Capítulo Dos

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2.- Amigos con derechos

En este preciso momento estaba haciendo esto con un desconocido. Tal vez no tanto, pero tenía que aceptar que este hombre sabía lo que hacía con esa lengua sobre ahí abajo.

Sus labios regresaron nuevamente a los míos mientras que su mano se mantenía en mi entrepierna. Sus dedos acariciaron suavemente la entrada de mi parte íntima para después introducir un dedo en ella. Al sentir aquella pequeña embestida gemí más de dolor que de placer.

—Jos detente, me duele—dije empujandolo un poco para así poder quitarmelo de encima. Sin embargo no hizo caso y siguió con su dedo dentro de mí.

— ¿Uhm?—Jos seguía besando mi cuello con húmedos besos, lo que dijo muy apenas lo pude escuchar.

—Para... —tuvieron que pasar unos cuantos segundos para que así asintiera y antes de quitarse de encima de mi me dio un corto beso en los labios. Acomodé mi falda a como estaba antes. Él se puso enfrente de mí sonriendo con picardía—. Me tengo que ir—pasé al lado suyo y al estar a punto de girar la perilla él sostuvo mi muñeca, me giró a él quedando de nuevo de frente.

— ¿Te gustó? — colocó su mano sobre mi cintura atrayéndome a él, se acercó a mi oído y susurro —. Porque si fue así, lo podemos hacer de nuevo. — la piel se me erizo al oír aquello—. Y no digas que no, porque se bien que lo disfrutaste tanto como yo—mordió mi labio inferior provocando que este sangrara un poco. Al no oír nada que saliera de mi boca él volvió a hablar. —. Vamos di algo, no me gusta esperar.

Intentaba decir algo pero mi mente ahora estaba tan confusa que no podía pensar con claridad.

—Vamos princesa, te lo vuelvo a preguntar, ¿te gusto lo que acabamos de hacer?

—Un poco...sí —baje la mirada y aunque no pudiera ver su rostro sabía que tenía una enorme sonrisa formada en su cara.

—Así me gusta —fue a la cocina y después salió de ella con una pequeña libreta en sus manos—. Anota tu número aquí, así podemos estar en contacto —ordenó a lo cual yo obedecí tomando en seguida el cuadernillo y anotando en ella mi número de teléfono—. Nos vemos—fue lo último que escuché al salir del apartamento.

–o–

Después de haber visto una larga película y hayamos comido una enorme cantidad de pizza, ambas nos quedamos dormidas en el sofá y Chloe no dudo de nuevo en ligarse al repartidor de pizzas.

— ¿A qué hora vendrá tu cita?—pregunté a Chloe quien ahora nos encontrábamos desayunando en el mismo restaurante de noches atrás.

—A las tres, sobre mi cita—hizo comillas en la palabra "cita" —. Quiero que me ayudes en que ponerme.

—Claro.

Chloe cada vez que le proponía algo sobre en que ponerse decía

"no me gusta" "es muy formal" "No" "Hace mucho calor" "¿Estás loca?, no me pondré eso" hasta que saque del armario un vestido color mostaza junto con unas zapatillas blancas.

Corrió al baño a cambiarse y podría decirse que tardo siglos en ponerse un simple vestido.

— ¡Chloe sal, llevas como una hora ahí adentro!—dije mirando al reloj que se encontraba cercas de la sala para después voltear mi mirada a la puerta y golpearla. Me rendí caminando a uno de los sofás tirándome en el.

— Y bien ¿Cómo me veo?— mis ojos se abrieron al verla frente a mí.

— ¡Vaya! Chloe, te vez....hermosa, juro que si a ese chico no piensa lo mismo que yo, iré y le pateare ahí abajo.

Earned It » Jos Canela Donde viven las historias. Descúbrelo ahora