Capítulo 26
Narra Drake:
Estaba ella sentada sobre la banqueta fuera de su casa, tenía ese vestido que tanto le gustaba y su rostro lo decía todo. Siempre tan segura, nunca demostraba miedo aunque le quisieran temblar las rodillas por dentro. Me miró, fijó sus verdes ojos sobre mí y esperé sin sentido a que volviera a mirarme como lo hacía antes. Pero su mirada era fría, casi dolorosa. Regresó la vista a sus zapatos y volvió a ignorarme por otra eternidad.
—Tengo que odiarte. —Dije sin creerlo yo mismo. —Tengo que odiarte. —Repetí y volví a hacerlo incluso cuando desperté. Estaba claro que no era de noche, ya debía ser más de medio día, pero... ¿a quién le importaba si me levantaba tarde o temprano?
—¿Esas pesadillas te persiguen todas las noches? —Me sobresalté al escuchar su voz, casi caigo del catre y tuve que recuperar el aliento después de verlo.
—¿Qué diablos hace usted aquí, cómo supo dónde vivía? —Le pregunté al abuelo de Charlotte.
—¿Sabías que las personas hacen muchas cosas por dinero? Como soltar información a cualquier desconocido.
—O robar casas, pero no a todos los meten a la cárcel, ¿no? —Me incorporé y me recargué sobra la almohada.
—¿Por qué tienes que odiarla a ella, qué te hizo?
—A usted menos que a nadie tengo que darle explicaciones.
—Entonces... ¿ellos le robaron la vida a tus padres? —Lo fulminé con la mirada. ¿Cómo se atrevía a venir a echarme eso en cara? —Siempre tuviste razón; ellos tenían que pagar de la misma forma en que tú sufriste. ¿Robarles? Siempre fue demasiado poco comparado con lo que te quitaron a ti, ¿cierto? —Cerré las manos como puños. —No, no podías matarlos... no eres capaz. ¿Sabes? Es curioso... —Se cruzó de brazos cómodamente y entrecerró los ojos como si estuviera analizando la situación. Las arrugas que rodeaban sus ojos se hicieron más largas y su canoso cabello pareció por un momento más blanco de lo que lo era. —Ellos han acabado de robarte la vida, aún se los sigues permitiendo... —Miró todo su alrededor. —Aún sigues permitiendo que te quiten... todo.
—¿Y dígame qué debo hacer? ¿Olvidarlo todo? ¿Simplemente hacer como que nada nunca pasó...?
—¿Olvidar? Nunca lo podrás hacer...
—¿Entonces?
—Perdona.
Narra Charlotte:
Es en ese momento, justo al querer alejarte más de él, cuando más lo piensas, cuando más lo extrañas y todo lo que sucede a tu alrededor tiene relación con sus recuerdos. "Oh, nos sentábamos ahí. Vaya... paseábamos por esa calle. Él amaba esa canción. Recuerdo su mirada cada que me peinaba de esta forma. Ese chico lleva una playera parecida a la que usaba él. Este auto anda muy bien, auto... él tenía un auto. Nunca me volveré a poner estos zapatos, me agotan demasiado, aún recuerdo que los usaba camino a casa y me lo encontré a él."
Debo agradecer al cielo que nunca llegué al extremo de: "Agua, él también bebía agua. Aire, él también lo respiraba." O hubiera tenido que empezar a hacerle caso al psicólogo que asistía cada semana.
—¿Todo está bien? —Me preguntó Paul con su jugo de naranja en la mano.
—Oh, sí, todo está perfecto, sólo... hace mucho que no salía a pasear.
—Te gusta el parque... ¿cierto?
—Claro, me encanta. —Sonreí.
No pude evitar recordar las muchas veces en que vine a ese mismo parque con Drake, probablemente me hubiera sentido menos afectada si Paul hubiera elegido otro sitio para hacer un picnic. Las veces en que me encantaba rodar por el pasto y cuando él prefería dejar a los bichos en un sitio seguro a pesar de que estuvieran molestándolo.
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Trato hecho
Teen FictionCuando Charlotte se encuentra en la peor parte de su adolescencia, se enamora (bajo extrañas circunstancias) de quien nunca debió haberse enamorado, sin embargo, también para él fue lo peor que le pudo haber pasado en la vida. Error tras error, ment...