Capítulo 46 (Penúltimo)

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—¿Charlotte? —Cuando su padre abrió la puerta y la vio del otro lado sintió que todo su ser descendía hasta el suelo y sintió que iba a caerse. Claramente ya no era la misma jovencita rebelde la que lo visitaba, era una mujer y tenía una expresión en el rostro que no sabía cómo describir.

—Papá. —Le respondió y ambos se acercaron para darse un prolongado abrazo.

—Pero... ¿dónde estuviste todo este tiempo?

—Aquí. —Confesó.

—¿Aquí? —Dejó que ella y Paul entraran a su casa. —¿De qué hablas? —Esperó a que ellos se sentaran en los sillones frente al televisor para sentarse al más cercano a ellos.

—Vine a vivir a Nueva York desde que... escapé. —Soltó una bocanada de aire después de explicarlo, finalmente confesaba su ubicación.

—Tu madre y yo te estuvimos buscando por todas partes. ¿Por qué lo hiciste?

—Tenía que hacerlo o seguiría haciendo lo que ustedes querían.

—¿De qué estás hablando? Tú nunca nos obedecías.

—Aun así iba a ir a estudiar lo que ustedes esperaban de mí. —Ante su comentario Paul bajó la mirada hacia la alfombra. —Cómo sea, no vine a buscarte hasta que mi "rebeldía" hubiera valido la pena, hasta que pudiera decirte con orgullo que sí cumplí mis sueños. —Sacó de su bolso un sobre del tamaño de una carta color blanco y se lo extendió a su padre, él sin entender mucho lo recibió.

—¿Un musical?

—Seré la protagonista. En el... "Lunt-Fontanne".

—Ese es un teatro enorme... —Dijo con la vista aún en el par de boletos. —No comprendo.

—Lo sé. —Tragó saliva y se entristeció. —Parece que no me prestaron suficiente atención para saber exactamente lo que me gustaba en realidad.

—Lo lamento, cariño, es sólo que estábamos...

—Ocupados. —Terminó su frase. —Lo sé. —Sacudió la cabeza y miró firme a su padre, con el rostro en alto. —No importa ya, sólo quería entregarte esto, y... una es para mamá.

—¿Por qué no se la das personalmente?

—Porque estoy ocupada. —Respondió con remordimiento, pero intentó corregirlo. —Preferiría si tú se la entregas. —Miró a Paul. —Ya nos tenemos que ir.

—Es en unos días, le llamaré.

—Bien. —Los tres se levantaron y Charlotte logró ver a su padre a los ojos. —Gracias por todo. —Su padre sabía a qué se refería; Drake. —Por ayudar a pesar de que yo me fui.

—Te prometí que lo ayudaría y eso hice, además, esta familia le debe mucho. —Charlotte supo entonces que su padre ya estaba al tanto de su abuelo.

—Mi abuelo, nosotros no le debemos nada. —Charlotte deseó no ser tan dura al hablar, pero todo ese resentimiento que tenía por muchas personas incluidas sus padres, su abuelo y Drake, empezaba a salir a flote. —¿Quieres hacerme otro favor?

—Sí. —Su padre la miraba como un poco de temor, claramente Charlotte se esforzaba por no explotar.

—¿Podemos no volver a hablar de nada? Es decir, de todo. —Juntó las cejas. —Intento perdonar. Además, a ti no te odio tanto. —Su padre contrajo el rostro pero sabía que su hija no bromeaba. —Espero que vayan, en realidad; tienen que ir, porque sólo me dieron dos boletos y uno es de Paul, así que tuve que comprar el otro. —Frunció el ceño ante su gran explicación.

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