Capítulo 45

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Como muchas veces Charlotte había soñado; la puerta de cristal de ese restaurante se abrió y por ella entró Drake. Tenía el rostro rojo y una expresión totalmente decidida. Ella lo había visto entrar porque acaba de entregar una malteada a la mesera sobre la barra.

— ¿Qué demonios...? —Dijo ella pero no entendía la expresión de Drake.

¿Estaba molesto? ¿No?

— ¡Noté cómo me viste la última vez! —Le echó en cara. Charlotte miró hacia todos lados, desconcertada y avergonzada cuando vio que todos los presentes empezaban a fijar la mirada en ellos.

— ¿Quieres bajar la voz? Estoy trabajando... —Le pidió entre dientes.

—¡Me viste los brazos! —Continuó alardeando. Charlotte lo miraba incrédula, nunca lo había visto de esa manera. —¡Notaste que me quité los tatuajes!

—¿Por qué me haces esto? —Le preguntó con una mano en la cara.

—¡Entonces decidí hacer algo para ti!

Charlotte dejó que se le cayera la quijada cuando Drake se quitó la camisa en pocos y rápidos movimientos, dejando su cuerpo al descubierto, luego se dio media vuelta y dejó que Charlotte viera el tatuaje que se había hecho probablemente hasta hace unas horas. Aún los bordes permanecían muy rojos y la tinta se veía fresca. Ella se llevó ambas manos a la boca cuando leyó un "Charlotte", al centro de un corazón, lo bastante grande para que no pasar en lo absoluto desapercibido.

Cuando Drake supuso que Charlotte ya había visto su tatuaje le dio la cara.

—¿Te gusta?

—Yo... —Charlotte contrajo el rostro. —¿Por qué no te pones la camisa?

—¡¿Te gusta?!

—¡Demonios, Drake! ¡¿Por qué lo hiciste?!

—Descubrí que cuando te conocí y la manera en que nos enamoramos no fue la más... ¿romántica? Quiero hacer lo que no hice; conquistarte.

—Eso es tan cursi...

—Tú y yo somos cursis en el fondo, sólo tenemos muchos problemas en la cabeza para serlo.

—¡No digas tonterías, mira el corazón!

—¡No iba a poner tu nombre y ya!

—¡No tenías que hacerte ese tatuaje!

—¡Pero te gustaban mis tatuajes!

—Sí, pero... ¿qué importa ya?

—¡Deja de actuar como si yo no te importara! —Le reclamó.

—¡No me importas! —Declaró.

—¡Por favor!

—¡¿Acaso no lo entiendes?! ¡Ya no eres parte de mi vida!

—Charlotte...

—Drake. —Tomó una bocanada de aire. —Vete, por favor, o me meterás en problemas. —Le pidió.

Drake la miró un momento y asintió.

—Y hazte un favor y bórrate eso. —Lo señaló.

—Nunca. —Drake le sonrió y poniéndose la camisa salió del restaurante.

Pensó que sería sencillo salir y tomar un taxi, pero en el estacionamiento se encontró con Paul quien lo miraba desde hace rato con los brazos cruzados. Drake torció los ojos al verlo.

—Así que viniste a incomodar a mi novia. —Le dijo Paul con una expresión extraña en el rostro, pero celos no eran.

—¿Te sorprende?

—No. —Se encogió de hombros. Drake alzó las cejas y se paró frente a él. —¿Qué haces aquí, por qué regresaste?

—Quiero recuperarla.

—No se puede recuperar lo que nunca se tuvo. —Drake le sonrió dándole por su lado. —Le pediré que se case conmigo. —Le confesó y Drake apretó la mandíbula, pero pronto se relajó.

—Probablemente ella acepte. —Admitió Drake. —Te has convertido en un buen hombre, Paul. Tus padres deben estar orgullosos de ti, cumpliste sus sueños. Aunque no tuviste el valor para perseguir los tuyos.

—¡¿Crees que tuve opción?! Después de todo lo que sucedió me enviaron a vivir con mis abuelos, Drake, desde joven aprendiste a valerte por ti mismo, yo no, todo lo que conocía y de lo único que dependía era del dinero de mis padres. ¿Qué podía hacer? Yo no tuve el valor para escapar como Charlotte.

—¿Por qué le pedirás matrimonio? ¿Por qué así tenía que ser? Sus familias lo esperan de ustedes. —Paul sacudió la cabeza.

—A ellos no les agrada Charlotte, dicen que... es una vergüenza para su familia.

—¿Entonces lo haces como único acto de rebeldía?

—Lo hago por la misma razón por la que ella aceptará; destino. —Drake asintió y le dio un golpecito amable en el hombro.

—La verdad, Paul, nunca te agradecí lo suficiente por lo que hiciste por mí, sé que lo hiciste por ella pero...

—Claro que no, bueno, al principio, pero luego pensé que... —Hizo una mueca. —Sentí que era lo justo. —Lo pensó mejor. —Además, así te ibas más rápido a la cárcel. —Mintió y ambos sonrieron.

—Suerte, Paul.

—Adiós, Drake.

—Persigue tus sueños. —Le dijo antes de irse.

—Eso hago. —Señaló con la cabeza el restaurante. —Tú aléjate de mi novia.

—¿Sí sabes que ella me elegirá a mí, cierto? Ken.

—Ya vete de aquí, delincuente. —Ambos se dedicaron probablemente la sonrisa y la mirada más respetuosa en toda su vida y Drake finalmente se fue.

Sin embargo a Paul le hubiera gustado responderle "Sí", porque lo sabía, igual que Drake, igual que Charlotte, que ella elegiría a Drake al final, aun así lo intentaría hasta el último momento.

Mientras Charlotte servía una de sus últimas malteadas no podía evitar que una sonrisa estúpida se estacionara en su rostro, recordando a Drake, recordando su propio nombre plasmado en él, en su piel.

Media hora después terminó su turno y salió del restaurante, notó la presencia de Paul y de inmediato se acercó a él.

—¿Llevas mucho esperando? —Le preguntó curiosa.

—No realmente, unos cinco minutos, tal vez. —Mintió. —¿Lista?

—¿Para ver a mi padre después de tanto tiempo? Nunca.

—Vamos.


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Pequeñito pero no he tenido mucho tiempo para esta novela, lo siento :(


(Así acaba menos rápido) :P

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