Capítulo Cincuenta y Siete

6.7K 541 60
                                    

Susan cogió su móvil llamando a una ambulancia para que Nico fuese trasladado a un hospital. Mi madre e Ivonne trataban de que la sangre parara y no perdiera tanta pues podría ser después un asunto muy grave.

En cuestión de seis minutos aproximadamente la ambulancia llego, llevándose a Nico en una camilla y subiéndolo a aquel auto, la gente no tardo tanto tiempo en salir de sus casas para querer saber lo que había pasado.

—Puedes ir, yo iré con Susan—mi hermano dijo mientras me sostenía del brazo, negué con la cabeza y miré al paramédico que esperaba nuestra respuesta.

—No, tu eres uno de sus mejores amigos así que vas— Dav asintió y me abrazo—. Recuerda también que hay cosas que explicar—le susurre en el oído y él gimió quejándose, no sería nada fácil tratar de calmar a mi madre y a Ivonne por arruinarles esta noche.

David subió junto con Nico y las demás personas que lo estaban atendiendo, el auto se alejo por la calle y al ver los vecinos esto, decidieron entrar de nuevo a sus casas aunque algunos sinceramente se quedaban observando nuestra casa mientras murmuraban entre ellos.

Pasé al lado de Susan y mi madre, cogí mi móvil y subí a mi habitación, abrí de nuevo el closet sacando unos jeans negros, una camiseta y alguna chaqueta. Todo había pasado muy rápido, ver a Nico tirado en el suelo mientras se desangraba y a Jos parado a solo centímetros de él, todo esto era algo que nunca creería hasta poder verlo con mis propios ojos.

Bajé nuevamente a la planta de abajo lista para ir al hospital, mi madre había comenzado a llevar los platos al fregadero con ayuda de Ivonne, ella me miró y negó con la cabeza. Por alguna razón me hacía creer que todo esto era de alguna forma mi culpa, quizás todo esto era mi culpa. Caminé hasta donde estaba mi mamá, la tome del brazo y le abrace.

—Lo siento mucho, ve a dormir. Yo recogeré más tarde todo esto ¿vale?— le tomé de la mejilla y ella asintió levemente mientras que una lagrima estaba por salir y recorrer su mejilla.

Susan se encontraba de igual manera charlando con su madre, la pelirroja le susurró en el oído y después se volvió hacia mí.

—Iré a cambiarme, espérame en mi auto. Te llevaré al hospital— sin decir una palabra más asentí y salí por la puerta caminando hasta el auto en donde entré al asiento copiloto.

La calle estaba totalmente sola, estaban a punto de dar las doce de la madrugada y no tengo idea alguna de donde encontrar a algún familiar de Nico a estas horas, no creo que estén en casa por lo que el propio chico me dijo, sus padres viajan demasiado. Marque el número de celular de Isaac, él contestó en el quinto tono.

—Isaac algo muy malo acaba de pasar, llego a tu casa en unos minutos.

—¿Qué cosa? —el chico dijo desde la otra línea, el ruido que seguramente había en aquel lugar que estaba, provocó que levantará aún más la voz para que fuese escuchado por mí.

—¿Estas ebrio? Porque créeme que si lo estás tendré que...

—No, no lo estoy.

—Estoy lista—Susan entró por la puerta del auto y encendió el motor para luego mirarme mientras me lanzaba una sonrisa desgraciadamente agradable.

—Te veo en tu casa—dije finalizando la llamada—. ¿Puedes llevarme a la casa de Isaac? Tal vez de allí puedas regresarte a casa, puede que vaya junto con él en su auto y vayamos al hospital. No quiero que te salgan ojeras por mi culpa.

—Como quieras—la chica respondió sin apartar su vista del frente.

Susan aparcó el auto afuera de la casa de Isaac, cuando salí ella arrancó sin siquiera poder darle las gracias por traerme. Al estar a punto de tocar la puerta esta se abrió sola saliendo Isaac de casa.

Earned It » Jos Canela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora