Treinta y nueve
POV Jessey
Sentía que la cabeza me estallaba por la fiebre. No sé cuántas horas llevo durmiendo. Mamá vino a verme, me dijo que fui caballeroso al darle mi camisa a Mad, pero que era algo tonto, por eso me resfrié.
Escuché a mi amiga hablar con mi mamá. Luego entró en la habitación. Me hablaba diciendo que era su culpa, y notaba en su voz la culpa y su tristeza. Luego me puso un trapo mojado en mi frente.
Quería decirle que no era su culpa, yo lo hice por ella, porque ella no se enfermara, aunque yo sí. Saqué mi mano de la manta y le agarré la muñeca, con todas las fuerzas que aún tenía la atraje y le hice acostar a mi lado.
— No digas que es tu culpa, no lo digas por favor— susurré— Sí, lo hice por ti. Y no me arrepiento.
Pareció una eternidad hasta que habló— Jessey, sabes que es mi culpa.
— Sabes... Te ves tierna cuando te sonrojas. Es algo que pocas veces veo en ti. Y es algo raro que lo hagas... — no sé porqué le decía eso, solo quería que lo supiera.
— Jess, basta —sonaba avergonzada
— Adoré también cuando jugamos hoy... También te sonrojaste — sonreí en mi interior ante el recuerdo de nuestras manos juntas.
— ¡Jess basta! —me empujó, tenía la sensación de que se iría, pero no la dejaría. La envolví más fuerte con mis brazos.
— No te vayas... Discúlpame —no esperaba esa reacción de ella. Otra vez la sensación de rechazo— No quise incomodarte nuevamente. Lo siento... Solo quiero pedirte algo...
— ¿Qué es lo que quieres, Jessey?— sonaba algo molesta
— Quédate conmigo hoy. Esta noche yo te necesito. Por favor... — y ya no pude más, mis ojos me pesaron y caí en un profundo sueño. Utilicé mis últimas fuerzas para atraerla a mí y para susurrarle esas cosas.
Estábamos en la sala de su casa. Pero esta vez ella estaba haciéndome cosquillas. Era como si la escena se hubiera invertido.
Esos ojos café me miraban con ternura y deseo, y su cabello con ondas caía sobre sus hombros. Mad era linda, muy linda. Se veía sonriente. Entonces empezó a acariciar mis brazos y a pasar las yemas de sus dedos por cada detalle de ellos, acarició mi cabello y sus dedos se detuvieron en mis labios. Era una señal de como si me pidiese algo, o el permiso para hacerlo. Entonces alcé mi brazo, hasta llegar a su cuello, tocando su suave cabello. La atraje poco a poco a mí, ella no ponía resistencia. Por fin, después de tanto tiempo podría sentir sus labios.
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De Mejores Amigos a Novios
RomanceMaddie West, una chica común y poco sociable entra a una nueva preparatoria, pues por el trabajo de su padre tienen que mudarse a otra ciudad. Por una casualidad, llega a conocer a Jessey Black, quien llega a su vida para darle un toque de su chispa...