Cincuenta y uno
Cuando escucho el despertador sonar, y logro abrir los ojos, me es imposible aún creer que lo que pasó el día de ayer haya sido verdad, mi cerebro aún piensa que es un sueño. Pronto caeré de la cama y despertaré del todo.
Pero nada, cierro mis ojos y los abro de nuevo. Lo veo a él, mi mejor amigo sigue aquí conmigo.
¡Sigue ahí contigo! ¡Los van a ver tarada! ¡Muévete ya! — grita mi yo interior.
Entonces me doy cuenta de que ya son las seis y cuarto. Según recuerdo la mamá de Jessey entraba seis y cuarto.
Rayos.
— Jess... Jess... ¡Despierta ya! —le dije moviéndolo— ¡Jessey! ¡Te harás tarde y descubrirán que no dormiste ahí!
— ¿Uhmm? ¿Ahhh? ¿Qué? —dice somnoliento — ¡Joder!
Lo miro sorprendida ante esa palabra que dijo, se tapa la boca y yo solo río. Se ve gracioso cuando dice eso.
— Perdón. Rayos me quedé dormido... Me voy antes de que tu mamá o la mía entren a nuestras habitaciones. Nos vemos al rato.— dijo lo más rápido que pudo.
Diciendo esto, me dio un corto beso en los labios, un abrazo como si él también pensara que todo fue un sueño, y sin más desapareció por mi ventana.
Agradezco que haya salido antes de ver lo roja que me ponía por haberme dado un ligero beso antes de irse.
Me paro, me siento y me vuelvo a parar. Esto es lo mejor, me encanta, Jessey me encanta.
Me tiro a mi cama y me muevo como loca de la felicidad, mis pies se mueven juguetones y agarro las sábanas, me giro y me giro, esto es realmente bueno. Nunca pensé que podría ser tan feliz como lo soy ahora.Y mi felicidad se ve obstruida por la gravedad. Maldita gravedad, al estar girando mi cuerpo ya no encuentra más espacio para girarse y caigo de la cama, dejando un golpe seco.
— ¿Maddie? —pregunta mi madre entrando en la habitación — ¿Qué pasó, querida? ¿Te caíste?
— No mamá, no me caí. Solo que mi cara quería ver cuán limpio está el piso, y al parecer mi cuerpo también.— le digo sarcástica y no puedo evitar reírme.
— Ay hija, al parecer la felicidad volvió a ti.— y me acompaña en las risas— Bueno, ya. Alístate que Jessey ya no demora en venir.
Solo pensar en que dentro de poco lo veré en la mesa sentado tomando el desayuno que le ofrece mi mamá me vuelve loca.
Ahora sí que estoy nerviosa, y no sé qué ponerme. Reviso varios conjuntos, pero al final me decido por mi favorito, mi camiseta roja a cuadros, una blusa a tirantes blanca, jeans azules oscuros y mis vans rojas.
Bajo con la mochila al hombro izquierdo, cuando sucede algo como ocurrió hace tiempo pero esta vez es diferente.
Papá bajó antes que yo, otra vez a tomar el desayuno, y para mi mala suerte, y la de Jessey, él ya está aquí. Y yo otra vez estaba escuchando desde las escaleras.
— No entiendo lo que tratas de decirme, Jessey —dice mi padre con voz ronca.
— Eh... Es que, hace tiempo, yo... Yo le dije que tenía una hija muy hermosa... Y pues, que antes éramos amigos... — mi amigo sonaba nervioso
¿Amigo? ¿Es en serio? ¿Después de todo? —dice mi yo interior y yo la obligo a callar.
— ¿Eran amigos? ¿Acaso ya no lo son? —preguntó mi padre con curiosidad.
— Sobre eso es que quiero hablarle, también le mencioné que cuando... Pasara algo más con ella, yo... Ustedes serían los primeros en enterarse... Y pues.. Yo... Yo... Quería su permiso para salir con su hija.— lo último lo dijo lo más rápido posible que hasta ni yo le entendí.
— ¿Cómo dices? ¿Salir con mi Maddie? — parecía que salía humo de sus fosas nasales.
— Eh... Sí, eso es lo que quiero señor West. Se ha convertido en una persona muy importante para mí, ella le da sentido a mis bromas y a todas las cosas que hemos pasado. Ella es mi mejor amiga y mi todo ahora. Si usted me permite, la cuidaré como a una hermana y la voy a querer como no he querido a nadie.
— ¿Sabes? Una vez yo también hice lo mismo que tú estas haciendo ahora. Y, un chico como tú, no pensé que mi pequeña creciera tan pronto. Y más cuando aún sigue siendo mi bebé.— dijo mi padre conmoviéndose.
— Señor, en serio, mis palabras van en serio, yo, al igual que usted y la señora Julie, deseo lo mejor para Maddie, y... Como le prometí hace tiempo, la seguiré haciendo feliz y estaré para ella, en todo momento, en todo lugar.
— Bien, eres el hijo de Jhon y Nora unos padres ejemplares, y no dudo en que ellos te han enseñado a ser una buena persona.— pude sentir sus pasos alrededor de la mesa — Así que diré que sí. Julie, ¿Qué dices tú, querida?
— ¡Oh, querido! — habla mi madre— ¡Yo ya lo sabía desde ayer! — dijo con un tono de superioridad.
— Bien, creo que ya debemos de cambiar la escena, esto se parece mucho a esa canción. Donde el señorito viene a decirle al padre que su hija le gusta.— y mi padre suelta una risa y mi novio lo acompaña.
Bajo despacio y encuentro el ambiente tenso, muy tenso. Esto es lo más raro que un chico — y digo uno porque nunca ha venido nadie más— a decirle a mis padres que quiere algo conmigo.
Saludo a mis padres antes de hablarle a Jessey.
— Jess, ¿Nos vamos? — le digo nada más al verlo.
Lo hizo a la vieja escuela. Pero fue algo que mis padres lo tomarán en serio.
— Julie, querida, prepara la escopeta— dice mi padre serio.
Jessey agarra mi muñeca del miedo y me mira de manera suplicante.
— ¡Es broma, es broma! — dice papá riéndose — Aunque ya sabes lo que puede pasar si le haces algo a mi bebé.
Jessey traga saliva y duda— Sí, Señor.
— ¡Ay papá! — le digo— ¡Ya basta! ¡Con esa escopeta vas a parecer el señor del juego Swamp Attack!
Al ver que solo Jessey sabe de qué juego se trata, ambos reímos, nos despedimos y salimos.
Me alegra saber que ya solo falta una semana y adiós preparatoria. De todo esto depende de a qué universidad vaya. Y... También de la de Jessey.
Pensar en que solo estaremos juntos cuatro meses más, ya que luego nuestras notas decidirán a qué universidad iremos, me entra un sentimiento horrible que me recorre la espalda como si una corriente de agua fría invadiera mi cuerpo. Y sí, eso es el miedo. Miedo de perder a quien quiero y mi felicidad.
Pero, no todo es eterno, a veces solo es pasajero.Y yo ruego porque lo que sentimos Jessey y yo, dure por más tiempo que nos lleve estar en la universidad.
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De Mejores Amigos a Novios
RomanceMaddie West, una chica común y poco sociable entra a una nueva preparatoria, pues por el trabajo de su padre tienen que mudarse a otra ciudad. Por una casualidad, llega a conocer a Jessey Black, quien llega a su vida para darle un toque de su chispa...