Un guardia custodiaba la puerta principal de la mansión. Denise miró a ambos lados de la calle, por si encontraba algún que otro soldado del rey. Pero sólo descubrió un coche de caballos ricamente adornado y con el emblema de la casa real aparcado en un lateral de la casa. Vio que el carromato justo coincidía con una de las ventanas, la cual tenía la luz apagada.
En un despiste del guardia, cruzó la calle, ocultándose entre las sombras. Llegó al carromato, sigilosa, y se colocó en la parte de detrás. Los caballos que tiraban de éste parecían no inmutarse de ella. Trepó apoyándose en las ruedas y candelabros, para luego impulsarse sobre el techo. Se agarró en el alféizar de la ventana y empujó la cristalera, con la esperanza de que estuviera abierta.Pero nada. La ventana estaba cerrada.
Sacó una navaja de su cinturón y la introdujo en el hueco que formaba ambas compuertas. La deslizó a lo largo de la fina línea hasta que escuchó un sutil "click". Empujó con cuidado y entró, cerrando la ventana tras de sí.
Se encontraba en un despacho. Un gran lienzo adornaba las espaldas del escritorio, junto a varios candelabros de plata. No se paró mucho en registrar el lugar, pues el tiempo no estaba a su favor. Salió de la habitación, cerrando con cuidado. Caminó por el largo pasillo con sigilo, agudizando el oído por si escuchaba voces o ruidos de pasos.
Ese sonido no tardó en aparecer cuando se disponía a bajar la gran escalera de mármol. Vio varias sombras humanas subir las escaleras. Rápidamente, entró en la primera puerta que encontró. Era un salón con una chimenea al fondo y varios sillones alrededor de una mesa pequeña. Se pegó a la pared todo lo que pudo, cerrando los ojos con fuerza. Horrorizada, vio cómo el pomo de la puerta se deslizaba lentamente, acompañado de las voces ahogadas de lo que parecían varios hombres...
Varias horas antes
- El duque de Orleans visitará esta noche a uno de los consejeros del rey, según me han informado los espías del grupo que se asienta en la Bastilla. Es una reunión clandestina, parece ser que el rey no sabe nada del asunto...
Courfeyrac dejó una pequeña pausa para que sus compañeros asimilaran la información proporcionada. Miró a Enjolras, que lo escuchaba desde el centro de la mesa.
- ¿Y qué propones que hagamos, Courfeyrac?-preguntó el líder, colocando las manos sobre la mesa, entrelazando sus dedos.
- He pensado ir con una partida de hombres para infiltrarnos en el servicio y...
- ¿En serio vas a conseguir que no os descubran?-cortó Bahorel desde otro punto de la mesa. Todos asintieron levemente, dándole la razón al muchacho.
- ¿Acaso se te ocurre otra idea mejor, Bahorel?-respondió Courfeyrac, levantando una ceja. Sus palabras tenían ciertos matices de ironía, pues le había molestado que le cortaran de esa forma.
- Pienso que deberíamos de entrar y fusilarlos a todos menos al duque. Sacarle información sea de la forma que sea...-mientras decía eso, el joven se crujió los nudillos.
- ¡Eso es! ¡Hagamos eso!-dijo Bossuet desde otra punta de la esquina.
- Pero es arriesgado...-replicó Courfeyrac, comenzando un debate acalorado entre los miembros de Les Amis sobre qué idea era mejor.
- ¿Quién es el duque de Orleans?-preguntó Denise a Combeferre. Ambos se encontraban de pie junto a otros revolucionarios y mujeres, escuchando en silencio el orden del día de la reunión convocada por Courfeyrac.
- Es el hijo del rey Luis Felipe...-Combeferre suspiró pesadamente, mientras se limpiaba las gafas con la manga de su camisa. Parecía que aquellas disputas le eran normales en sus compañeros revolucionarios-Forma parte de los doctrinarios, aunque dicen las malas lenguas que el presidente, Casimir Perier quiere echarlo...
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Hija de los Muelles ©
RomanceDenise es una chica que recorre las calles parisinas bajo el mando de su patrón Lumiére, obedeciendo sus órdenes e intentando sobrevivir. Con su padre luchando en las barricadas y su madre prostituta, bajo el mandato de El Dueño, ha de lidiar con lo...