Hay años largos y años cortos, algunos pesan más que otros, algunos años simplemente pasan desapercibidos, se eliminan de nuestra memoria y se quedan atrás, otros no pueden olvidarse.
Habían pasado tres años cuando Charlotte leyó esa mañana el periódico, la misma sección de siempre, la única que pensaba que tenía sentido leer. Con mucha o poca esperanza, pasó las hojas deprisa como siempre, empezó a leer los encabezados sin detenerse mucho en los que no le interesaban. Pero siempre era el mismo final, no encontraba nada y volvía a darle el periódico al dueño del puesto de la esquina cerca de su trabajo. Pero después de tres años haciendo lo mismo, ese día fue diferente, encontró finalmente el encabezado que buscaba, justo en la esquina inferior derecha de la última página, era una nota simple, casi como si les hubiera dado pereza escribirla, pero para ella significaba todo.
"Ex delincuente de Beverly Hills cumple su condena; es libre"
Lo leyó una, dos, tres veces.
—¿Te lo llevas? —Le preguntó incrédulo el vendedor cuando ella le extendió un dólar.
—Hoy sí. —Le respondió con una sonrisa en el rostro.
Lo primero que hizo cuando llegó esa noche a su departamento fue comunicarse con William, con quien no mantenía comunicación desde hace mucho tiempo, pero no se le ocurrió una idea más brillante, lo primero que supuso que haría Drake sería buscar a su mejor amigo.
—¿Charlotte? ¿En serio?
—¡Willy! Yo...
—Un milagro escuchar tu voz, tu familia te estuvo buscando mucho. Fue un fastidio vivir cerca de Beverly.
—Lamento que mi desaparición haya sido un problema para ti.
—Lo fue, pero dime, ¿dónde estás?
—En Nueva York. –Respondió riendo.
—Tus padres deben ser unos torpes.
—Leí que ya salió. –Cambió de tema, porque le urgía saber más y no sabía cómo defender a sus padres de su insulto.
—Sí, hace una semana. –Charlotte frunció el ceño confundida.
—Lo leí en el periódico de esta mañana.
—Bueno, supongo que las noticias llegan tarde por allá.
—¿Dónde está? Seguro no sabe dónde buscarme.
—No lo sé, Charlotte. –Mintió. –La verdad no ha venido a verme, pero debe estar bien, ¿no lo crees?
—Sí... —Obviamente esa no era la respuesta que buscaba. Sabía que Drake debía estar bien, la pregunta era... ¿dónde?
—Tengo que ir a... ya sabes; trabajar.
—Después de todo... ¿aún "trabajas" así?
—Charlotte, ¿qué más puedo hacer?
—¿Y Gaby?
—¿Gabrielle? Ella desapareció de mi vida, hay historias que no son para siempre, Charlotte.
—Si te enteras de algo, si él se comunica contigo...
—Yo me encargo. –Le aseguró.
—Gracias, Willy.
—Adiós, Charlotte. –Willy colgó el teléfono y lo dejó sobre su mesa.
—¿Cómo está?
—Seguramente bien. –Le respondió a Drake. –Te busca. Bueno, quiere que la encuentres, en realidad ¿Por qué no la dejas libre si no vas a ir a buscarla?
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Trato hecho
Teen FictionCuando Charlotte se encuentra en la peor parte de su adolescencia, se enamora (bajo extrañas circunstancias) de quien nunca debió haberse enamorado, sin embargo, también para él fue lo peor que le pudo haber pasado en la vida. Error tras error, ment...