Prohibido Enamorarse ||PE1||

c u a r e n t a y o c h o-parte 2-

EDITADO LO MEJOR POSIBLE c:

Laura POV:

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Estaba impaciente, ansiosa. Ellen me había prometido que me dejaría quedarme con Ross siempre y cuando no "hiciera una estupidez" como lo catalogó ella.

Al menos ya me había desatado por lo que podía moverme con facilidad por el cuarto. Me acerqué a las ventanas que estaban tapadas con unas cortinas muy gruesas por lo que no podía saber si era de día o de noche. Abrí lentamente las cortinas y me día con la sorpresa de que las ventanas estaban tapadas con maderas y que apenas se podía ver un poco de claridad entre ellas, por lo que supuse de que estaba anocheciendo.

La puerta se abrió y yo corrí a sentarme en la cama porque no quería que mi madre me vea así.

No era ella, era Ross.

--¡Nena!-exclamó y corrió a abrazarme.

Ya que no estaba amarrada correspondí a su abrazo y lo rodee su cuello con mis brazos.

--Ross-susurré cuando sentí su respiración cerca de mí, lo amaba tanto.

Lo que sentía al tenerlo conmigo era una sensación inexplicable, era una extraña mezcla de felicidad, paz, amor.

Agarró mi mandíbula y me levantó el rostro, acercó sus labios a los míos y me besó demostrándome todo el amor que sentía por mí.

Mis manos fueron a su rubio cabello el cual acaricié demostrándole que también lo amaba.

Nos separamos por la falta de aire y agarré la mano de mi amado novio para sentarnos en la cama.

Observé que su mejilla se había puesto morada debido al golpe que mi madre le dio así que le acaricié tratando de hacer que el dolor desaparezca.

--Auch-dijo ante mi tacto así que alejé mi mano de ahí.

--¿Te duele mucho?

--Un poco-admitió encogiéndose de hombros.

Le dí un beso en el lugar del golpe y me sonrió ampliamente.

--Umm ya no me duele-dijo y yo solté una risita.

--Me alegro.

--¿Cómo estás? ¿te ha hecho daño?-cuestionó con evidente fastidio.

--Pues... estoy mas tranquila ahora que estás conmigo y no, al menos no físicamente más que unos golpes.

--¡Maldita zorra!

--Cálmate cariño, muy pronto todo eso se acabará-prometí.

--Mientras estemos juntos nada malo puede pasar-dijo y comenzó a besarme.

Dios, él no hacía más que ponérmela difícil con la decisión que ya tomé.

Sabiendo que probablemente sea la última vez que vuelva a tenerlo así sujeté su cabeza y enredé mis dedos por su sedoso cabello, otra vez, atrayéndolo más a mí.

Lo amaba tanto y sabía que sería capaz de todo por él.

Sus manos fueron a mi cintura y me sujetaba con delicadeza.

Pero yo no quería delicadeza, quería demostrarle lo mucho que lo amaba y que pase lo que pase jamás amaría a nadie más.

Me senté a horjadas sobre él y sin dudas se sorprendió ya que se separó de mi viéndome con los ojos muy abiertos.

--Laura, ¿estás bien?-asentí con la cabeza mirándolo con adoración, siempre estaba preocupado por mí y eso me hacía amarlo mucho más.

--¿Quieres que te diga algo?-preguntó apartando un mechón de mi cabello que me tapaba el rostro-No entiendo porque tu madre te trata así.

Suspiré, no quería hablar del tema justo ahora.

--Ella siempre me ha odiado ya te lo dije-me acerqué y comencé a besarlo nuevamente.

Pero Ross tenía otros planes ya que se separó nuevamente.

--Pero... no lo sé es raro que te quiera dar a unos delincuentes para "pagar una deuda"-hizo comillas con los dedos-no entiendo eso...

Pero por supuesto, nunca le había contado lo que me sucedió hace tres años.

--No te lo he dicho ¿verdad?-inquirí con una ceja alzada.

--¿Decirme, qué?

--Hace tres años me desmayé en el aula de Historia, nadie entendía el porqué ya que siempre he sido una niña "sana", bueno la cosa que pasó y me llevaron a la enfermería donde con ayuda del alcohol reaccioné, el tema quedó olvidado porque bueno... era un "simple desmayo".

<<Al día siguiente pasó lo mismo en clase de Aritmética y recuerdo que algún compañero desatinado dijo que yo podía estar embarazada, muy estúpido ¿verdad? La enfermera dijo que probablemente tenía anemia ya que estaba "muy delgada" entonces me recetó pastillas de hierro y comencé a tomarlas.

<<Mi madre supo de mis desmayos pero igual que la enfermera, creía que era anemia así que lo dejó pasar. Pasaban los días y no volvía desmayarme sin embargo una semana después sucedió algo peor: Iba caminando con Rydel rumbo a casa cuando de la nada me desmayé y golpee la cabeza con el suelo lo que hizo que comenzara a sangrar, la gente que me vió llamó a una ambulancia y me llevaron al hospital, luego de eso recuerdo que desperté porque oía unos llantos descontrolados, abrí mis ojos y era ella... mi madre lloraba, trataba de hablar para decirle que ya había despertado que no se preocupara pero me fijé que hablaba con un doctor y no se habían percatado de mí.

<<Volví a cerrar mis ojos finjiendo dormir y oí que él le decía que yo padecía una enfermedad muy extraña que paralizaba mi cerebro de la nada y que si no recibía tratamiento podía darme un paro cerebral en cualquier instante.

<<No asimilaba muy bien lo que decían así que continue en silencio y mi madre preguntó cuando podíamos iniciar el tratamiento, él dijo que en EE. UU. no había dicho tratamiento así que tendría que venir a Londres a recuperarme, irónico ¿no? Lo peor fue que eso era carísimo, costaba millones ya que se hacía con celulas madre y eran difíciles de conseguir.

<<Mis padres aceptaron eso y por un año estuve hospitalizada, me hacían algo parecido a las quimioterapias y luego me aplicaban las células madre por todo el cuerpo, era horrible y sufrí demasiado por ello. Al final me recuperé y volví a mi vida normal... ¿ahora lo entiendes? Esa es la deuda que adquirió Ellen, ella tuvo que prestarse dinero de mucha gente para salvarme así que técnicamente le debo mi vida.

--Laura... --susurró mi chico con los ojos llenos de lágrimas.

--No te compadezcas Ross, eso fue hace tanto y es casi imposible que vuelva a tenerlo, el tratamiento fue muy eficaz además no quiero recordar esos momentos y no quiero verte sufrir-volví a besarlo intensamente alejando los recuerdos de ese año tan doloroso para mí.

Volvió a separarse de mí.

--Eres tan valiente nena, tan valiente.

--Shh-puse un dedo en sus labios-cállate y disfruta del momento.

Volví a besarlo y vertí en ese beso todo el amor que sentía por él.

Trató, nuevamente de separarse de mí pero hice acopio de toda mi fuerza y lo empujé contra el colchón y caí encima de él.

Solté una risita y seguí besándolo, su lengua comenzó una guerra con la mía y un gemido escapó de mis labios.

Mis manos sujetaron el dobladillo de su camiseta que tenía marcas de suciedad y polvo, comencé a levantarla y separé mis labios de los suyos solo para sacársela.

Lo miré a los ojos y pude ver el amor infinito que me tenía, así como el deseo, por Dios hasta podía sentir el bulto que se rozaba mi entrepierna levemente.

--Te amo-susurré.

--Te amo-respondió antes de sacarme la blusa y mostrarme el amor que sentía por mí.

N/A: Gracias por leer, comentar y votar <3

xoxo