Capítulo 37

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—Lo siento, ¿les molesta si me retiro? —Preguntó Charlotte.

—Hija...

—Papá, estoy bien, ahora que Drake ha aceptado la ayuda estoy muy bien. —"Sonrió" y subió lentamente las escaleras. Era como si quisiera estar sola pero tampoco quería encerrarse en su habitación. Sin embargo no se le ocurrió otro lugar.

Cuando entró se encontró con una sirvienta acomodando su ropa dentro de su closet. Ella la vio llegar y dejó lo que estaba haciendo.

—Señorita, estaba guardando su ropa limpia, puedo hacerlo después.

—¿Qué? No, no, continúe. —Se acercó al closet y observó toda la ropa. —Es un desperdicio, ¿no?

—Oh... —La sirvienta se puso nerviosa. —No creo que sea mi opinión la que necesite. —Charotte pasó la mano por sus vestidos colgados.

—¿Tienes hijos? Perdón, en realidad no sé tu nombre, creo que nunca me había preocupado por saber el nombre de todos aquí.

—Tanya, señorita. Y sí, tengo tres hijos.

—¿Hijas?

—Dos chicas.

—¿Crees que les sirva algo de esta ropa?

—¿Disculpe?

—Tengo un montón de ropa, Tanya. Anda, ve por dos bolsas grandes de plástico, una para ti y otra para guardar ropa que en realidad no necesito.

—Sí, sí. —La sirvienta salió rápido de su habitación mientras Charlotte empezó a pasearse por su gran closet y a descolgar ropa que ya no quería.

—Oh por Dios. —Escuchó dentro de su habitación y se apresuró a salir del closet para encontrarse con Paul observando las paredes. —Es un color muy... oscuro.

—Hola, Paul.

—Charlotte, tu padre me contó la decisión de Drake. —Se acercó a ella suavemente temiendo que ella tuviera ganas de llorar como había estado haciendo los últimos días.

—Ah, sí. —Se encogió de hombros y dejó la ropa sobre su cama. —Sé lo que hace, pero no le va a funcionar.

—¿Y qué es lo que está haciendo?

—Está alejándome de él, pero no importa lo que haga; no lograra que me olvide de él, es... imposible. —Bufó.

—Ven. —La tomó de la mano y la sacó al balcón, donde nadie más podía escucharlos. —No he podido dejar de pensar en Harry, en que está muerto por mi culpa.

—No se podía hacer otra cosa, Paul.

—Lo sé, es sólo que... si él está muerto y Drake está en la cárcel por ello, creo que vale la pena arriesgarse.

—¿De qué estás hablando exactamente?

—La grabación, Charlie, hay que hacer que valga la pena tanto sacrificio. No culparán a Drake totalmente porque con la grabación y nuestra declaración sabrán que fue en defensa propia, y que él no cometió el otro asesinato ni los demás crímenes.

—Pero Drake dijo...

—¿Desde cuándo obedecemos a quién sea? —Charlotte sonrió.

—De acuerdo.

—La enviaré anónimamente a la policía, ¿tienes la usb?

—Sí, espera. —Charlotte fue a buscarla y regresó a dársela.

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