Atrévete a quererme

capítulo 71

Eran las 2:20 de la madrugada cuando unos gritos desgarradores muy intensos despertaron a Gerardo y a Silvia.
Tontamente y con mucho sueño, Silvia le preguntó a Gerardo qué estaba pasando.
-SILV: amor ¿Qué son esos gritos?
-GER: no sé mi vida, estoy igual que tú, pero estoy seguro que vienen de la habitación de Verónica. (Le contestó angustiado mientras se ponía su bóxer para ir a ver lo que pasaba con su hermana)

-SILV: sí, es la voz de ella, espérame, yo voy contigo.

Un poco más despierta, se paró de la cama, se puso su pijama que no estaba nada lejos, después junto a Gerardo, se fue a la habitación de Verónica.

Al entrar lo primero que hizo Gerardo fue prender la luz y efectivamente, muy sudada, Verónica estaba sentada en su cama, abrazando una almohada y no paraba de temblar.
Gerardo se le acercó, la jaló muy suave y la abrazó.
No le preguntaron nada porque ya sabían lo que le estaba pasando.
Con lágrimas en los ojos, verónica no paraba de decir

-VERO: fue muy horrible Ger, otra vez los vi, me tocaron...
-GER: amor, sólo fue una pesadilla, nosotros estamos aquí para cuidarte, para hacerte sentir todo nuestro apoyo.
-VERO: abrázame fuerte, por favor, mucho más fuerte...

Gerardo no la soltaba, cada vez la abrazaba más fuerte. Silvia prefirió no decir nada y concentrarse en ver la emotiva escena de los hermanos, pero Valentina les interrumpió cuando apareció llorando a la habitación preguntando

-VAL: ¿por qué gritabas tanto, mami? ¿Por qué estás llorando? ¿Es por mi culpa? ¿Hice algo malo?...

En medio de todas esas preguntas, Gerardo se apartó de Verónica y rápidamente se paró y cargó a Valentina entre sus brazos tratando de disimular lo que realmente pasaba.

-GER: mi amor, ¿Qué haces despierta? Mañana tienes que ir al colegio, déjame llevarte a tu cama.
-VAL: los gritos de mami me despertó.
-GER: mami sólo tuvo una pequeña pesadilla, nada grave, ahora te voy a contar otra historia muy linda para que te vuelvas a dormir princesa (Le dijo mientras se alejaba de la habitación)

Silvia se acercó a Verónica, se sentó en la cama y cogió sus manos mientras le hablaba.

-SILV: tienes que ir al psicólogo para que te ayude.
-VERO: tengo miedo Silvia, miedo de recordar todo otra vez.
-SILV: créeme que te entiendo, pero Vero, no puedes pasar toda tu vida teniendo esas pesadillas, tampoco puedes vivir con tanto miedo, piensa en Valentina, a ella no le gusta verte así aunque no entiende y no sabe lo que realmente te pasa, le afecta verte así (con sus manos le limpió sus lágrimas)
-VERO: no sé cómo agradecerte tanto lo que haces por mí, de verdad muchas gracias, lo pensaré.

Se recostó con una sonrisa forzada, Silvia cogió la sábana y la arropó lentamente. Cuando estaba segura de que se había dormido, se levantó y caminó sin hacer ningún ruido hacia la luz para apagarla, luego se salió y se dirigió a la habitación de Gerardo para seguir durmiendo porque más tarde le esperaba un muy largo día.

La alarma del celular despertó a Silvia, bostezando cogió la llamada.
-SILV: Aló!
-TRIANA: aló Silvia, Soy yo Triana.
-SILV: Triana ¿Cómo estás?
-TRIANA: bien, te llamo para avisarte que hoy tienes que ir a las grabaciones muy temprano porque habrán muchos llamados.
-SILV: vale, ahí nos vemos.

Después de colgar, con mucha flojera se paró de la cama y se desnudó y se puso una camisa de Gerardo y entró al baño mientras frotaba sus ojos.
-GER: Ahhhh, así que quieres bañarte conmigo. (Le dijo en un tomo pervertido)
-SILV: Gerardo ¿Qué haces aquí? (Le preguntó sorprendida)
-GER: pos, estoy a punto de bañarme .
-SILV: no, no eso, ash perdón (Se dio la vuelta para irse pero Rápidamente Gerardo cogió su brazo jalándola)
-GER: acaso ¿Soy un desconocido?
-SILV: no es esto Ger pero...
-GER: pero nada mi cielo, ven, vamos a bañarnos juntos (Le dijo muy decidido)
-SILV: Gerardo no puedo.
-GER: pero ¿Por qué?
-SILV: Triana me acaba de llamar y me dijo que hoy tengo que llegar muy temprano a las grabaciones.
-GER: no importa, no vamos a tomar mucho tiempo.
-SILV: Ay sí ¿Y cómo sabes?

Gerardo le contestó con un beso, el cual Silvia le respondió de la misma manera. Cada vez se estaba volviendo más intenso el beso, Gerardo sacó su lengua y la enterró en su boca mientras que con una mano le quitó la camisa.

-SILV: ¡NO! (Se apartó de él)
-GER: ¿No qué?
-SILV: sabes muy bien que luego no nos vamos a poder controlar.
-GER: Pero si ni...
-SILV: nada señor Casanova, entra a bañarte para que luego yo me bañe sino yo soy capaz de irme sin bañarme.
-GER: no, no lo eres.
-SILV: ¿Ah, no?

Corriendo, se salió del baño y cogió su blusa para ponérsela pero Gerardo la siguió para detenerla.
-GER: Silvia, ya, ya me voy a bañar.
-SILV: puses, vete ahora.
-GER: ay, qué exigente.

Entre risas se dirigió a la ducha y empezó a bañarse mientras cantaba a todo pulmón.
"Te lo dije cantando, te lo dije de frente que volverías conmigo, volverías porque no quieres perderme"

-SILV: cállate que no sabes cantar (Le gritó molestándolo)
-GER: mira quien lo dice, no canto pero encanto jajajaj
-SILV: eres un payaso pero así te amo, por cierto ¿Cómo amaneció Verónica?
-GER: está mucho mejor, llevo a Valentina a la escuela.
-SILV: ahh, entonces, sí, está mucho mejor ¿Te puedes apurar en bañar?
-GER: Pero si eres tú que me haces hablar.
-SILV: sí, pero apúrate (Le contestó entre carcajadas)

Varias horas habían pasado, Gerardo había ido a la delegación junto a Verónica para que ella pudiera dar su declaración de los hechos, aunque todo fue muy difícil logró contar todo a la policía, Gerardo les dio las pruebas que Paola le había dado.
Después de checar todo, uno de los jefes de la policía les dijo que van a continuar con la investigación y cualquier cosa les llamará.

Luego, Gerardo regresó a su trabajo y Verónica a su casa.

Cuando Verónica llegó a su casa, lo primero que hizo fue llamar a Fernanda para que ella pudiera ir a buscarle a Valentina a la escuela porque ya se sentía cansada. Luego se tomó un baño para almorzar.

Mientras almorzaba, la alarma de la puerta empezó a sonar, se levantó para ir a abrir pero María no le dejo.

-MARIA: tranquila señora, siga almorzando.
-VERO: gracias.

Pasaron 2 minutos y María no regresaba, algo que le pareció muy raro a Verónica.
-VERO: María, ¿Quién era?

Le preguntó gritando pero era en vano porque no recibía ninguna respuesta, Verónica tuvo que levantarse y dirigirse hacia la puerta.

-VERO: ¿Qué diablos haces aquí?
-MARÍA: ya le pedí que se vaya señora, pero no se quiere ir.
-VERO: María, déjamelo a mí, te puedes ir y gracias.
-MARÍA: pero el señor me había ordenado de no dejarla pasar.
-VERO: María (Le miró seriamente)

Sin decir nada más, María entró dejándola sola con Paola que no dejaba de sonreír.

-VERO: Yo quisiera saber ¿Qué diablos haces aquí?
-PAOLA: ¿Cómo? ¿No me vas a saludar como las buenas amigas que somos?
-VERO: supongo que ya sabes lo que me pasó ¿cierto?
-PAOLA: sí pero yo no tengo la culpa de tu falta de inteligencia (Entró hasta llegar a la sala para sentarse en un sillón y Verónica la siguió)
-VERO: qué víbora eres, no sabes cómo me arrepiento de haber sido tu amiga.
-PAOLA: arrepentida soy yo de haberme confiado en una tonta pero equis, no vine aquí para discutir.
-VERO: Entonces ¿Me puedes hacer el favor de desaparecerte de mi vista?
-PAOLA: no mi amor, no sin antes de decirte que si Gerardo me denuncia, tú también vas conmigo a la cárcel.
-VERO: ¿Yo también?
-PAOLA: porque eres mi cómplice mi amor.
-VERO: ¿Sabes qué? No voy a caer en tus amenazas porque será tu palabra contra la mía.
-PAOLA: yo tengo pruebas que sí.

Al escuchar esas palabras, Verónica no pudo contenerse, la cogió fuertemente del brazo, le dio 2 cachetadas, y comenzó a gritarle.

-VERO: ERES UNA MENTIROSA, POR TU CULPA ME SIENTO MAL, AHORA NO ACEPTARÉ IR A LA CÁRCEL CONTIGO, ANTES TE MATO ¿ESCUCHAS? TE MATO.
-PAOLA: Suéltame maldita loca (Hizo un esfuerzo sobrehumano para apartarse de ella pero era imposible)
-VERO: No te voy a soltar hasta que me des las pruebas.

En éste momento, Valentina y Fernanda entraron y no podían creer la escena que estaban viendo.

-VAL: Mamáááááááááááááá
Dejo caer su mochila para correr hacia Verónica y le jaló su blusa por atrás.

Al escuchar la voz de su hija, muy débil Verónica se apartó de Paola toda sudada, le entró un dolor en el pecho y se desmayó.