Capítulo 3

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Capítulo 3

Iban a ochenta centímetros de distancia, ella caminaba con las manos al frente entrelazadas, luego, recordaba que Drake iba junto a ella y ponía sus brazos a los costados para verse más firme e incluso ponía recta la espalda para sentirse más alta que él, pero no pasaban más de dos minutos para que volviera a su posición relajada.

Drake, quien caminaba como siempre con las manos dentro de los bolsillos y con la vista dispuesta a vigilar su alrededor de cualquier señal de la policía, no pensaba demasiado, a diferencia de Charlotte y de muchas personas en el universo, cuando quería bloquear algún tema o pensamiento dentro de su cabeza sabía hacerlo, y ésta vez quería ignorar los recuerdos de su madre que además de doler un poco, le hacían sentir algo, y esas cosas llamadas sentimientos los sabía bloquear mejor que cualquier otra cosa.

—Entonces... ¿qué edad tienes? —Preguntó Charlotte tímida, por alguna razón él la intimidaba y no podía hacer nada para evitarlo, tal vez era su mirada profunda cada que la veía o los tatuajes en sus brazos que descubrió hace unos minutos mientras lo veía de reojo.

—Veintiuno. —Respondió en seco, como siempre.

—¡Ah, ya puedes ir a la cárcel! —Bromeó pero él tensó los músculos ante su comentario y se preguntó si ella sabía más de él de lo que pensaba.

—¿Qué dices?

—Ya sabes, los que son menores de edad sólo van a la correccional de menores, tú ya puedes ir a la cárcel. —Explicó y él se relajó un poco.

—¿Tú cuantos tienes, doce? —Ella lo fulminó con la mirada y él disfrutó de verla molesta.

—Dieciséis. —Se limitó a responder.

—Uhmmm... ¿correccional de menores?

—No la he visitado aún, ¿tú sí?

—No. —Era bueno huyendo de la ley.

—Tus padres deben estar orgullosos. —Dijo en tono bromista esperando a que él le respondiera de la misa manera pero no pasó, tuvieron que pasar minutos para que él respondiera.

—Murieron.

—Lo siento. —Respondió Charlotte pero se sintió de pronto vulnerable, lo estaba conociendo más de lo que debía, tenían que limitarse a seguir el trato; era todo. —Digo, está mejor así, imagínate tener un hijo como tú. —Corrigió y Drake se detuvo en seco.

—¿Lástima que tus padres sigan vivos, no? Tener que lidiar contigo. —Respondió a la defensiva.

—Lástima, sí. —Le alzó las cejas. —Mañana irás a cenar a mi casa, no te atrases, espero que tu patético empleo no te quite tiempo.

Afortunadamente ya habían llegado a su casa y Charlotte cruzó la puerta sin verlo ésta vez, sin embargo, sentía algo malo en el pecho, una sensación que no debía estar ahí; remordimiento. Sacudió la cabeza y siguió de largo. Era mejor así; sin relacionarse.

Ambos rompieron la regla número 9.-"No se puede hablar del trato con terceros.", apenas se encontraron con alguien, en el caso de Charlotte; Gabrielle. Quien la esperaba en la piscina con su traje de baño puesto, recostada sobre un camastro, con un batido en la mano y lentes de Sol.

—¡Tú sí que disfrutas más mi casa que yo misma! —Se quejó Charlotte sentándose en el camastro de a un lado.

—Qué va, tú madre me dio permiso, tenía que esperarte, además, tú podrías estar aquí si no estuvieras perdiendo el tiempo con... —Se quitó los lentes. —vagos. —Susurró.

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