Atrévete a quererme

Capítulo 13

 Cuando Ger llego a su casa, se tomo un vaso de tequila para tratar de entender todo lo que acaba de ocurrir. Y hablaba solo en la sala.

-Esa mujer tiene algo que me intimida mucho. Sus ojos son tan hermosos...Ya no puedo disimular lo que siento por ella, ya no Dios mío ¿Qué me está paseando? 

 Se levantó de un golpe del sillón y se dirigió a su cuarto. Una vez acostado, tomo su celular y buscó el número de Silvia, pasaba su mano sobre él mientras que los recuerdos de cada palabra que Silv le había dicho en la llamada le pintaron una sonrisa interminable antes de dormir. 

El día siguiente, Amaranta tocaba el timbre y nadie le contestaba, toco más fuerte hasta lograr despertar a Silvia en el piso. Ella se despertó a abrirle la puerta, con los ojos hinchados.

-AMARANTA: amiga ¿qué pasó? ¿Por qué dormiste en el piso y vestida así? 

-SILV: ahorita te cuento todo pero antes déjame tomar un baño, porque ni yo misma me reconozco. 

-AMA: vale! Te voy a preparar un té antes que llegue Luisa, porque se nota que no has dormido bien y...qué lloraste bastante antes de hacerlo. 

(Luisa era la trabajadora de Silvia, ella solo venía a limpiar y cocinar los fines de semana cuando Silvia estaba en algún proyecto pero cuando no, venia todos los días.)

Silvia agradeció a Amaranta antes de entrar a la ducha. 

 Después de bañar, se sentaron en la sala y ella contaba todo a Amaranta mientras disfrutaba su té de manzanilla más calmada. 

 -AMA: otra vez, te dio esa crisis de miedo. 

 -SILV: no es una crisis, más bien es algo que ni yo puedo controlar. He confiado tantas veces que ya me han decepcionado lo suficiente para hacerlo de nuevo ¿entiendes? 

 -AMA: sí amiga te entiendo perfectamente, pero por lo que me has contado ¿él te beso? ¿no? 

-SILV: sí, pero lo rechacé. 

-AMA: pero amiga... No puedes vivir así. 

-SILV: lo sé (se levanto del sillón y se puso a caminar) pero no puedo darme el lujo de aceptar que me bese cualquier hombre. 

-AMA: ¿cualquier hombre? 

 -SILV: yo sé que miento al decir que Gerardo es "cualquier hombre". Él es el hombre que me está haciendo sentir miles de cosas a la vez. Cosas que nunca había sentido en mi vida, cuando lo veo mi corazón se acelera de una manera increíble, ahora ¿entiendes amiga? ¿entiendes? No puedo aceptar a un hombre así cerca de mí, no, no puedo. (Se dejó caer en el sofá con sus ojos llenos de lágrimas) 

Amaranta se le acercó y le dio un abrazó preguntándole 

-AMA: ¿Por qué no? si eso que estás sintiendo es algo maravillosamente bonito.

-SILV: ¿sabes lo que me dijo ayer? (Se retiro en los brazos de Ama para mirarla fijamente) 

 -AMA: ¿qué? 

-SILV: que le encanto. Dios Amaranta, ni sé si ese hombre me ama. Ahora no puedes venir a decirme que es bonito lo que estoy sintiendo por él. 

 -AMA: pero puede estar igual que tú, confundido sin poder aclarar sus sentimientos. 

 Con esas palabras Silvia se estaba calmando. 

 -SILV: puede ser, pero...¿Por qué iba a estar enamorado de mí si a penas me conoce? A veeeer... 

-AMA: porque no hay que conocerte del todo para que vean lo grande que eres amiga. Y además, eres una mujer bellísima, cualquier hombre lo que se llama hombre no "idiotas" se enamoraría de ti en cuestión de segundos. 

-SILV: ay Amaranta! Qué cosas dices (Sonrió un poco mientras secaba el resto de las lágrimas que quedaban en sus ojos)

-AMA: nada de lo que dije es mentira y siempre lo he dicho. Cómo tú no hay dos (otra vez la abrazo pero esta vez más fuerte) 

 -SILV: y yo no sé que haría sin ti, si no te tuviera. Gracias por estar! Te amo Jajajaja 

-AMA: te amo a ti, mi loca favorita! 

 -SILV: bueno ya mucha platica ¿qué harás hoy? 

-AMA: hoy es domingo y no tengo nada que hacer ¿y tú? 

-SILV: tampoco...Pues, vamos de rumba más tarde uhhhhh (Dijo bailando) 

-AMA: esoooo! Qué nunca nos falte la rumba, por favoooor! 

-SILV: Amén, aleluya, amén! 

 Ambos se estaban muriendo de la risa cuando el timbre de la casa les calló. 

-SILV: vooooooooy, voooooooooy carajo vooooooooy (gritó Silvia corriendo para abrir la puerta) 

-AMA: no veo la necesidad de gritar por Dioooos! (También se levantó detrás de ella) 

-SILV: hola Luisa! 

-LUISA: perdón por llegar tarde pero se me atravesó algo... 

-SILV: no hay problema mana. 

 -AMA: bueno. Yo, ya me voy. 

-SILV: más tarde te paso a buscar. 

 -AMA: va! Te espero ahí. (Le dio un abrazo y se fue) 

 El timbre del celular de Silvia le hizo correr hacia la habitación pero no alcanzó a tomar la llamada.¿Quién será? Se preguntaba mientras buscaba el número pero ya se estaba sonando otra vez. 

-SILV: Aló! 

-GER: Aló Silvia, soy yo Gerardo. 

 Se quedo muda por unos segundos y después le respondió muy seca. 

 -SILV: Dime, Gerardo. 

-GER: perdón. 

-SILV: ¿por qué? 

 Ash! Cómo si no sabías Silvia. Decía a sí misma. 

 -GER: por lo de ayer. No debí besarte mucho menos cuestionarte. 

-SILV: perdóname tú a mí. No debí hablarte así cuando lo hiciste. 

 Los dos se quedaron callados, ninguno sabía como seguir con la conversación.