Capítulo Cincuenta y Cinco

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Metí la caja y aquella carta dentro del cajón, coloqué mis manos en mis rodillas y cerrando los ojos suspire e inhale seguidamente. Al abrir los ojos me di cuenta que la música había parado y las personas gritaban algunas cuantas cosas tanto como en el pasillo de la planta de arriba como la de abajo, miré el reloj lo cual marcaban las doce en punto.

Salí de mi habitación y me asegure de cerrar la puerta, al igual que cerrar la habitación de mi madre. La gente se abrazaba dándose una feliz navidad y hacían lo mismo con todos a los que veían y se topaban en el camino.

A dar grandes zancadas logre bajar por las escaleras repletas de personas borrachas, la mayoría tiradas y dormidas junto con sus parejas. Intentaba llegar hasta la salida y salir con los demás chicos pero la gente me obstruía el paso.

—¡Feliz navidad Sofía!—Susan se acerco a mí y rodeo con sus brazos mi cuello—. No te he visto en toda la noche ¿Has visto a Nash? He bailado con tantos chicos que mis pies duelen.

—No—negué con la cabeza—. No lo he visto, ¿estás segura que vendría? Porque siendo así no está con los demás.

La pelirroja asintió con la cabeza, sin decir alguna palabra más se balanceo a un grupo de chicos mientras los abrazaba a cada uno. Miré a mi alrededor una vez más y comencé a caminar de nuevo a la salida. Alguien toco mi mano haciéndome girar a aquella persona. Jos.

—¿Dónde estabas?—cuestiono—.  ¡Feliz navidad! —dijo y me abrazo, hundió su cabeza entre mi cuello, lo único que en ese momento pensaba era el saber el porqué Jos me causaba aquella sensación desde la primera vez que lo vi.

Su respiración chocaba con mi hombro, después subió hasta mi mejilla dándome un beso y terminó en mis labios. Mordió mi labio inferior, sonreí al igual que él. En ese momento me di cuenta que quería estar con él, quería estar con Jos.

—Feliz navidad también—dije a tan solo centímetros de sus labios—. Feliz navidad—volví a decir.

Jos volvió a sonreír está vez negando con la cabeza y tomando de mi mano para salir hacía donde estaban los chicos.

Todos ellos sostenían un cigarrillo y había botellas de cervezas, algunas vacías, otras llenas y algunas que otras a la mitad. ¿Acaso fue tanto tiempo que me desaparecí para que ellos bebieran tanto?

Nos acercamos a ellos mientras Jos tenía su mano en mi cintura, al sentir nuestra presencia los chicos se giraron colocándose de pie para correr hacia nosotros y desearnos una feliz navidad como todos los demás.

-o-

Dav no había dormido en lo absoluto, después de que todos se fueron mi hermano se encargo de limpiar cada desastre que había en toda la casa y lo que había en la calle. Nico y algunos de sus amigos se habían quedado a ayudarle y a beber el resto de cerveza que había sobrado.

Nico había tocado algunas cuantas veces a mi habitación, estoy segura de que en una de esas entro a ver el porqué no abría la puerta. Estaba muy cansada para sostener una charla que seguramente el resultado sería terminar hablando de Jos.

Mi pierna era movida por una persona, al abrir los ojos mamá se encontraba abriendo las ventanas de mi habitación.

—¿Cómo te la pasaste anoche?— preguntó —. Feliz navidad, Ivonne y yo hemos traído el desayuno. Te esperamos abajo.

Asentí con la cabeza mientras tapaba todo mi cuerpo con la cobija. La fiesta había terminado a las tres de la mañana y sólo porque algunos vecinos se quejaron del ruido proveniente de nuestra casa. Ahora el reloj marcaban las nueve, mis ojos querían mantenerse cerrados por algunas horas más pero el grito de mi madre ordenándome que bajara causaron que abriera los ojos completamente esta vez poniéndome de pie.

Earned It » Jos Canela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora