~Capítulo 37~

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Mechones de cabello negro y pequeños gemidos me hicieron reconocerla de inmediato. Se trataba de Valeria.

Intenté cerrar la puerta desesperada por no ver más debido el naciente dolor en mi pecho y taque de celos. No celos por ella, celos de su suerte; de que ella o cualquier otra podía besarlo o tenerlo sin temor a nada.

Golpeé mi cartera en la puerta en un acto torpe, ocasionando que ellos voltearan de inmediato hacia mí. Valeria no lo soltó, solo levantó un poco el cuerpo para verme tras la nuca de Kyuhyun, mientras que los ojos de Kyuhyun si se clavaron en los míos. Mis pupilas temblorosas revelaron mi necesidad de llorar, mi labio temblaba mientras mi cerebro trataba de buscar las palabras indicas para excusarme—

-Perdonen—Balbuceé—Donghae me dijo que estaría aquí—

-Oh—Valeria me sonrió sin soltar a Kyuhyun, y él tampoco hizo un intento de apartarse de ella manteniéndose en la misma posición—Se fue hace unos segundos. Tardabas mucho y su padre lo llamó con urgencia. Debe estar en la oficina de gerencia—Sonrió ella saludándome con los dedos y guiñándome el ojo—

Kyuhyun volteó la cabeza para no verme más. Tragué saliva obligándome a no sonar temblorosa—

-Gracias, Valeria—

-¡De nada, cuñada!—Gritó exagerada volviéndome a guiñar el ojo derecho y jalando a Kyuhyun para regresar a sus labios.

Cerré la puerta teniendo el corazón saliéndoseme por la boca, mis piernas temblaban y nuevamente tenía las lágrimas en las puertas de mis lagrimales. Empecé a caminar de prisa saliéndome el camino de memoria, mis pies solo me condujeron hasta abandonar la clínica, y luego caminaron las calles hasta el restaurant donde él estaba. Llegué hasta recepción y pregunté por él, anunciándome que lo llamarían. Solo tardó medio minuto a llegar corriendo.

Sus ojos oscuros, duros pero a la vez reconfortarles me observaron comprendiendo muy bien—

-TaeYong—Murmuré abrazándolo con fuerza y hundiendo mi rostro en su cuello—quiero odiarlo... quiero odiarlo, TaeYong. Pero no puedo—

Susurré ahogada entre sollozos sin poder detenerme. Me dolía, me dolía que él pudiera estar con alguien más y yo ni siquiera era capaz de sacarlo de mis pensamientos.

TaeYong me llevó hasta la azotea hasta el interior de la casa, en una sala que quedaba justo a espaldas del local que funcionaba como restaurant. Me hizo recostarme sobre él sofá apoyando mi cabeza en su regazo—

Le conté entre sollozos de que nos habíamos despedido, sin detalles; por supuesto. Nuestra decisión y la llegada de Valeria, y aunque habíamos ya decidido tomar caminos diferentes me dolía verlo con alguien más—

-¿Por qué no simplemente soy capaz de enredarme con cualquier hombre que se me cruce al igual que él lo hace?—Murmuré teniendo la voz decaída—

La mano de TaeYong acariciaba delicadamente mis mejillas y cabello—

-Porque si lo hicieras entonces no serías tú. Tú no eres así, (TN)—sonrió dibujando alguna figura en mi frente—Si tu harías eso entonces quizás termine botándote de mi casa—bromeó—

Arrugué la nariz y dibujé una sonrisa en mis labios. Él tenía algún tipo de aura especial que lograba que me sintiera tranquila, y que cada vez que hablaba con él me sentía liberada—

-Pues entonces yo golpearía en tu puerta una y otra vez hasta que me permitas ingresar y ver a mi mejor amigo—Bromeé pero los ojos de él se desvanecieron en una melancolía—

PROHIBIDO. Inocente PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora