Capítulo Cuarenta Y Dos

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42.- Todo ha cambiado

Mi hermano se sentó con su plato de cereal frente al arreglo floreal colocando su vista en mí, las flores y la tarjeta.

—¿Un admirador?—cuestionó.

—Quizás.—me dirigí de nuevo a mi habitación llevándome conmigo la tarjeta y los chocolates. Mi madre se encargaría de colocarle agua a las flores.

Abrí el cajón y coloqué la tarjeta encima del sobre. Susan ya no estaba en la cama y al voltear al baño ella salió tallándose los ojos y un cepillo de dientes entre la boca.

—Lo siento si tuviste que venirte caminando a casa sola, Sofía. Yo y Nash...estuvimos ebrios y ya sabes el resto.—se sentó en el borde de la cama y cerró los ojos. Al parecer tenía una pequeña resaca.

—¿Tu y Nash han tenido sexo?-— asintió.

—¿Y esos chocolates?— se puso de pie y caminó al lavabo enjuagándose la boca—. ¿Me perdí de algo mientras dormía?

—Un tal O.N me los ha mandado. – dije sacando de nuevo la tarjeta y mostrársela.

—¿Te has puesto a pensar quién es? Digo, debe de ser alguien a quien conozcas. Los chicos siempre son tímidos al mostrar sus sentimientos, al menos algunos lo son.

No había intentado lo suficiente para averiguar quién lo había mandado, pero siempre tarde o temprano la verdad sale a la luz.

—No he pensado lo suficiente.

Susan había decidido en dejarme en la entrada del instituto. Vaya que Dav habría saltado de felicidad por dentro, ya que por una vez en su vida no tendría que conducir en su auto sólo para llevarme a clases.

Caminé por el pasillo, los volantes y carteles de la fiesta de navidad ya estaban por todos lados, seguramente muchas adolescentes ya habían ingresado a las boutiques o a páginas web, en donde comprarían sus vestidos para este año.

—Todo el mundo explotará cuando nos vea a nosotras con nuestros vestidos.— la voz de Chloe se escuchó detrás de mí, al voltear ella se encontraba con unos jeans negros y una camisa azul, en ella colgaban unos lentes de sol. Sin duda su estilo había cambiado completamente.

—No sé si venga, Chloe.

—Vamos, Sofí. Ambas sabemos que este día lo hemos esperado desde hace mucho tiempo. ¿Recuerdas lo que planeamos?-—cogió mi mano y la movió de izquierda a derecha.

Chloe y yo solíamos quedarnos en alguna de nuestras casas y escuchar The killers, antes de dormir siempre hablábamos de lo mucho que las populares se preocupaban de su figura, de su aspecto y de todas esas cosas que les importa. Una noche después de quedarnos sin plática, sugerí en hacer algún tipo de broma en alguno de esos bailes. Con la finalidad de reírnos toda la noche.

—Lo recuerdo, sólo que no creo que sea adecuado.—me acomode de nuevo mi bolso y seguí caminando por el pasillo.

Escuché los pasos de Chloe detrás de mí, intentando alcanzarme, cuando lo hizo tomó de mi brazo y provocó que parará.

—Lo siento, Sofía. Lo siento por haber sido así contigo durante todos estos días, sé que cambie de un día para el otro pero tuve razones para hacerlo. No tienes idea de todo lo que ha pasado con todas las personas de mí alrededor.

Antes de poder decir algo, la campanilla sonó, el señor Frattini paso al lado mío, cogió mi brazo y me llevó con él, dejando a Chloe parada.

—No más faltas, señorita Gil.—el profesor dijo.

Agradecí que las clases terminaran antes de lo imaginado y así poder salir e ir a casa. Salí a las afueras del instituto en donde Susan se suponía que vendría por mí. Esperé sentada viendo el estacionamiento y ver si había rastros de Chloe.

Noté como Isaac pasaba al lado mío, él no se volvió y supuse que pasaba algo.

—¡Isaac!— corrí hasta él y lo tomé del brazo girándolo a mi dirección. Al estar frente a mí casi di un grito y lo único que me lo impidió fue su mano tapar mi boca—. ¿Qué ha pasado?— quise saber y echó su cabeza hacía atrás intentando ocultar su hematoma en el ojo y el labio partido, además de sus ojos rojos.

—Todo ha cambiado, Sofía. Todo.— fue lo único que dijo, para después seguir con su camino.

Por unos segundos me quedé parada ahí sin decir nada. Cuando pude reaccionar corrí hacia él. Isaac estaba a punto de introducirse en su auto, me coloqué frente al cofre y él con una seña me pidió que subiera al asiento copiloto.

Estaciono en un centro comercial, apagó el motor y colocó su cabeza en el volante. No tenía nada que decir, y si lo tenía no sabría que palabras usar.

—Todo está muy mal, él lo está— suspiró—. Se está volviendo loco.

—¿Quién te hizo esto, Isaac?-—quise saber y el chico se giró a verme para después negar con su cabeza.

—Mi padre.—hubo un momento en que Jos se me pasó por la cabeza al decir esas palabras de hacerle algo a Isaac, sólo por decirme lo de la fiesta.

—Yo...yo pensé que había sido Jos.-— tape mi rostro con mis manos e intente respirar hondo. Realmente agradecí que él no haya sido.

Isaac sonrió sólo para que segundos después se quejase de su labio roto.

—El chico no está tan loco, si te refieres a que me golpearía por lo de ayer estás equivocada. Sé lo hizo a Nico sí, pero tuvo sus razones, sé metió con su chica. Algo que yo nunca haría.

—Me alegra que haya sido de esa manera, pero tienes que parar con esto Isaac, debes de hacerlo.

-o-

Dav, Susan y yo nos encontrábamos sentados en el sofá viendo la televisión. Ivonne y mi madre hablaban sobre el hospedaje y sobre el padre de Susan, juro que pude escuchar como Ivonne comenzaba a llorar, Susan permanecía inerte y tensada al lado mío.

Tocaron la puerta dos veces, me puse de pie y abrí. Jos se encontraba de espalda viendo el vecindario, al mirar mi sombra Jos se volvió y sonrió.

—Aunque lleves ese pantalón de pequeños mamíferos, aún así me encantas. Perdón por lo de ayer, e Isaac me contó lo de hoy. Demonios Sofía, sí, soy todo un hijo de puta pero nunca golpearía a ninguno de mis mejores amigos a menos que se meta con algo que es mío, eso explica lo de Nico. —llevó su mano a su cintura y rió.

—No deberías estar complacido con eso.— cerré la puerta detrás de mí.

Jos cogió mi mano y caminamos lejos de la casa, sentándonos en la banqueta. Jos entrelazo mi mano con la suya.

—Ayer no te vi después de que discutimos.

—Es porque Nico me trajo a casa.— Jos al escuchar eso soltó mi mano y se puso de pie. Definitivamente no era la respuesta que él esperaba y quería escuchar.

—Quiero hacer las cosas bien y tú solo la jodes por completo—pasó su mano por el cabello y dio la vuelta, dándome la espalda.

—Sólo dije la verdad, él se ofreció a traerme a mí y a Chloe—me puse de pie y lo mire.

—¡Nico Brown está jodiendo mi puta vida!—se subió a su auto que estaba aparcado a unos metros y arrancó.

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Good Night!! bbs

c:

att: Bethxx

Earned It » Jos Canela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora