Capítulo 12

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Capítulo 12

¿Y qué si no lo hice? Sus besos eran más que placenteros en todo el sentido de la palabra, Drake tenía un don que sólo yo deseaba comprobar, bueno, ahora teníamos una relación formal realmente esperaba que no saliera con otra, y aunque no lo había visto con alguna amiguita en todo el tiempo que tenía de conocerlo, no me sorprendería que más de una estuviera detrás de él. Además de que en ese suburbio había tan pocas opciones de encontrar un chico como él, que no valía la pena perder el tiempo buscando debajo de la mesa a uno. Cuando amaneció y yo seguía bien arropada, y con las cobijas hasta el cuello, supe que entre él y yo no habría nada más que no fuera puro contacto labio a labio, por el momento estaba conforme, de verdad, pero sus besos adictivos no me aseguraban que otro día tuviera antojo de algo más.

Nos levantamos temprano y lo ayudé a poner un poquito de orden en su departamento, luego, tomamos su auto y fuimos al hospital a ver a Willy. Por primera vez estaba muy contenta de que me hubieran robado el celular, si no fuera así, ya tendría miles de llamadas perdidas de mis padres y estaba dispuesta a no pensar demasiado en la bomba que me esperaba del otro lado de la avenida.

—Hey... ¿cómo estás? —Saludé a Willy acercándome a su cama, él abrió los ojos como platos al verme y luego me dedicó una sonrisa.

—No me quejo. —Respondió y le echó una mirada a Drake detrás de mí. —¿Ya no nos vamos?

—No. —Le respondió. Fruncí el ceño y como no recibí una explicación tuve que intervenir.

—¿Irse?

—Tuve un momento de debilidad y pensé que West no era un buen sitio para vivir, pero ya se me pasó. —Explicó Drake.—Oye, iré a hablar con el doctor. —Anunció.

—Yo lo cuido. —Le guiñé un ojo y Drake me sonrió antes de salir de la habitación.—¿Qué tal la comida? Dicen que la de hospital es la peor en el mundo. —Bromeé.

—Es comida, Charlotte, y es mejor de la que podría comer en veinte años dentro de West. —Me respondió aún un poco ausente por la respuesta anterior de su amigo.

—Ya. —Carraspeé la garganta y miré con desdén la colcha blanca encima de él.

—¿Podría hablar contigo de algo? —Se puso más serio y apretó el botón de la cama para que el respaldo se alzara un poco hasta dejarlo sentado.

—Claro, ¿qué es? —¿De qué cosa seria podría hablar con Willy?

—Drake, parece un chico muy fuerte por fuera pero la verdad es que es más sensible de lo que parece, y está enamorado de ti, lo sé porque hace mucho no se le iluminaban los ojos de esa manera tan ridícula. —Le entrecerré los ojos pero continuó. —No quiero que lo lastimes.

—¿Cómo podría lastimarlo? —Resoplé.

— De demasiadas formas, Charlotte, sé que eres una buena chica; en el fondo, pero lo eres. Él no la ha pasado bien, sus padres murieron cuando era niño y tuvo que venirse a vivir a West. ¿Tienes una ligera idea de lo que es llegar a West?

—Probablemente...

—Probablemente no; te matan. Drake tuvo que ingeniárselas para dejar en claro que él no es un tipo que pueden matar así de fácil. Seguro contigo es alguien, pero en West es totalmente diferente, es agresivo, grosero y hasta peligroso, porque si no, de lo contrario, lo matarían. —Retuve la respiración y restregué mis manos en la tela de mi pantalón, ¿a dónde quería llegar?

—También estoy enamorada de él. —Me defendí. —Y...

—Y algún día te llevarás una desilusión de su parte, porque aunque no lo quieras ver; él y tú son muy diferentes, y un día esas diferencias pesarán y sabrás que... no es lo que reamente deseas, sé lo que es mi amigo, pero sé lo que son los de Beverly también, sólo te pido que... no lo lastimes demasiado.

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