Presencia reconfortante

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Steve entró en la sala de urgencias y la buscó con la mirada, en un punto casi escondido había una pequeña sala de espera y ahí estaba Armonía caminado de un lugar a otro y mordisqueando la uña de su pulgar, la pequeña mesa de madera al lado del sofá flotaba.

-¿Como sigue?.-Steve se quedo de pie en el umbral.- ¿Han dicho algo?

La joven alzó la mirada, sus ojos demoraron unos segundos en centrarse en el rostro de Steve, parecía mareada y algo perdida, en un estado de transe del cual ha salido a brutamente, parpadeó un par de veces.-Steve.-Musitó sacudiendo levemente la cabeza a los lados y aquella mesita volvió a tocar el piso con un golpe sordo.-Está en cirugía. No me han dicho nada más. Dijeron que la bala se había alojado en una de sus vértebras, que más allá de la perforación que le causo en el organismo podría perder la movilidad de las piernas.-Se abrazó a si misma como si tuviera frío. Si algo le llega a pasar les daré caza a esos bastardos.-Steve caminó hacia ella y la envolvió entre sus brazos.-Juro que acabaré con cada uno de ellos y después...

-Hay momentos en los cuales es mejor desahogarte.-Susurró mientras acariciaba el cabello de la inglesa.-Si quieres golpear algo, simplemente hazlo. Pero avísame para evacuar el hospital.

Armonía rió, algo más similar a un quejido, y apoyó la cabeza en el pecho del rubio, el latir de su corazón era constante y de algún modo reconfortante.

-Por cierto te traje tus zapatos.- Dijo alzando el juego de tacones.

-Gracias.-Murmuro con voz grave mientras los tomaba.-Y no solo lo digo por los tacones.

-Es lo más cercano que tendré a tu lado amable ¿verdad?.-Preguntó Steve mientras tomaba asiento en el sofá

-Sip.-Su voz denotó un poco de más de alegría mientras se calzaba los tacones.

-Ven aquí.-Murmuró el rubio.-Ver esos zapatos hacen que me duelan los pies.

-Principalmente se crearon para tortura en la China, toda la plata tenia clavos y después los carniceros lo mejoraron y usaron para no pisar la sangre derramada.-Tomó asiento al lado de Steve y este paso los brazos por sus hombros.

-Verte hoy defendiendo a los niños.-Hizo una pausa.-Creo que te juzgué mal.

-¿Tu crees?.-Bufó burlona y suspiró.-No te culpo, se que es lo que proyecto y se como reaccionan las personas.

-¿Son los familiares de Eleanor Jean?.-Inquirió un hombre ataviado con una bata blanca y sosteniendo un folio.

-Soy su tutora legal.-Afirmó la inglesa con determinación poniendose de pie

-No está en el registro.

-Los procedimientos en este país son muy lentos.-Se acercó al doctor quien todavía la miraba vacilante y ella suspiró.-¿Puedo verla?

-La cirugía acaba de terminar y me complace decir que fue exitosa. Pero las visitas están prohibidas por el momento.

Armonía cerró las manos en puños y Steve apoyó una mano en su hombro tratando que aquel hombre no sufriera una de las rabietas de la inglesa.-Es muy importante para nosotros saber como se encuentra.-Afirmó Steve.

-¿Usted no es el capitán América?

Steve sonrió apenado.-Si.

-¿Podría darme su autógrafo?.-Inquirió ofreciendole el folio y una pluma.-Mi hijo es un gran fan suyo.

-Claro.-El rubio tomo la pluma.-¿A nombre de quien?

-Cameron.-Dijo y Steve rápidamente escribió unas palabras.-¿Es verdad saco a la niña de un edificio casi destruido junto con el Dragón Inglés?

-Soy el dragón azul.-Afirmó la joven quien se cruzaba de brazos.-Y no debería creer en todo lo que escucha doctor.

-Creo que podrían entrar a verla. Solo unos segundos y mañana podrán quedarse el tiempo necesario.

-Eso sería muy amable de su parte.-Contestó Steve entregándole el folio.

El doctor los guió por un pasillo largo, Armonía caminaba al lado de Steve y este notó que ella estaba nerviosa, las luces blanquecinas, el hombre se detuvo frente a una habitación e hizo un gesto indicando que entraran. La inglesa giro con el pomo de la puerta.

-Buenas noches pequeña.- Murmuró Armonía caminando hacia la cama en la cual se encontraba la niña.-Se que lo más probable es que no puedas escucharme pero quiero que sepas que has sido muy valiente.-Acarició los cabellos castaños de la menor con delicadeza.-Prometo que mañana seré lo primero que veas al despertar.

-Debemos irnos.-Murmuró Steve desde el umbral de la puerta.-Es mejor dejarla descansar.-Armonía caminó hacia el y de modo inconsciente lo tomó de la mano, entrelazando sus dedos con los suyos y así anduvieron el resto del camino

The traveller I: VibraniumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora