lo que te pasa.
-SILV: mi mamá... Hospitalizaron a mi mamá, tengo que ir a acompañar a mi hermano, él está solo con ella.
-GER: entonces, yo te llevó.
-SILV: no hace falta Ger, hace mucho estás aquí, has de estar cansado.
-GER: nada de cansancio, yo te llevó.

Cuando llegaron al hospital, Silv toda preocupada pidió a su hermano de mostrarle al doctor que estaba atendiendo a su mamá.

El doctor estaba saliendo de una de las habitaciones cuando Silv corrió en su dirección a preguntarle

-SILV: ¿Cómo está doctor?
-DOCTOR: ¿quién?
-SILV: una paciente con el nombre de Silvia Barva.
-DOCTOR: ahh, de hecho, acabó de supervisarla y tranquila...Está mucho mejor.
-SILV: gracias doctor, de verdad gracias!
-DOCTOR: estoy para servirle señorita.
-SILV: ¿puedo ir a verla?
-DOCTOR: está durmiendo ahora pero sí, puedes entrar.

Besó a Ger en la mejilla antes de entrar, dejándolo con su hermano. Le besó ahí porque Ricardo aún no sabía nada de lo que estaba pasando entre ellos.

-GER: así que eres el hermano de Silvia
-RICARDO: sí soy yo ¿y tú?
-GER: Se parecen bastante. Yo soy un amigo de ella...Gerardo Casanova, mucho gusto. (estiró su mano hacia él)
-RICARDO: mi hermana tiene muchos amigos pero tú, no te conocía (respondió a su saludo)
-GERARDO: tranquilo, soy nuevo Jajaj

Ricardo y él ya tenían varios minutos hablando, cuando vieron salir a Silv con una sonrisa.

-GER: ¿Cómo está am...amiga?
-SILV: está bien gracias a Dios, fue solo un susto!
-RICARDO: sí, gracias a Dios.
-SILV: Ricardo, ¿por qué no te vas a descansar? Me quedaré con ella.
-RICARDO: buena idea, mañana antes de ir a trabajar, le traigo su ropa limpia para que regrese a la casa más bella de lo que ya es.
-SILV: jajajaj me parece perfecto. 

-RICARDO: fue un gusto conocerte Gerardo y gracias por traer a mi hermana.

-GER: no pasa nada, el gusto fue mío.

Se abrazaron y él se fue a su casa.

Ger y Silv estaban sentados en el sofá del cuarto al lado de la mamá que aún estaba durmiendo.
Silv en los brazos de Ger respiraba otro aire, se sentía tan cómoda y segura.
Él se quitó la chamarra que traía y se la puso a ella para que no pasará frío porque de la prisa no llevaba nada seguro.
Con pequeños y tiernos besos de Ger se quedó completamente dormida en sus brazos como una bebé que no tenía que preocuparse porque su mamá la estaba cuidando en sus brazos.

Eran las 6 de la mañana y Silvia seguía durmiendo en los brazos de Ger. Él ya había despertado porque dormir en un hospital no es lo suyo, escuchó una voz un poco débil preguntándole

-¿Quién eres?
-GER: hola, mucho gusto, soy amigo de tu hija.
-Doña SILV: ahhh, ¿Eres Gerardo Casanova verdad?

Gerardo se quedó sorprendido al ver que doña Silv ya lo conocía.

-Doña SILV: tranquilo, mi hija ya me contó todo.
-GER: ¡Wow! Qué bueno, me da mucho gusto conocerla.

Ger movió suavemente a Silvia para que se despertará.
Después de unos bostezos logró despertar frotándose los ojos, lo besó y giro la cabeza y notó que su mamá estaba despierta.

-SILV: Mamá ¿cómo te sientes?

Se paró para acercarse a la cama de su mamá para saludarla, Ger tímidamente la siguió.

-Doña SILV: muchísimo mejor hasta me preguntó que hago aquí (dijo entre risas)

Silvia cogió sus manos.

-SILV: ay mamá, ¿cómo fue que sucedió?
-Doña SILV: yo estaba hablando con Ricardo cuando de repente me empecé a sentir mal y al parecer me desmayé porque no recuerdo nada más, pero no es nada grave. Tal vez era porque ayer no comí bien por andar trabajando.
SILV: pero mamá, siempre te he dicho que debes comer bien y voy a llamar a Sara para saber como es esto que te bajo la presión por no comer bien. (Sara era su trabajadora)
-Doña SILV: no, no hace falta amor, te dije que la culpa la tengo yo. Mejor háblame un poco de tu novio (Le dijo con una sonrisa picarona)
-SILV: ay, es verdad ya sabes. Bueno mamá. Ese hombre guapo que ves aquí a mi lado es mi novio.

Ger la abrazo por detrás para darle un beso en su cuello.

Atrévete a querermeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora