PROHIBIDO. Inocente Pecado

~Capítulo 59~

"Él traía una camiseta a cuadros azules, unos pantalones negros y tenía una mochila en la espalda, además de cargar con el canguro que el obsequio que le entregué. Su cabello estaba desordenado y sus ojos se veían igual de duros y cálidos al mismo tiempo, además una sonrisa tímida se asomaba por sus labios mientras sobaba la parte trasera de su cabeza con una mano y con la otra sujetaba a una chica, entrelazando sus dedos.

Otro golpe en mi pecho. "La vida solo está llena de sorpresa para mí".

Aquella joven era quizás de su edad, tenía el cabello de un color muy rubio, era delgada y lucía un vestido holgado y unas zapatillas mientras sonreía a TaeYong y se apegaba a su brazo mientras le susurraba alguna cosa que no lograba escuchar. Apreté los labios.

Quizás era una familiar que le tenía mucho cariño quise pensar, pero esa idea se descargó cuando TaeYong se acercó aún más y la besó despacio, tranquilo y mostrando una sonrisa como jamás recordaba. La sujetaba por la cintura causando a aquella jovencita que se derritiera por él.

Cerré los parpados dejando escurrir mis lágrimas. "Finalmente encontraste tu lugar ¿No es así, TaeYong?---

Bajé el rostro y di media vuelta, envolviendo mis brazos a mí alrededor. Y nuevamente soy la que sobra en una relación.

Caminé en silencio unas calles, hasta que un ligero mareo me azotó la cabeza. Todo se balanceó mandándome de lado. Todo se volvió en la nada en solo segundos. Ni siquiera sentí el golpe al colisionar con el piso. Cuando mi cabeza se empezó a despejar tenía a muchas personas a mí alrededor, y entre ellas una mujer que me sujetaba de los hombros, ayudándome a pararme—

-¿Está usted bien?—cuestionó ella.

Parecía ida, ni siquiera recordaba qué hacía allí.

-Sí—asentí—Estoy bien. Me ayudaron a ponerme de pie y luego tomé un taxi al hotel donde me hospedaba. Era ya de noche cuando llegue al hotel. Las estrellas en el cielo se lograban vislumbrar débilmente, y entre ellas el recuerdo de TaeYong con aquella jovencita.

"Sonríe, TaeYong"

Por fin has logrado encontrar tu lugar ¿No es así? Y me legro tanto por ti porque te lo mereces. Te mereces de verdad que alguien solo te amé a ti y que te valore tanto. Te mereces que alguien te tenga como el único hombre en su corazón, te lo mereces de verdad.

Esa noche no cené porque no tenía mucha hambre. Mi corazón hacia tranquilo con algún sentimiento aun remordiéndome por dentro. La mañana siguiente me levanté temprano, era hora de regresar a Londres. Recogí mis cosas y después de separar un vuelo me dirigí a desayunar. Un ligero desayuno que alivie mi estómago para luego aguardar la sala de espera del aeropuerto.

Hacia sentada media hora con la mirada perdida, entonces fue cuando un retorcijón me revolvió el estómago obligándome a tirar todo y correr hasta los servicios higiénicos para terminar de arrojar todo mi desayuno. Mi estómago se vaciaba como si se tratara de algún vaso que recitaba arrojar su contenido de un golpe.

Otro sentimiento de ansiedad y confusión me llenó al instante; y un conteo rápido en mi cabeza determinó que iba retrasada con mi periodo cuatro días. Apreté las manos mientras me lavaba la boca y el rostro, luego reflejándome en el espejo llevé finalmente las manos a mi vientre. ¿Sería posible?

Tomé mi vuelo de regreso a Madrid teniendo los pensamientos perdidos; por lo que, apenas al aterrizar en Londres aparté una cita con el ginecólogo. Recordaba muy bien esa noche, o parte de ella... recodaba muy bien la mañana en que Kyuhyun y yo habíamos despertado en mi cama, completamente desnudos... ¿Era posible acaso?—