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Veintitrés

Cada día apreciaba más a Dylan. Se podría decir que lo comenzaba a querer. Me llamaba por las noches. Me escribía. Me esperaba a la salida, aunque eso era difícil de controlar ya que Jessey iba con nosotros. Y era difícil tratar de que se llevaran bien.

Y cada vez tenía menos miedo a que me pasara lo mismo que con Samuel. Creo que todo está yendo bien.

— Toma, para el cumpleaños— dijo Dylan, entregándome una invitación—, es éste sábado. A las 9 en punto, linda.

— Mad, ¿Puedo ir contigo verdad? — Jess me miró con su mejor carita de perrito — Sabes que yo soy buen acompañante y protector.

— Nadie te invitó, ¿sabías?— Dylan le lanzó una mirada que mataba

— Eh... Pues... Pues —ambos me miraban esperando la respuesta.

Estos son peores que niños. Espero que algún día estos me terminen por pagar el botox.

Jessey es mi mejor amigo, no lo dejaría. Dylan es mi novio y tampoco lo dejaría.

— Jessey va conmigo Dylan. Él puede encargarse de traerme a casa a la salida. Ya que es una fiesta familiar no creo que sea bueno que salgas así por así y más cuando aún no me presentas a tu familia.

Refunfuñó — Está bien. Puede ir el perrito fiel — enfatizó las últimas palabras

— ¡¿A quién le dices perrito fiel, eh?!— el control de Jessey lo tomó ira.

Ay no. Por favor no. Otra discusión no.

— Miren chicos, ¡Ya basta! Jessey a nuestra calle. Y Dylan me llamas al rato. — empujé a mi amigo para llevarlo a su casa. Mientras Dylan se iba solo.

POV Jessey

No sé qué hacer. Ya no aguanto. Ya no lo soporto. Detesto verlos juntos. ¿Por qué detesto verlos juntos?

Que ciego que tonto
Jamás me di cuenta que estabas tan cerca tan cerca de
Hoy eres mi amiga y piensas en otro
Que triste que sólo me quede sin ti
Con una palabra quizás con un beso
Con menos que eso yo seré feliz
Alegrame siempre, en cada mañana alegrame el día cuando estés aquí

Al escuchar esa parte de Alegrame el dia sonar en la radio le lancé un cojín y se apagó.
Odiaba verlos juntos. No sé qué hacer. Esto empezó... no sé cuando empezó. Pero estaba seguro que todo iba hacia Maddie.

Cuando iba a verla, se me hizo costumbre y me gustaba verla todas las noches. Aquella noche en la que entré en su habitación para pedirle disculpas, se veía muy linda durmiendo. Su cara tenía paz. Sus largas pestañas cubrían aquellos ojos cafés, y su largo cabello castaño, hacían verla muy tierna. Podía sentir como respiraba, con esa pequeña nariz, y sus labios rosados y delgados.

Pude sentir la sensibilidad de su piel cuando le toqué la mano. Quería abrazarla y decirle cuánto la había extrañado. Pero por error, hice otra cosa. La empecé a mover para que despertara.

Cuando me contó que estaba saliendo bien con Dylan, algo dentro de mí se encendió como otra cosa se caía. Maddie se fijó en mí, pero le sonreí y dejó de preocuparse. Algo en él no me cuadraba, sentía que lo que le decía a mi amiga era... Diferente.

Cuando Mad se quedó dormida cerca de mí. Pude sentirla más cerca que nunca. Agradecí que me hubiera perdonado. La levanté con mucho cuidado, la acosté en su cama y la cubrí con su sábana.

Hice algo, que ni yo creí que sería capaz. Le di un leve beso en la frente.

Esta chica saca lo mejor de mí. Pero no, ella está con Dylan aunque me cueste aceptarlo. Hay límites que no se deben cruzar. Y Maddie marcó los nuestros cuando empezó a salir con Dylan.

Sábado 🌃

POV Maddie

Mamá me compró un hermoso vestido para la fiesta. Era de un color amarillo maíz, corte corazón, con un cinturón negro y un broche justo en medio. Tenía la falda en vuelo, justo como me gustaba. Además compró unos zapatos de tacón negro a juego. No me gustaban los tacones, prefiero mis vans, pero es una fiesta así que... No tenía de otra.
Me maquillé levemente. Me puse aretes y collar a juego. Mamá me ayudó con el peinado.

Jessey había venido a verme para ir. Estaba esperando abajo. Cuando me vio bajar, puso una enorme sonrisa.

Nunca había puesto esa sonrisa.

— Ésa sonrisa le hace ver más tonto, joven Black — me reí por lo bajo

— Es que tengo a una hermosa señorita como amiga.— me guiñó un ojo.

¿Está coqueteando conmigo? No.
Está siendo él, está siendo Jessey.

— Estas hermosa, pequeña.— mi padre se acercó y me besó la frente— Te la entrego así y así regresa eh Jessey. Cuídala.

— Sí, Señor West. Pierda cuidado. Es hora de irnos, señorita por aquí. Buenas noches señores.

Estando afuera le dije a Jessey:— ¿Qué fue eso? Déjate de formalidades, Black.

Miré como iba vestido, pantalón formal, zapatos formales, camisa blanca y corbata del color de la invitación.

— Oye, tú también estas ... Guapo — infló su pecho, al instante me retracté — Aunque pasable sería mejor. 

Llegamos al auto de su papá y subimos.

— Ah, por cierto. Jeni dice que eres un idiota y que no debí disculparte.

— Ja ja ja. Jini dici qii iris in idiiti i qii ni dibi dicilpirti

Le metí un golpe por menso.

— Auch, Maddie— se quejó.— Mejor tomémonos una foto, ya que así no estamos todos los días.

Decir que nos tomamos una foto sería poco, nos tomamos varias y con todas las caras graciosas posibles.

— Aunque no lo diga siempre, eres increíble, Mad— me dijo mirando las fotos— Me alegra tenerte conmigo.

— A mí también, Jess, a mí también. Vamos ya, es tarde.

Empezamos el camino hacia la fiesta de la prima de Dylan. Estaba ansiosa de ver a Dylan de traje y corbata. ¿Se verá igual de guapo que Jess?

🌻

De Mejores Amigos a NoviosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora