—¿Una fiesta en la playa? —Preguntó Willy.
—Sí, fin de curso de su colegio o algo así. —Explicó Drake viéndose frente al espejo opaco que tenía en su habitación.
—Uhmm, Charlotte te invitó, qué... amable. —Drake frunció el ceño y miró a través del espejo a su amigo.
—¿Qué pasa? Has estado extraño últimamente.
—En un principio.... Charlotte te invitaba a todas esas cosas porque era su trato pero ahora, bueno, lo hace porque realmente quiere hacerlo.
—¿Eso tiene relación alguna con Gabrielle?
—Estoy enamorado de ella, Drake, pero Gab... sigue escondiéndome. ¿Por qué no me invitó esta noche como Charlotte lo hizo contigo?
—No puedes compararlas, Charlotte ya no tiene nada qué perder, todo mundo me conoce. No sabes cómo es la familia de Gabrielle, tal vez le prohíban salir contigo y prefiere esconderte para que eso no suceda. —Se encogió de hombros. —No lo sé.
—Bueno. —Sacudió la cabeza. —Concentrémonos en ti, ¿quieres? No pensarás llevar eso.
—Amigo, no tengo ropa...
—Vas a ir a pararte en medio de un montón de niñitos que compraron su ropa en París, vamos, comparás nuevos pantalones.
—Will, no queremos que se nos acabe el dinero que tenemos, ¿o sí?
—Créeme, lo vale. Muévete, imbécil, ya casi anochece.
—Maldición. —Masculló Charlotte dentro de su enorme closet lleno de ropa al verse frente al espejo. —No tengo qué ponerme.
—Charlotte, ¿sabes dónde quedó mi agenda? —Preguntó Stelle entrando.
—¿Qué? No, ni idea. —Respondió su hermana menor sin verla.
—¿Qué haces?
—Busco qué ponerme para la fiesta de esta noche.
—Uhmm, ¿es en la playa? Bueno, definitivamente no puedes llevar pantalones largos, y algo caliente, será de noche pero nunca hace frío. —Se acercó a la ropa colgada y acomodada por colores o telas. —Veamos... —Sacó una blusa holgada blanca de algodón y se la extendió. —Prueba esto.
—De acuerdo. —Charlotte se puso una blusa de tirantes blanca debajo de la blusa holgada que era casi transparente. —¿Qué tal?
—Me agrada, ¿qué tal unos shorts de mezclilla? —Charlotte los buscó con la mirada y los encontró.
—¿Estos?
—Sí, perfectos. Y... —Buscó unas sandalias sencillas y se las dio. —Sencilla y perfecta.
—Gracias Stelle. —Le dijo al verse frente al espejo. Su hermana le sonrió y le pasó los dedos por su cabello.
—Siempre odie tu cabello perfecto.
—Claro...
—Es en serio, no bromeo. —La miró por el reflejo. —¿Sabes? Cuando el abuelo murió tú cambiaste, eras la más cercana a él, su muerte te endureció pero... ahora te veo realmente feliz. Probablemente sea el chico.
—Sé que a esta familia no le agrada pero él es especial conmigo.
—Ya veo que sí. Pero no creo que no les desagrade del todo, es sólo que se preocupan por ti. ¿Recuerdas cuando comíamos y comíamos helado a escondidas de niñas y después terminábamos con dolor de panza?
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Trato hecho
Teen FictionCuando Charlotte se encuentra en la peor parte de su adolescencia, se enamora (bajo extrañas circunstancias) de quien nunca debió haberse enamorado, sin embargo, también para él fue lo peor que le pudo haber pasado en la vida. Error tras error, ment...