Ambos estábamos ya bajando para el segundo piso cuando escuchamos- Son dos, una chica y un chico, creo que son delincuentes huyeron cuando los esposé... Yo qué sé, estaba oscuro y el chico parecía ebrio... Tenemos que encontrarlos... ¡Ya voy bajando! No creo que puedan ir muy lejos
Maldita sea, ¡es nuestro primer delito!
Estábamos en el primer piso ya, cuando ni siquiera Mad se fijó en que había una barra de acero que sobresalía. Nos chocamos debido a que las esposas nos detuvieron ahí.
- ¡Rayos! Jess no sale, ¡no sale! ¿Qué hacemos? -Mad sonaba muy desesperada
- ¡Ya sé! -por suerte había traído mi loción para el cabello, la vertí casi toda- Vamos afloja, afloja...
El policía nos pisaba los talones cuando la condenada esposa se dignó a salir. En ese momento no lo dudamos y salimos corriendo lo más rápido posible.
- ¡Jessey! ¡Él tiene el auto! Nosotros vamos corriendo... ¡Nos alcanzará pronto!
- ¡Mírame! ¡Tú solo corre! Yo me encargo del resto.
- Por si te das cuenta- me dijo señalando nuestras manos- ¡estamos esposados! Voy a tener que correr a tu paso.
-¿Confías en mi? -le dije mirándola a los ojos
-Sí -respondió después de unos segundos
- Pues bien, solo confía en mí y corre. Ninguno de nuestros padres se enterará, además no quiero que esto vaya a tu expediente.
Una vez terminé volvimos a correr lo más rápido que pudimos.
Al cabo de veinte minutos corriendo, y con el auto del policía a pocos metros detrás de nosotros, mi corazón latía demasiado fuerte y se me empezaba a nublar la vista.
Pero no podía parar, Maddie seguía corriendo al mismo ritmo. No podía parar. No iba a parar, tenía que seguir por ella, no quería que tuviera esto en su expediente.
Entonces apareció nuestra salvación. Un pequeño y estrecho pasadizo al lado de un local de comida china.
La jalé. Y agradecí porque Mad fuera Mad, era delgada, pero estaba muy en forma, lo bueno era que no tenía mucha delantera.
Nos metimos como pudimos pero si entramos. Vi una piedra en la entrada y se me ocurrió una idea.El policía ya estaba en la esquina. Era el momento de actuar, ahora o nunca. Lancé la piedra bien fuerte, para que llegara a unos cubos de basura que se encontraban a la mitad del más ancho callejón de en frente.
El policía lo dudó, pero al final mordió el anzuelo. Se fue, dejándonos a los dos, solos, apretados, en un callejón, donde no había mucha luz, con Maddie.
Podía sentir el ambiente tan tenso que se podría cortar con una simple navaja. Podía sentirla de nuevo tan cerca mío, su respiración en la barbilla, su cuerpo junto al mío, y esos ojos café que a causa de la combinación de luz y oscuridad eran de un tono más oscuro. Mis ojos solo tenían un objetivo, sus labios.
POV Maddie
Jessey me jaló y entonces lo vi también, un pequeño callejón donde solo podría entrar persona y media. Pero, o era ese callejón o el policía.
Nos la apañamos, pero entramos, agradecí por ser delgada. Estábamos muy pegados, apretadísimos. Jess recogió una piedra, y cuando el policía llegó pude ver cómo la lanzaba hacia el otro callejón, haciendo caer dos basureros. Vi como el policía seguía el ruido, y al fin. Al fin, nos dejó solos.
¡Al fin los dejó solos!
Después de toda esa carrera y escapar del policía, me había dado cuenta de que mi amigo y yo estábamos tan juntos, que podría tratar de meter un cabello, pero no pasaría.
Pude ver ese color verde en sus ojos, oscurecidos por la noche, analizándome. Su cabello estaba revuelto y con gotas de sudor a los costados. Entonces vi sus ojos de nuevo, se posaban en mis labios.
La adrenalina corría por todo mi cuerpo. Me besaría, tenía toda la seguridad de que lo haría. Y yo también quería eso. Lo anhelaba, como si fuera algo que estaba deseando desde hace mucho tiempo.
Pero fue el peor momento en el que se ocurrió a mi boca secarse, y a mi estómago contraerse. Sentía cómo toda la comida basura subía hacia mi esófago.
Me vi desesperada a querer salir de allí, me movía con brusquedad, pero era separarme de Jessey o vomitarle encima. Elegí la primera opción.
Cuando logré salir, mi estómago ya no soportó más y eliminó todo. Estaba con las rodillas dobladas, mis manos posadas en éstas, y mi garganta haciendo presión para que salga. Las lágrimas me salían por los ojos del ardor.
Entonces, sentí su contacto de nuevo. Jessey que estaba a mi lado observando, me recogió el cabello con suavidad y lo sujetaba detrás con una mano, en mi espalda. Su otra mano se posó en mi frente, tratando de ayudarme a calmarme. Y mi mano quedó colgando, pero no me importó.
- Ya Mad, ya pasó... -me hablaba- Tranquila. No quiero decir te lo dije, pero... Te lo dije.
- Ya Jess...- dije una vez que todo se acabó- Me arde horrible la garganta y la boca.
Vi que volteó su mano para ver su reloj- Maddie, no te vas a creer que hora es... Faltan diez minutos para las doce, nos hemos pasado demasiado con la persecución y todo eso... Lamento todo.
- ¿Qué lamentas? -mi voz sonaba rasposa -Todo ha sido genial. Excepto por vomitar... Lo siento.- reí
- Sí, tienes razón. Todo ha sido genial. Será mejor que nos vayamos... Tardaremos menos en llegar a casa porque ya no habrá mucho tráfico, pero igual creo que llegaremos tarde.
- Pero llegaremos, y eso es lo importante- bajé la vista a nuestras manos-, aunque no creo que les guste la idea de que lleguemos esposados.
- A ver... Espera- se acercó a mí tocando mi cabello, creo que dejé de respirar-, bien, con este gancho servirá
Jessey lo dobló, y lo introdujo en la ranura de la llave... Tardó algo, pero lo logró- ¡Eres espectacular!- y lo abracé -Gracias por el mejor día Jess, esto supera a mi día con la pizza
Me correspondió el abrazo. Volvimos a ver el reloj y decidimos que ya era hora de volver. Aunque sufriríamos encontrando el camino de vuelta. Pero me daba igual, estaba con Jessey, y eso importaba.
🌱

ESTÁS LEYENDO
De Mejores Amigos a Novios
RomanceMaddie West, una chica común y poco sociable entra a una nueva preparatoria, pues por el trabajo de su padre tienen que mudarse a otra ciudad. Por una casualidad, llega a conocer a Jessey Black, quien llega a su vida para darle un toque de su chispa...