All Of Me.

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Hija de padres divorciados recientemente, pero con problemas desde que tengo 10 años, por lo que siempre me he mantenido alejada de ellos, durante mi niñez solo me dedicaba a practicar baile, ballet, gimnasia para mantenerme lejos de casa y evitar sus problemas diarios, pero durante la adolescencia me he dedicado a gastar todo el dinero con el que pretenden comprarme para que prefiera a uno de los dos, en ropa carísima, tacones y accesorios de marcas asquerosamente caras, pero que amo más de lo sano. Siempre me he preocupado mucho, incluso soy un poco compulsiva con eso de mi figura, y dedicó gran parte de mi tiempo en gimnasio y deportes, tampoco soy mala estudiante, de hecho se me hace fácil sacar buenas notas y eso, y definitivamente no soy la típica perra rompecorazones que se acuesta con cualquier popular o adinerado, si! Esa que está en cada instituto del mundo. Durante mi infancia mi único apoyo fue mi hermano, cuando tuve 14 años él y su mejor amigo se fueron del país, son tres años mayores que yo, ellos son peligrosos, literalmente son los Bad boys del lugar en donde viven, ellos son esos típicos mujeriegos que utilizan chaqueta de cuero como si se tratara de un uniforme, de follan a una chica diferente cada noche, sus nombres son Scott Thompson y Max Jefferson, desde que se fueron hace dos años a Miami, ellos se dedican a ser criminales, también están en la universidad, pero solo para que mis padres no se den cuenta de lo que hacen, mi relación con Scott es bastante especial, incluso con Max, y me cuentan que la mafia en la que están ganar dinero es bastante fácil, y que no lo hacen por qué lo necesiten, sino por las experiencias y la adrenalina que viven a diario, a ellos les gusta y a mí no me molesta que se dediquen a eso, de ellos he aprendido mucho y siempre hemos sido los tres contra el mundo, hasta que se fueron a Miami, ahí mi vida empezó a cambiar, ya no asistía a ballet, baile o gimnasia, y sentí un vacío peor, solo quedaban mis amigas, me dedique al gimnasio y sobre todo a arruinar a mis padres asquerosamente ricos.

Mi nombre es Ashley Thompson, tengo 16 años de edad y mis preocupaciones son mantener mi figura y comprar ropa hasta dejar sin fondo las tarjetas del bastardo de mi padre y continuar con las de mi madre y sentir satisfacción porque no pueden decirme nada, y si lo intentan no hay nada que un par de lagrimas solucionen, continuar con las tarjetas de débito y en muchas ocaciones cheques que giren al rededor de los cinco mil dólares, por otra parte, me dedico a las carreras ilegales en mi tiempo libre, simplemente me encanta la velocidad y la adrenalina combinada, apenas empiezo en esto, empecé a penas cumplí  16 y saque mi permiso de conducir, a Scott precisamente no le agrada, pero tampoco me lo prohíbe, toda mi vida estaba siendo perfecta, muchos se sorprenden por mi forma de tomar las cosas, porque no es fácil eso de chantajear a tus padre con que conoces a sus amantes, sin conocerlos y amenazarlos con que se lo diré a mi padre o mi madre dependiendo de a quién esté chantajeado, para conseguir las últimas colecciones de Gucci, louis vuitton, Chanel, Valentino, dolce and gabbana, moschino, Prada, giorgio Armani , entre otras, para mí era fácil o simplemente no le daba la importancia que amerita.

Mis amistades... Joder! Después de que se fue Max y mi hermano, pasaron a ser lo mejor de toda mi vida, todas somos tan parecidas y diferentes que hacemos un contraste perfecto las tres, siempre estábamos conectadas y nos confiábamos todo, y me di cuenta cuando Sophie me confesó que había besado a mi novio, y Valerie me confesó que le gustaba mi hermano, teníamos 13 años, eran grandes secretos en ese momento, incluso pensé en ayudarla con el, pero temía por mi amiga, así que lo dije que no era buena idea, por lo que era cuatros años mayor que ella y de ninguna manera sus estrictos padres lo aceptarían, de ninguna jodida manera, aunque pude conseguir para ella una noche de las típicas de Scott, ¡si a los trece años!

Todo era perfecto en mi vida, hasta que mis padres deciden definitivamente separarse, pero lo que en realidad me afectó fueron las consecuencias, me dieron la noticia que tendría que vivir con mi hermano en Miami, hasta ahí todo bien, pero enloquecí cuando me dijeron que estaría en un internado así que básicamente solo estaría con mi hermano los fines de semanas, pero que sólo sería un puto año mientras todo se estabilizaba. Gran consuelo. ¡Bastardos!