Unos gemidos se asomaron por la puerta de nuevo, confirmándome lo que había escuchado hace unos momentos... gemidos de mujer... gemidos roncos de varón...gemidos de Kyuhyun y una mujer en su habitación.
Los gemidos aumentaban y se convertían en gritos de placer de una mujer y también la voz de Kyuhyun. Era la habitación de Kyuhyun y yo sabía muy bien lo que pasaba allí dentro. Lleve las manos a mi boca y eché a correr hasta llegar a mi habitación, apagando la luz del callejón y dejándome caer sobre la cama con la luz apagada. Mis lágrimas corrieron por mis mejillas como si tratase de algún pequeño rio. Quejidos se escapaban de mi boca mientras que el pecho me dolía como nunca lo había sentido. Me dolía tanto. A esto se había referido mi padre. Solo saldría con el corazón roto.
No pude dormir casi nada. Los gemidos y gritos de placer llegaban hasta mi habitación y yo no dejaba de llorar sin intentar taparme los oídos. Cuando los ruidos dejaron de escucharse seguí llorando hasta que solo me quedé dormida. A la mañana siguiente estaba hecha todo un asco. Los ojos hinchados y muerta de sueño y cansancio.
Cuando cruzaba el pasillo para ir a la cocina, la puerta de la habitación de Kyuhyun se abrió, pero no salió él, sino una mujer que reconocí en el acto. Era una de las doctoras de la clínica. Una rubia bastante guapa y atractiva. Ni siquiera notó mi presencia si no que solo se marchó.
Preparé de desayuno para dos, pero Kyuhyun solo pasó de largo y salió de la casa sin tomar desayuno, dejando su parte en la mesa, servida y haciéndome sentir peor. A veces desearía no tener un corazón tan débil y aprender a odiar... pero ni siquiera eso sé hacer. "Torpe, eres una torpe. Siempre lo serás"
Otro día de atareado trabajo. Mucho que trascribir y atender. La recepcionista venia por los historiales de cada niño atendido. Esto, definitivamente era una explotación.
Era ya casi las siete y se suponía que Kyuhyun ya se había marchado, pero en vez de ello lo vi ingresar a mi consultorio, acercándose y parándose justo en frente de mí, haciendo que me encogiera de hombros al morir de nervios—
-Doctora Jones, no entiendo ¿Cómo es que puede ser tan ineficiente? ¿Cómo no puede terminar con todo hasta antes de su horario, si la anterior pediatra siempre terminaba antes y tenía el día tranquilo?—
-¿Era enserio? Pues la anterior pediatra debió de haber sido un extraterrestre...Perdone—me disculpé—Me estoy adaptando—
-¿Adaptando?—arqueó las cejas—
-Si. Los historiales se demoran mucho en ser transcritos, y eso es lo que más me demora. Trataré de ser más ágil—No dijo nada por vario segundos, por lo que levanté la mirada para verlo y tras mis gafas. Sus ojos eran inexpresivos. Bajó las manos hasta el escritorio y tomó alguno de los documentos arrumados allí. Empezó chequearlos uno a uno, viendo la tensión en su rostro.
¿Había hecho algo mal?
-Espérame aquí—me dijo con los ojos endurecidos. Se marchó dejándome sola.
¿A dónde más me iba a ir? si tenía un largo trabajo por la noche. Continué con lo que hacía hasta que escuché murmullos. Levanté la cabeza y me encontré con varias de las chicas laborando aquí: secretarias de la zona de recepción. Cuatro chicas muy guapas, no como yo.
Todas me miraban susurrando. ¿Había algo mal? No comprendía. Al cabo de unos minutos Kyuhyun llegó y caminó a paso firme, colocándose tras mi escritorio, justo a mi lado y volviendo chequear los documentos en mi escritorio. Separando uno a uno. Se pasó minutos sin hablar, separando los historiales mientras todas permanecían en silencio. No comprendía nada. Terminó con lo que hacía.
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PROHIBIDO. Inocente Pecado
Fanfic(TN) Jones a sus ya veintiún años, jamás ha besado a nadie, jamás ha conocido la palabra sexo y mucho menos se ha sentido atraída por un hombre. Ella es callada, tímida y vive encerrada en su mundo, comprometida con su trabajo y con el hombre que m...