Capítulo 8
36 músculos en movimiento y 12 calorías consumidas, de 60 a 100 latidos, esta resumida lista incluye los efectos por el poder de un beso. Tardaríamos toda una clase de lo que sea que estudie la ciencia acerca de los besos, sin embargo, nos enfocaremos esta vez en un solo efecto: actúa como analgésico.
Esa mañana Charlotte se había levantado de la cama con una sonrisa en el rostro de oreja a oreja, giró sobre sus pies unas cuantas veces de camino hacia la ducha y se peinó con cuidado su cabello aún con ese gesto en el rostro frente al espejo. Esa mañana Charlotte había despertado tan de buen humor que saludó a su abuela con un beso en la mejilla y le dijo "mamá" a su madre. Esa mañana Charlotte había estado tan feliz que había desayunado en casa y había saludado a las chicas que molestaba camino a su casillero en el colegio. Esa mañana Charlotte estaba tan envuelta en dicha, revoloteando entre nubes que no se dio cuenta que ese día tenía dos exámenes y tres entregas de trabajo. Pero a pesar del beso con Drake Charlotte seguía siendo Charlotte esa mañana.
—¡¿Trabajo final?! —Resopló con indignación. —A mí nadie me avisó.
—El profesor lo anunció durante todo el semestre... —Le recordó Gabrielle.
—Uhmmm. —Frunció los labios como cada que se concentraba. —¿Entonces ya lo entregaron?
—Sí, el profesor se los llevó. —Le informó. —¿Pues qué hiciste ayer?
—Nada, nada... —Contrajo el rostro. —¿Cuánto tiempo tarda en reaccionar la alarma de incendio?
—Amm, no sé, segundos, supongo. —Le entrecerró los ojos. —¿Por qué?
—Porque... —Su celular sonó dentro de su bolso y lo sacó deprisa.
—Hey, ¿acaso esperas un mensaje?
—No... —Abrió el mensaje pendiente y descubrió que era de Drake. "Estoy a una calle de tu escuela, te esperaré.", decía. La sonrisa bobalicona volvió a su rostro y Gabrielle la miró extrañada.
—¿Qué?
—¿Cuánto falta para salir de la escuela?
—Uhmm, como tres horas. ¡¿Por qué?!
—Cálmate, Gab, sólo mataré dos pájaros de un tiro, ya regreso, te veo en el estacionamiento.
—¡¿En el estacionamiento?! Pero... ¡tenemos clase de historia! —Le gritó mientras Charlotte salía con su bolso del salón de clases.
Esperó a que el profesor saliera de su oficina para poder entrar sin problema, sacó de su bolsillo la caja el encendedor y buscó las listas semestrales junto con los trabajos y les prendió fuego, esperó a que se creara una buena llama y regresó el encendedor a su bolsillo.
—Si no hay listas ni trabajos, no hay evidencia de que no trabajé. —Salió de inmediato y rápido se incorporó a la multitud en el pasillo que buscaba su próxima clase.
Después de unos segundos la alarma de incendios comenzó a sonar, y todos empezaron a chocar entre ellos mismos, intentando encontrar la fuente de incendio o de salir y resguardarse. Charlotte se escabulló con éxito hasta la salida hacia el estacionamiento. Se encontró con Gabrielle quien la miraba asustada del otro lado.
—¡¿Qué demonios?!
—¡Wow! ¿Gab maldiciendo? Estamos graves.
—¡Estamos incendiándonos!
—Estamos saliendo temprano del colegio, eso es todo.
—¡¿Esa es la maestra de química?!
—¿Dónde? —Siguió su mirada con la suya. Una joven pero no tan joven maestra salió de la escuela corriendo con unas llamas incendiando la espalda de su blusa. —¡Oh por Dios!
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Trato hecho
Teen FictionCuando Charlotte se encuentra en la peor parte de su adolescencia, se enamora (bajo extrañas circunstancias) de quien nunca debió haberse enamorado, sin embargo, también para él fue lo peor que le pudo haber pasado en la vida. Error tras error, ment...