~Capítulo 72~Agradecimiento eterno

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-Creo que me has extrañado—susurré en su boca que parecía desesperada—

-¿Bromeas?—Murmuró frunciendo sus labios contra los míos; manteniendo su lengua abriéndose paso en cada rincón de mi boca, acariciando en un gesto de anhelo. Aprisioné mis manos en su nuca mientras pequeños gemidos salían de mi boca al sentir las suyas deslizándose por mis muslos hasta llegar la parte en donde el polerón no me cubría el cuerpo. Piel desnuda contra sus grandes manos, y luego estas sujetando mis caderas y empujándome hacia arriba.

Lo rodeé con mis piernas sujetándome con los brazos en su nuca mientras besos acelerados se repartían entre nuestras bocas.

La pared contra mi espalda haciéndome arquear el cuerpo, al mismo tiempo que él me empujaba a ella, acariciándome los muslos desnudos, empujando sus caderas contra mi intimidad. Jamás había creído que él resultara ser tan avezado.

Un gemido de mi garganta provocando un gruñido en él al instante que los sentí empujar nuevamente mi entrepierna con sus caderas, dejándome sentir su erección. Claro que su anhelo había esperado toda la noche—

-Pareces cansado—Susurré con una risa tímida contra su boca—

-Muy casado—pronunció con la voz ronca—No he pegado un ojo hasta el momento— sus besos eran entrecortados y sus manos no abandonaban mis muslos—Estaba ansioso por verte... y quizás por comprobar que no lo que había ocurrido, no era parte de un sueño—Murmuró contra mi boca, disminuyendo su hambre de placer en él--- Me preocupaba que al volver descubra que hayas decidido que en realidad no me amas—Sus manos subieron hasta mi cintura, aferrándose a mi cuerpo con todas sus fuerzas—

Acaricié su espalda reposando besos en su mejilla y luego en su cuello—

-Estoy aquí—sonreí tomando su rostro entre mis manos—Esta vez no me voy ir, y tú tampoco lo harás—continué luciendo mi sonrisa mientras besaba sus labios—Pero ahora tienes que dormir, TaeYong. Debes estar muy cansado—

Una sonrisa traviesa apareció por sus labios, inclinando la cabeza hasta mi oído—

-Muy cansado. Pero tenía la esperanza de poder dormir en tu cama—Otro cosquilleo en mi vientre haciéndome apretar las piernas y en consecuencia que apretara sus caderas, provocando un sonido ronco de su garganta—

-Eso puede esperar—Musité besando el lóbulo de su oído—Tienes que descansar, en mi cama o donde sea. Pero tienes que descansar—

-Vamos a mi departamento—susurró besando mi cuello—Tú tienes que comer y no tienes nada aquí. Más tarde iremos de compras, no quiero que salgas sola con este frio.

Asentí de inmediato bajando de sus caderas para luego escuchar un gruñido de disconformidad y negación por parte de él—

-Solo iré a ponerme algo de ropa—sonreí y él arqueó las cejas mirándome de pies a cabeza—

-Yo te veo bien así—Comentó y en respuesta solo sacudí la cabeza para luego ir por mi ropa. Unos pantalones y un polo manga acero más mi abrigo encima; y luego, TaeYong y yo salimos de mi departamento dirigiéndonos al suyo. La habitación estaba vacía, es decir la sala. Quizás porque Mia también había llegado cansada y se había metido a la cama a dormir, y eso era un alivio.

Ingresé a su habitación, viendo a TaeYong dejándose caer contra la cama. El cansancio en sus ojos delataban que no solo llevaba un día sin dormir, si no más tiempo. Quizás la noche anterior a su vuelo tampoco había dormido.

-Duerme conmigo, (TN)—Llamó él desde la cama. Retiré el abrigo de mi cuerpo, y también los pantalones, dirigiéndome hasta él para entrar a la cama—

PROHIBIDO. Inocente PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora