Cuarenta y dos
POV Maddie
Pareció que dormí una eternidad. Cuando desperté estaba en la tienda de Jessey, entonces recordé que ahí me quedé dormida. Escuché su celular sonar y salí para verlo.
— ¿Hola? —escuché su voz somnolienta y un bostezo— Okey Andrea... Espera, ¿Y para eso me llamas a primera hora? Estas loca, no sabes que la gente también duerme? Me hubieras enviado un mensaje. Ya sí, no no hay problema, en la próxima semana ya terminamos y solo queda el baile de primavera. Ya sé. Sí. Adiós.
— ¿Jess? —dije entrando en la tienda
— ¿Uhmmmm?
— ¿Era tu prima?
— Sí, la muy desquiciada me llama a primera hora para decirme que su fiesta será el domingo, se esmera en hacerme sufrir... Bueno, Mad, ¿tienes algún problema en que sea el domingo?
— Uhmmm, no. Tenemos Literatura, así que para ese examen no estudio. Por cierto, buenos días.— terminando esto le sonreí
— Bueno en ese examen me vas a tener que ayudar, es sobre... La literatura medieval, y nadie mejor en eso que tú —pareció que recordó algo — Buenos días, Maddie.— y sonrió de una manera tan bonita que no había visto esa sonrisa desde que Rouse le dijo que sí.
Eso removió algo en mí que tuve ganas de salir de allí.
— Jess, me tengo que ir a casa, papá no demora en salir y mamá tiene que ir al supermercado.
— Okey Mad, nos vemos dentro de una hora para ir a clase.
Dije esto, recogí mis cosas y salí. Llamé a mamá para que me abra la puerta y subí corriendo a mi habitación. De pronto sentí un dolor inmenso en mi estómago.
No le tomé importancia y elegí mi ropa para vestirme.— ¡Maddie, Querida! ¡Ya me voy, tu padre me llevará! ¡Nos vemos hasta la tarde, cielo! —mamá me gritó desde la planta baja y escuché la puerta cerrarse!
Terminé de alistarme y fui al baño para cepillarme los dientes y lavarme la cara. Me entran unas ganas tremendas de hacer pis, y no lo dudo.
Y pasó. — ¡Maldita sea!— gruñí— ¡Cómo rayos me pude haber olvidado un día como éste! ¡Y ya no tengo reservas! Mamá ya no está, no hay nadie. ¡¿Qué hago?!
Fue cuando recuerdo que tengo un mejor amigo vecino, y sé que es tan caritativo que me hará un pequeño y vergonzoso favor.
Le marco a su celular y contesta al segundo timbre — ¡Jessey! ¡Te necesito urgente! Ve al minimarket de aquí cerca y compra lo que se necesita... Cuando... —no sabía cómo decírselo— cuando... ¡Cuando viene Andrés!
— Pero Mad, ¿Qué? ¿Andrés? ¿Quién es Andrés? ¿Te encuentras bien? — sonaba confundido.
Ay Dios, por qué hay hombres que a veces no entienden.
— ¡Jessey! Necesito que vayas al minimarket y compres toallas higiénicas. Hoy tuve mi periodo. ¡¿Así entiendes mejor?! —le grité
— ¡Wou! Ustedes si que son agresivas en sus días... —solté un suspiro de enojo —Pero Maddie, eso no compran los hombres. Rayos y mamá ya se fue a ver a mi tía. ¡Doble rayos! ¡Estamos sobre la hora!
— ¡Entonces ve rápido! O no podré salir en todo el maldito día. Ve rápido por favor, luego te lo devuelvo. — le rogué
— Ay Maddie.— suspiró— Está bien. Lo haré por ti. Me debes una.
POV Jessey
— ¡Entonces ve rápido! O no podré salir en todo el maldito día. Ve rápido por favor, luego te lo devuelvo.— eso me dijo con esa voz de cuando necesita algo.
—Ay Maddie.— suspiré —Está bien. Lo haré por ti. Me debes una.
Terminé de decir esto y salí corriendo de mi casa. En tres minutos ya estaba en el minimarket.
— Ahora, quién sabe dónde estará el área de toallas. Ay Dios.
Caminé pasillo por pasillo, hasta que encontré un área de color rosa, en el cual también estaban tres chicas, viendo cuál de todas llevar.
¿Cómo rayos vas a sacar eso sin que las chicas te vean o hablen de ti? — habló mi yo interior
Era hora de un plan. Trataré de coger una mientras hago que veo la marca o algo de los cepillos para mujeres.
Miré a las chicas, estaban hablando y de vez en cuando me miraban. Mientras que con una mano agarraba un cepillo de dientes, tenía la otra estirada hacia la toalla.
Mis dedos no la encontraban. Las chicas voltearon a verme, tuve que recoger mi brazo. Dejaron de verme y volví a estirarlo, ya la sentía en mis dedos, solo un poco más. Cuando la tuve por completo, la jalé y no pude evitar caer unas dos del costado.
Salí corriendo de allí y fui directo a la caja registradora.
¡Qué vergüenza!
— Buenos días, solo... Me llevo esto... ¿Cuánto es?
La señorita me miró de una manera rara y luego pasó el producto por el código de barras — Son cinco soles con cincuenta centavos. — le pagué y lo metió en una bolsa.
— Aquí tiene, gracias. — ni bien me dio la bolsa, fui caminando hacia la puerta, y una vez allí, volví a correr a la casa de Maddie.
Al llegar, tuve otro obstáculo, la puerta. — A nada— me dije—, subiré por el árbol.
Y así lo hice. Entré por la ventana.
— Maddie, ya estoy aquí...— toqué la puerta de su baño —Me debes un favor grande, casi muero de la vergüenza ahí.
— ¡Gracias a Dios, Jessey!— la escuché decir, su voz era como eco — Ya lo sé. Déjalas en la entrada y sal de ahí. Yo las cojo.
Las dejé y me aparté. Abrió ligeramente la puerta y jaló el paquete como una ráfaga. Tardó un poco en hacer lo que sea que hagan las mujeres ahí dentro.
Mientras tanto, yo volvía a normalizar mi respiración. Sí que me había agitado. Hasta que por fin, salió.
— ¿No pudiste haber traído de las otras? — me dijo.
— No molestes Maddie, ya mucho hice con ir y comprártelas. Me debes dos favores.— me quejé.
— Estaba bromeando, tonto. Gracias en serio. No sé que sería de mí sin ti ahora. — y me abrazó — ¡Iug! ¡Estás sudado!
— Que graciosa. Ah mira pues sí. Sucede que mi amiga me llama para hacerle un favor, y me manda corriendo, cómo esperas que no sude? —le dije— Pero ahora si no te escapas, me abrazas porque me abrazas. — terminé de decirlo y la abracé.
— ¡No! Jess, estás sudado, ¡fuera! Ay no, que feo. —trataba de soltarse, pero no podía — Ya suéltame. Vamos o llegaremos tarde.
Me retiré y bajamos, pero antes tuve que ir a mi casa para recoger mi mochila. Y nos fuimos a la preparatoria.
Sinceramente esto es lo más raro que he hecho en toda mi vida. Pero no importa, fue algo emocionante y un poco divertido. El hecho es que lo hice por ella, y no se me olvida lo que dijo: No sé que sería de mí sin ti ahora.
📦

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De Mejores Amigos a Novios
RomanceMaddie West, una chica común y poco sociable entra a una nueva preparatoria, pues por el trabajo de su padre tienen que mudarse a otra ciudad. Por una casualidad, llega a conocer a Jessey Black, quien llega a su vida para darle un toque de su chispa...