De Mejores Amigos a Novios

11

Once

— ¡Sí, Jessey! ¡En el festival! Ya te lo dije como veinte veces.— le grité. Aunque no, creo que solo le alcé la voz.

— Pero Mad, no puedo. ¿Estás segura? — dijo rascándose el cuello nervioso.

Estoy aquí tratando de convencer a Jessey de la estupenda idea que tuve para que pueda obtener lo que tanto desea. Tiene que cantarle a Rouse en el Festival Musical, el cual será mañana, dedicarle una hermosa canción y Pam! Ella cae rendida a sus pies.

Bueno aunque no sé si eso suceda realmente pero aunque sea le trato de dar ánimos a mi amigo.

— Jessey. Estoy segura. Además ya llamé al profesor y accedió sin dudarlo. Dice que tienes mucho talento y...

— ¡Maddie Liliana! ¿Estás segura? ¿Y si se rompe una cuerda? ¿Y si se me apaga el micrófono? ¿Si me quedo afónico por el resto de mi vida y nunca más vuelvo a cantar?—no sé si sonaba desesperado o locamente desesperado además de paranoico.

— Ya cállate que pareces paranoico, Jessey Antony. Estoy segura, ¿Qué es lo peor que puede pasar? —traté de decirlo con una voz que reflejaba seguridad.

— Eh, claro, tú no vas a cantar ni a declararle nuevamente su amor a alguien esperando a que posiblemente te rechace o que por una bendición divina te acepte... —nótese su sarcasmo

— Mira. Tú solo preocúpate en ensayar bien la canción y yo del resto, ¿Está bien?

— Bien. Si lo dices así, confío en ti.—por un instante sus últimas palabras detuvieron mi corazón— Me tengo que ir. Tengo que practicar la canción y tengo que rezar también.— eso último hizo que sonría.

— Bien. Nos vemos mañana. Tu hora es 9:45 am, después del grupo de Luhana, creo. Y no te preocupes. Relájate hombre.

—Esta bien, adiós Mujer — después de decir esto se fue sonriendo. Me agradaba verlo sonreír, al menos al ayudarle le agradezco por ser mi amigo.

[...]

Jessey Antony mejor ya ni vengas y date por muerto. Si Maddie no te mata, contratará un asesino profesional.

Son 9:35 de la mañana. En diez minutos le toca entrar. Creo que no va a llegar, creo que no lo hará.

Es un cobarde. ¿Cómo rayos entonces quiere obtener eso? Es un completo y total tonto gafo estupid...

— Mad... die... Llegué...—volteo a ver con una cara de pocos ánimos al que se hace llamar mi amigo— No... Me... Ah... Maldi... tasea.

Mi pensamiento fue interrumpido por mi azabache amigo. Debo decir un muy agitado y sudado amigo que me sujetaba del hombro para no caerse.

— ¡¿Que pasó?! ¡Faltan solo cinco minutos! ¿Qué hacías?—le solté sin más.

Cuando recuperó por completo la respiración habló — Anoche practicando se me rompió la cuerda. Y tuve que esperar hasta hoy para que la arreglen. Pero, aquí estoy... ¿Qué hago?

Largué un suspiro — ¿Ves aquel estrado de ahí, frente al mural que hicimos? ¡Pues solo sube y cántanos, chico! ¡Ya estamos sobre el tiempo! — creo que me exalté.

— Bien, ya voy, patrona. Eh, ¿tengo oportunidad de retirarme ahora?

Me va a dar un tic nervioso.

Paciencia, Maddie. La paciencia es una virtud.

— Jessey, lo harás bien, confío en ti. Lo harás genial, te lo aseguro. Yo estaré aquí por si me necesitas.— le regalé una sonrisa de confianza.

Terminando de decir esto. Me abrazó con fuerza y volví a escuchar un «Gracias» en un susurro. Y subió al estrado.

— Eh, hola. Soy Jessey Black... Y voy a cantar una canción dedicada a una persona muy especial para mí. Y espero que con esto, me pueda dar lo que tanto espero.

“¿Ya debo llamar a la policía reportándote como asesina? 😳”

“No, aún no.”

“¿Debo llamar al asesino profesional, entonces? 🤔”

“🤣🤣 tampoco. Milagrosamente, Jessey se ha salvado de su muerte hoy.”

“Vaya, nadie se había salvado de tu furia. No desde Samu.”

Automáticamente mi pecho duele, y sostengo el teléfono con fuerza.

“Jeni, no me gusta hablar de eso, y lo sabes. Por favor, no.”

“Bien. No lo haré, solamente creo que es tiempo que lo dejes atrás. Y si necesitas a alguien, nos tienes a Jessey y a mí.💕”

Levanto la mirada del teléfono para ver cómo Jessey está a punto de empezar a cantar. Sonrío.

“Sí, gracias a Dios por tenerlos a los dos.✨❤️”

🎤❤