Atrévete a quererme

Capítulo 8

Ella tenía un presentimiento al que no sabía si temer o esperar que sucediera...

-TRIANA: ¿Qué le digo Silvia? (Le preguntó al ver lo distraída que estaba)
-SILV: dile que no estoy. Flor, vamos...
-FLOR: no amiga, ve a ver que quiere. Tal vez es Fer que le pidió de decirte algo.
-SILV: tal vez tengas razón ¿Dónde está? (Preguntó a Triana)
-TRIANA: a fuera, cerca de la biblioteca.
-SILV: Gracias!

Caminaba despacio, miles de cosas le venían a la cabeza, sabía que Fer nunca pediría a su primo de decirle algo. "UF! Esa Flor es muy ingenua" dijo en voz baja.

Después de buscarlo por más de 5 minutos, noto que alguien la estaba señalando, era él. Se acercó un poco, al estar a metros de él, se miraron fijamente y sintieron que el tiempo se detenía y que solo existían sus miradas y esa electricidad que les recorría el cuerpo.

-SILV: ¿Qué quieres?
-GER: salúdame antes ¿no?
-SILV: Buenas tardes, ¿que quieres?
-GER: tenemos una conversación pendiente...
-SILV: no tengo nada que hablar con un extraño.
-GER: no tan extraño porque eres la mejor amiga de mi prima (dijo sonriendo)
-SILV: no estoy para bromas Gerardo, por favor (se puso roja al ver que Ger se le estaba acercando más de lo que ya estaba)
-GER: ¿Quién dijo que todo esto era broma señorita a la que no le gusta que le digan señorita? (Se le salió una carcajada a Silvia)
-GER: si supieras lo bella qué te ves riendo a carcajadas, lo harías todo el tiempo.

Silvia se estremeció, Dios ¿Qué me está pasando? Se preguntaba. Tímidamente le preguntó

-¿Era para decirme todo esto que me mandaste a llamar?

-GER: no, te mandé a llamar porque...

En ese momento apareció Triana.

-TRIANA: Perdón que interrumpo pero Silvia, en 30 minutos tienes que ensayar dos escenas, por eso tienes que ir ahora mismo a retocarte y repasar tu guión.

-SILV: gracias, ahora mismo voy.

"Gracias a Dios me salvaste Triana" pensó suspirando.

-GER: ¿entonces?
-SILV: Ya escuchaste lo que me dijo mi asistente. Adiós!

Dio la vuelta para irse cuando sintió la mano de Ger jalando su brazo para que regresará, cogió su mano y le dio un papelito.
Sin mirar atrás y preguntar se fue corriendo en la dirección de su camerino.

La maquilladora ya la estaba esperando para retocar su maquillaje, se sentó delante de ella, mientras tanto, con las manos temblorosas abrió el papelito.
Era un número de celular con unas letras que decían "como yo sé que tú no ibas a aceptar darme tu número, yo te di el mío...Llamame cuando puedas"
-Dios! Ese hombre está lo que le sigue de loco. (dijo en voz alta)

La maquilladora al oírla le preguntó.

-¿Pasa algo señorita?

-SILV: No, no pasa nada, tranquila. (contestó un poco apenada)