Veinte
POV Jessey
Pude ver cómo Dylan besaba a Maddie. Una rara sensación recorrió mi cuerpo entero. Sentí la mano de Rouse entrelazada con la mía. Al instante ella notó la presión que puse al verlos.
Dejé a Rouse en su casa y fui a la mía. Seguía sin entender qué era esto. ¿Sentía rabia o celos? Rabia, porque era mi amiga y la besaba un patán. ¿Celos? No. Celos de hermano puede ser, porque eso me considero. Un hermano.
Decidí ir a ver a Rouse nuevamente. Ya no tenía a Mad al lado para contarle lo reciente.
Fui hacia la casa de Rouse. No me importaba si era tarde. Quería decirle lo que pasaba. Toqué la puerta. Un chico me abrió, estaba vestido solo con el pantalón.
— Hola, ¿Se encuentra Rouse?— cuestioné, recordando que Rou no haya comentado tener hermanos o primos.
— Sí, ¿Quién la busca? —me preguntó mientras juntaba sus cejas.
— Braaaadd... Cariño, ¿ya vienes? Tengo frío.— esa voz.
Rouse.
Hey hey hey, alto ahí, ¿Brad? ¿Cariño? ¿Ya vienes?
A menos que se trate de su hermano querido o un primo suyo con el que tenga mucha confianza eso sonaba raro.
Me adentré en la casa empujando a ese. La encontré en la sala. Sentada con shorts y una camisa.
La de él supongo.
— ¡Jessey! Esto no es lo que parece— Corrió a verme. Esta vez fui yo la que la detuvo.
— ¡¿«Brad, cariño, tengo frío, ya vienes»?! —le espeté — ¡Me mentiste! ¡Maddie tenía razón! ¡Lo ibas a negar todo! ¡Y por TÚ culpa dejé a mi mejor amiga de lado! Yo me he convertido en la peor persona del mundo, tú.
— Rouse, ¿Qué carajos pasa aquí?— habló cariño— ¿Quién es este? Y, ¿Qué es lo que no parece?
Rouse se notaba desesperada. No tenía la mínima idea de qué hacer.
— Rouse —me sujeté el puente de la nariz, para luego restregar mi cara con las manos, frustrado—, no quiero que vuelvas a hablarme. Esta vez, la amistad y todo lo que tuvimos, si es que se le puede decir que tuvimos algo, se terminó. No quiero saber nada de ti. Solo... Espero que no te hagan lo mismo.
Estaba volteando y ella respondió furiosa — Ella, tu mejor amiga, ya está con Dylan. No hay marcha atrás. ¡Ja! Como si pudieras hacer algo.—noté como los nudillos se me hacían blancos de la fuerza que ponía.
— Brad, bebé... Él no es nadie. Solo era un pasatiempo y ya. Sabes que te quiero solo a ti.— hizo un puchero
— Hey tú, ¡Afuera!— exigió Brad.
La ira que estaba conteniendo era insoportable. Debía irme antes de que los rompiera a pedazos. Decidí salir por mi cuenta. Después de todo Maddie tenía razón. Maldita sea. Y no le creí. Estaba ciego.
Ahora tiene sentido el por qué cupido tiene una venda en los ojos, manya.
Me río porque mi consciencia dice la verdad, y porque ella tenía razón. Fui un estúpido. Rouse solo jugaba conmigo. Pero cómo fui tan tonto y no me di cuenta. Me merezco el apodo con el que Mad me llama.
Rouse tenía razón. En parte. Ella se debería de encontrar con Dylan ahora. Los dos juntos. Besándose y diciéndose un montón de cosas.
Maldita sea la hora en que no le creí y la dejé sola. Soy un imbécil. Dónde estarán ahora? Seguro disfrutando de su querido amor.
Debo ir a casa. Mi mente está bloqueada. No haré nada bueno estando así.POV Maddie
Pude sentir las manos de Dylan en mi cintura. Trataba de apegarme más a él, pero no se lo permitía. Quise seguir correspondiéndole, pero no. Lo que estaba haciendo estaba mal. Yo no sentía nada por él. No podía ilusionarlo.
No podía hacer lo mismo que Samu.
Dylan se fue separando poco a poco de mí. Me miraba con aquellos ojos azules color cielo, en los que me perdía por ratos. Pero que no eran como los de Jessey. Miré su negro cabello, peinado con un flequillo hacia la derecha. Pero no era como el azabache y desordenado cabello de Jessey.
Maldita sea Maddie Liliana. ¡Deja de pensar en Jessey de una vez por todas! Él está con Rouse. Con Rouse.
Las últimas palabras sonaron como eco en mi cabeza.
—Maddie, ¿Quieres que vayamos a otro lugar?— Dylan me sacó de mis pensamientos.
— Quiero ir a casa— le dije—, quiero descansar. Fueron muchas emociones por un día.
Dylan solo se conformó con asentir. Y emprendimos camino a casa.
Cuando llegamos decidió romper el silencio.— Maddie — su voz temblaba—, crees que alguna vez... Me dejarías... Salir contigo... de veras? Es decir... Es decir... Como en una cita normal... No como la de hoy claro. Pero...
Todo esto me tenía confundida. Así que pensé bien en lo que tenía que responderle.
— Sí.— lo corté mientras hablaba.
Y se va por el retrete la idea de no hacer lo que hizo Samuel, ¿porque no quieres hacerlo verdad?
Tú, shú.
— ¿En serio Maddie? —cambió repentinamente su estado de ánimo— Entonces, ¿Mañana quieres ir al cine? Veremos lo que prefieras.
— Mañana no puedo.— traté de dibujar lo más parecido a una sonrisa — ¿Te parece el viernes?
— Viernes entonces — me besó en la mejilla — Nos vemos, linda. Y, te agradezco por lo que me has dado.— dijo esto, se fue y yo cerré la puerta sin verlo.
Tenía que olvidar todo lo relacionado con Jessey lo más pronto.
Y claro, no se te ocurre la mejor idea que sacar un clavo con otro clavo.
Oh, ya vete.
Tomo mi teléfono y tengo doce mensajes de Jeni.
"¿Ya volviste? 🤔"
"¿A dónde fuiste?👀"
"¿Disculpaste a Jessey y saliste con él? 😒"
"¿Por qué no me respondes? 🤔"
"Seguro que estás con Jessey, corazón blando y frágil."
"Ok, disculpa por lo de arriba. Es que no me respondes"
"¿Ya me respondes?"
"¿Ya volviste?"
"¿Ya merito?"
"¿Ya merito?"
"¿Ya merito?"
"¿Ya merito?""Ya"
"¡Al fin!"
"Pero espérame un toque 🤭"
"Te odio. 🙂"
La amo, es la mejor.
🍂

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De Mejores Amigos a Novios
RomanceMaddie West, una chica común y poco sociable entra a una nueva preparatoria, pues por el trabajo de su padre tienen que mudarse a otra ciudad. Por una casualidad, llega a conocer a Jessey Black, quien llega a su vida para darle un toque de su chispa...