Capítulo Cincuenta y Ocho

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El lunes 28 de diciembre Nico fue dado de alta, el doctor dijo que tendría que reposar en su casa, a lo que así lo hizo. Mi hermano, Isaac y Bryan se han encargado de complacer algunas de sus cosas pero ninguno de ellos se anima a hablar sobre lo que paso entre Nico y Jos. Quizás simplemente no se quieren meter en un asunto que no es de su incumbencia.

Sostenía entre mis manos un cepillo con el que he estado alaciando mi cabello lo más que puedo después de una larga ducha con agua caliente, mientras que al fondo las notas de Asking Alexandria se escuchaban en toda mi habitación y seguramente en el pasillo también, después de que mi hermano saliera de la casa entre a su dormitorio y me encargue de pedir prestado aquel disco de aquella banda que Nico se había encargado de que yo le regalará.

—Me gusta la manera en que tarareas la canción sin siquiera saberla— al girarme a ver hacía la puerta, Jos se encontraba recargado en el marco de esta. Coloqué el cepillo en la mesa frente al espejo y suspire.

—¿Cómo has entrado?

—Nadie está en casa, fue fácil entrar por la puerta principal.— Jos sonrió.

—Al menos pudiste haber tocado.—le miré y él aún con su sonrisa en la cara volvió a hablar.

—Pude, pero no lo hice.

—¿Te has disculpado con Nico?— quise saber y su sonrisa desapareció por completo.

—Lo he intentado pero siempre que llego a su casa un tipo parecido a tu hermano me advierte con que no vuelva a pisar un pie en esa propiedad. ¿Sabes Sofía? No pienso disculparme de algo que no fue mi culpa.

—¡Lo fue! ¡Pudiste matarlo!

—Pero no lo hice, ¡Joder! — Jos se llevó la mano a su cara cerrando los ojos por unos segundos—. Créeme que no quise hacerlo— mascullo en la habitación.

Un momento de silencio se apodero de ambos. No sabía que decir y seguramente él tampoco. Quería correrlo pero a la vez quería platicar con Jos por unos cuantos minutos más.

—Seguramente tu madre no tarda en llegar...

—Ella acaba de salir—Jos sonrió nuevamente y cerró la puerta detrás suyo.

Recargo sus manos en mis hombros y su barbilla en mi cabeza mientras que me miraba a los ojos a través del espejo que estaba frente a nosotros. Volvió a sonreír por segunda vez pero en esta ocasión me abrazo cogiendo de mi mano y entrelazándola con la suya. Besó mi cabeza y enseguida mi mejilla para sonreír en mi cuello.

—Lo siento, tengo cosas que hacer. Te veo después.—tomó de mi mejilla para girarme y darme un último beso en los labios.

-o-

Bryan estaba frente a mi sosteniendo en su mano una de las galletas que había comprado para Nico. El chico trataba de contarme un chiste, lo cuál era realmente malo.

—Vamos, Sofía al menos sonríe.— Bryan golpeo suavemente con su puño mi hombro.

—Lo haría si diera gracia. Suerte para la próxima, principiante.— está vez yo le devolví aquel pequeño golpe.

Las risas por parte de varias personas se hicieron presentes, algunos chicos bajaron de las escaleras al mismo tiempo en que la puerta de una habitación se escucho cerrarse. Ambos reían y algunos de ellos aún seguían conversando. Entre aquellos chicos pude visualizar a Ed, Zac, Drake, Carlos e incluso a Stheven.

Cada uno de ellos pasó a tan solo centímetros de mi hombro y el de Bryan, Stheven cogió de mi brazo y me arrastró hasta él saliendo por fin de la casa.

Earned It » Jos Canela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora