Capítulo 39

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Sé que es mi culpa por no subir capítulo en mucho tiempo pero... se recomienda leer capítulos anteriores jajaja


Se miró tres veces más en el espejo antes de bajar a desayunar, el vestido blanco con rosa pálido que su madre le había comprado no le molestaba más que las zapatillas de tacón mediano que también había elegido para ella ese día en la tienda, cuando su madre decidió que ella debía empezar a vestir mejor. Recordó que le había reclamado y se había negado a cambiar su guardarropa pero su madre la había amenazado con enviarla con su padre si no la empezaba a obedecer.

Bajó a desayunar sintiéndose una niña pretenciosa con ese collar caro que llevaba en el cuello.

La casa no era grande, era para una familia pequeña, y ya que sólo vivían ellas dos ahí parecía más que suficiente.

Pero el día no sólo había empezado mal, estaba dispuesto a que sus 24 horas completas le arruinaría la vida a Charlotte.

Había cosas que no se podían evitar, como que todo mundo en la Universidad se le quedara viendo de esa manera, esa en la que criticas a alguien y te preguntas qué hace en una Universidad del estado, pudiendo pagar una privada. La crees estúpida porque la única respuesta que se te ocurre es que no la admitieron en ninguna universidad prestigiada.

La juzgaron más cuando en el comedor se percató de que su charola tenía encima un tenedor de plástico, "Creo que se equivocaron y me dieron un tenedor de plástico", había dicho y la de la cocina se había reído de ella y todos los que habían estado comprando comida también. Charlotte había fruncido el ceño y se había quedado con su tenedor de plástico.

Era difícil para una chica que había estado acostumbrada a estudiar en colegios costosos.

Las cosas empeoraron en lugar de mejorar, su madre permanecía buena parte del día en su habitación, Charlotte una que otra vez la había escuchado llorar, y es que eso pasa cuando la casa es pequeña. Y Charlotte empezaba ya a odiar la comida china que pedía por teléfono.

Los días en la Universidad no mejoraban, la ofendían y nadie se le acercaba, intentaba arreglarse en el baño, se quitaba los collares que su madre le compraba pero no había mucho qué hacer con su nueva ropa que sólo decía "soy una niña rica".

Un día para demostrar que tal vez era rica pero no estúpida, demostró su inteligencia resolviendo con facilidad un ejercicio de la clase, el profesor la halagó y dijo: "Muy bien, jóvenes, ya que su compañera pudo resolver el ejercicio sin problemas asumo que todos pueden hacerlo también. Guarden sus cosas porque hay examen sorpresa." Y todos la odiaron más.

Y no sólo no le iba bien; no sabía nada de Drake.

Todos los días se mataba pensando en él, en cómo estaría, si lo trataban mal o si sufría demasiado por la muerte con la que ella también cargaba encima.

Una noche, totalmente cansada de la vida que empezaba a llevar, después de tallarse los ojos por las lágrimas, sacó una hoja blanca y comenzó a escribir una carta:

"Drake:

Sé que no lees mis cartas, si lo hicieras... responderías. Por eso escribo esta carta, porque quiero decirte tantas cosas sin que las leas. Pero necesito demasiado desahogarme. Te necesito, quisiera verte al menos una vez. Quisiera saber que todo esto vale la pena. Que me digas otra vez que me amas. Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que te vi, he tomado decisiones con las que no estarías de acuerdo. Pensé que estudiar en la Universidad del estado no sería tan malo, pensé que vivir con mi madre sería tan fácil como lo fue vivir con ella en los últimos años; ausente. Pero no fue así, ella está deprimida todo el tiempo, llora en su habitación y sólo sale para comer la comida a domicilio que pido, se come un poco y luego regresa a su encierro. A veces me siento como ella, quisiera encerrarme en mi habitación y llorar, no salir a la Universidad, ni preocuparme por ella. Pero no puedo, me duele verla así, quisiera ayudarla pero no puedo, porque no puedes ayudar a alguien que no quiere ayuda. Como nadie me puede ayudar a mí tampoco.

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