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Cuarenta y cuatro

POV Maddie

Y de nuevo se fue así, sin más. Recogí la basura y decidí ir a dormir. Yo y mi yo interior teníamos un discusión, entre de resignarme a que siempre seré su amiga o aunque sea volver a decírselo, claro, la primera vez fue en la terraza.
Y con esto me dormí.

Al día siguiente fui despertada por mi madre, quien había venido a avisarme que Jess llamó para decir que venía a recogerme en media hora.

— Oh rayos, olvidé la alarma.—salté desesperada de la cama.

— Maddie, ¿te ayudo en algo? —dijo mi madre.

— Sí mamá. Mete la ropa en mi bolso,  e incluye el bloqueador y las gafas de sol. —le dije mientras iba a mi armario.

Me puse el bañador primero. Un polo rosado con letras de diferentes colores, mi short negro y mis Vans negras.

— ¡Mamá! ¡No te olvides de mis sandalias! ¡Iré con zapatillas! —le grité mientras me peinaba.

Me hice una coleta alta, con unos pocos cabellos sueltos. Estos me hacían sentir libre, y más cuando el viento los agitaba.

Tal y como dijo, Jess pasó a por mí en media hora en el auto de su papá. Me despedí de mamá, quien en seguida nos fuimos, fue a la casa de mi amigo para ver a, su ahora nueva amiga, Nora.

El viaje fue como el de siempre, fuimos cantando y bailando, olvidé lo que pasó anoche porque no quería estar molesta con él, y además hoy iríamos a una fiesta en la playa. Me encanta la playa, ver el mar y el sol ocultándose en él, dando por terminado el día para dar entrada a la noche.

Cuando llegamos, su prima, Andrea salió a vernos. Su casa de playa era inmensa. Si ésa era su casa de playa no podía imaginarme su casa normal.

— ¡Antony! —saludó a su primo con un beso en la mejilla — ¡Qué alto estás! Ow, primo, hace tanto que no te veo.

— Hola Andrea. Si tanto tiempo llamas a seis meses desde el cumpleaños de Jake.

— ¿Y quién es ella? ¿Es tu novia? Al menos ella mejorará tu descendencia primo —y se carcajeó.

Sentí como se me hacían rojas las mejillas, y miré de reojo a mi amigo, quien estaba de la misma forma.

— No, ella no es mi novia, es mi amiga y vecina. Maddie, Andrea —dijo señalándome— Andrea, ella es Maddie.

— Oh —la chica se sorprendió ante la incomodidad de su comentario, pero se le pasó rápido— ¡Hola! — me abrazó— ¡Que bueno! Eres muy bonita, y mi primo es muy feo. Lo sé, pero qué se va a hacer, algunos nacen así.

Miró a Jess, quien estaba rojo, pero de la ira, y su prima solo se reía. Ya entiendo porqué dice que «se esmera en hacerme la vida imposible».

Jessey, ¿feo? Yo no le veía nada de eso. Tenía el cuerpo trabajado, unos ojos que hipnotizaban, un cabello color azabache único —para mí— y una sonrisa que enamora. De hecho otra chica estaría como yo, babeando mentalmente.

Nos hizo pasar y nos presentó a sus amigos, de los cuales el nombre no recuerdo mucho. Todo el mundo pensaba que Jess era mi novio, y yo su novia, pero cuando les decíamos que éramos mejores amigos, nadie se lo creía.

Al poco tiempo salimos a la playa, Andrea, con la ayuda de su madre organizó todo, y con la ayuda de sus amigos, pudo traer música y bebidas, con alcohol.

La música salía extremadamente fuerte por los amplificadores, y todo el mundo bebía, no había más de veinte personas, incluidos nosotros. Jessey me prohibió todo tipo de bebida, pero él me daba un poco de la suya a veces, como para decir que no era aguafiestas o algo así. La mayoría de la mañana y tarde se la pasaron bailando y bebiendo.

— ¡Al agua! — gritó uno de los chicos, y que estaba muy ebrio. Todos corrieron al agua, y se iban quitando la ropa, quedando en bañadores, menos yo.

Jess no se dio cuenta de que no fui hasta que su prima le dijo. Mi amigo volvió a por mí.

— O te sacas eso o lo hago yo.— me dijo, lo cual hizo que me ponga roja— O vas al agua o te llevo yo.

No quería que él me sacara la ropa, así que yo lo hice. Y ni bien terminé me cargó sobre sus hombros y me llevó al agua.
Cuando el agua le llegaba a la cadera me bajó. Como era más alto que yo, el agua me llegaba a la cintura.

Jugamos por un rato. Hasta que él declaró el inicio de la tercera guerra mundial. Me llenó de arena mojada en todo lo que se veía de mi cuerpo. Le lancé esa mirada de terror, y al verla, comenzó a correr.

Creo que corrimos cerca de diez metros, hasta que hizo algo que nos puso a los dos en una rara situación.

Mientras corría detrás de él, se dio la vuelta y se paró en seco. Yo corría y no me dio tiempo de frenar, lo que hizo que me fuera de bruces contra él.

Caímos en la orilla del mar. Me miraba a los ojos, mientras me tenía agarrada a la cintura y yo tenía mis manos en su pecho.

Aquellas sensaciones de anoche volvieron, junto con las ganas de besarlo y sentirlo mío nuevamente. Y para mi sorpresa él me miraba de la misma manera. Subió una de sus manos y la colocó entre mi cuello y mi rostro. Me estaba atrayendo ligeramente hacia él, la escena de mi sala se volvía a repetir.

— ¡Cuidado! —gritó un chico a toda voz. Pero cuando nos dimos cuenta ya era muy tarde.

Una ola había llegado hasta nosotros, y no era de menos, si ya eran casi las cuatro de la tarde, generalmente a estas horas el mar empieza a ponerse bravo. Nos envolvió y nos llevó lejos de la orilla, tenía miedo. Jess estaba algo tomado y yo no. Eso significaba que nuestras fuerzas estaban iguales. Otra ola nos envolvió y me di cuenta que nos llevaba más atrás.

Menos mal que habían más chicos, dos de ellos vinieron por nosotros. Al fin me tranquilicé. Cuando llegamos a la arena seca, recibimos una reprimenda de su prima.

— ¡¿Están locos?! Está bien que estén enamorados y todo eso, pero no deben de alejarse del grupo. Y tú, ¡eres un irresponsable primo! ¡Tarado! — ambos nos sonrojamos.

Tarado.

Así le digo yo. Y claro, otras veinte cosas más.

Después de lo que pasó decidimos que era hora de entrar en arena seca de nuevo, y así lo hicimos. Formando un círculo.

Su prima se paró en el centro— Bien. Ya que la fiesta en el agua se acabó, la seguiremos aquí.—dijo ella— Jugamos: ¿Verdad o Reto, Nunca Nunca o Semana Inglesa?

Todo el mundo gritaba. Parecían una barra recién salida de un estadio. Su prima me tomó de la mano y me llevó al centro.

— Les presento a Maddie.— me levantó la mano — Ella es la mejor amiga y vecina de mi primo. No tiene novio, así que...

— ¡No! — Jessey gritó — ¡No la harás hacer nada! ¡Ella viene conmigo!

— ¡Antony, cállate! ¡Déjame terminar!— le espetó y él la fulminó con la mirada — Ella no tiene novio, así que, ¡pendejos le hacen algo y los dejo sin descendencia! — les gritó y me sonrió— Maddie, ¿qué quieres jugar linda?

No sabía en qué consistían aquellos juegos, así que opté por Semana Inglesa, tenía inglesa así que supuse sería algo relacionado con el inglés.

— Semana Inglesa.— dije con temor.

Pero no fue así. No me esperé nada de lo que vino a continuación.

🏖

De Mejores Amigos a NoviosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora