Capítulo Treinta y Ocho

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38.- Eso fue bastante intenso

Susan pasó al lado mío ignorando que yo estaba frente a ella. Tal vez creyendo que era un fantasma o algo parecido. Rodé los ojos y cerré la puerta detrás de ella.

Volví a la mesa ahora todos ya reunidos. Para mi mala suerte se sentó frente a mí y a Dav. La comida que tanto deseaba comer tan sólo en unos segundos el apetito que tenía se había esfumado, convirtiéndose en nauseas.

Las miradas que Susan y Dav se lanzaban eran bastantes continuas por uno o por el otro, de una manera reiterada patee el pie de mi hermano provocando que casi él gritara de dolor.

— ¿Por qué nunca nos habías contado de una supuesta tía? —preguntó Dav minutos después de aquel golpe de mi parte para él.

Ambas intercambiaron miradas durante unos segundos. Mi madre por fin se animo hablar:

—Porque no lo es en realidad.

—Solo somos amigas, mejores amigas— continuo Ivonne—. Sólo eso chicos, esperamos que ustedes lo sean también. — finalizo.

— ¡Oh Claro! — mascullo Susan.

Al terminar de comer me dirigí a mi habitación. Dejando abajo todo, y cuando digo todo me refiero a Susan, Dav, Ivonne y a mi madre.

Mientras esperaba a que el reloj marcara las cuatro decidí en realizar la tarea del instituto. Sé que en este último mes mis calificaciones disminuyeron, al menos tengo que recuperarlo para el siguiente examen.

Tocaron tres veces la puerta de mi habitación, ni siquiera pude decir un "adelante" o un "pase" pues Susan ya se encontraba recargada en el marco de la puerta con una mano en la nuca.

—Mi tía dijo que podía pasar—se adentró a la habitación cerrando la puerta —. Estaría genial si durmiera aquí ¿No crees?

—Mi madre no es tu tía y estás loca imaginarte que puedes dormir aquí. Es mi habitación. —Cerré el libro de mis apuntes dejándolos a un lado de la cama.

Sonrió —. Tu hermano es guapo. Si Jos pudo superarme contigo tan fácilmente yo lo puedo hacer con tu hermano, David ¿Cierto?

Sus palabras me dolieron, pues decirlo de esa manera me hizo pensar que yo no era nada comparada con ella.

— ¿Puedes salir de mi habitación? —Quise saber y ella negó con la cabeza.

— ¡Oh vamos nena! Yo sólo quería ser amable—con la ayuda de su mano echó su cabello hacía atrás.

Y se sentó al costado de la cama, sacando su móvil contestando el mensaje que tenía sin ver.

—Es de mala educación que veas las cosas personales de los demás, Sofía—Dijo la chica aún con la vista puesta en su celular.

— Dice quien entró a una habitación sin permiso—reí y ella ignoró.

Volvió a introducir su móvil a sus jeans y echó un vistazo a todo mi alrededor, viendo cada detalle de las cosas.

Se levantó y se giró a mi dirección caminando a la ventana que estaba detrás de mí. Al notar que la ventana estaba cerrada, quitó el seguro y con una sola mano la abrió completamente dejando entrar el aire y el ruido proveniente de afuera.

Sacó un objeto de sus bolsillos traseros y se agachó cubriendo parte de su mandíbula con sus manos. Al haber acabado lo que hubiese hecho se giró hacía mi sonriendo ampliamente dejando salir un poco de humo de su boca.

Llevó sus dedos hacía esta, dejando ver el cigarrillo que sostenía con dos de sus dedos de la mano derecha.

Exhalo e inhalo de nuevo.

Earned It » Jos Canela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora