Extra :3

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POV Maddie

— ¡Jessey Antony! — grito por toda la casa — ¡Te dije que no dejaras que Thiago se ensucie de esa manera en el parque! ¡Y que vayas a recoger a Eliana de la casa de tus padres!

Gruño mientras lo sigo buscando a él y al pequeño Thiago. Dios, a éste paso me haré más vieja que mamá.

En los primeros meses de casados Jess y yo decidimos que ya era tiempo de tener nuestro propio espacio. Al principio me vi tentada de hacer que papá y mamá vengan a vivir con nosotros, necesitaba ayuda, yo no podía sola con la casa. Pero Jess y yo hablamos y decidimos hacernos cargo de todo, turnándonos y eso.

Al año de casados, después de largas horas sin querer comer, con las continuas náuseas y mis antojos de querer helado de chocolate en todo lo que comía; nos dieron la noticia de que estaba esperando un bebé.

Un bebé. El fruto de la unión de Jessey y yo, alguien que es mitad tuya y mitad de la persona que amas.

Jessey sufría soportándome en esos siete meses restantes. Recuerdo cómo casi se desmaya de sólo saber que las contracciones me mataban y ya había roto fuente. Primero había entrado en shock y luego estaba como loco gritando que dentro de poco tendríamos a nuestro pequeño.

Fuimos al hospital y después de ocho horas, justo en la noche, nació Thiago. Se parece tanto a Jess, definitivamente podría ser el gemelo de Javier. Sus hermosos ojos verdes, ese cabello revuelto, su manera de sonreír, cuando hace travesuras y me hace rabiar, dándole una reprimenda. Hasta cuando dice »Mamá Maddie« me hace recordar a Jess. Tendrá lo físico de Jessey, porque lo interior lo tiene mío, es hábil, le gusta leer y hasta ahora, dice que quiere ser Doctor.

Luego de dos años, nos dimos con la sorpresa de que nuevamente estaba embarazada. Y claro, esta vez quería mermelada en todo lo que comía. Lo sé, rarísimo. Pero qué va, así soy... Rarísima.

Y nuevamente nos veíamos en la espera. Cuando supimos que era niña, Jess rogaba al cielo porque fuera idéntica a mí. Los meses pasaron y nuestra familia volvió a crecer con la llegada de Eliana a nuestras vidas.

Eliana es realmente hermosa, tiene ojos grandes, castaños, y con unas largas pestañas. Una nariz fina y su cabello castaño ondulado. Cuando la tuve en mis brazos, parecía hecha de porcelana, me daba miedo cargarla, a pesar de que había cargado antes a Thiago, pero se veía realmente delicada.

Pero qué va, así de tierna y linda es una chica ruda. Dice a duras penas, que es fuerte y que será igual a mí. Y que encontrará a alguien igual a papi. Es decir a Jessey.

Jessey los adora, en especial a Eliana, es su pequeña consentida, seguida de mí claro. A mí me tiene que tener primero. Okey, tal vez sueno egoísta. Nos tenemos todos en primer lugar. Mi pequeño Thiago es sólo mío. Y de su papá claro.

Aunque si los tres se juntan, no me dejan siquiera dormir. Son unos revoltosos, y cómo olvidar la broma que me jugaron los tres. Pequeños engendros.

— ¡Jessey! — grité por segunda vez

— Tranquila mujer, Dios...— aparece bajando las escaleras hablando — A veces eres insoportable. Thiago ya está en la bañera y a Eliana ya la recogí, está dormida en su habitación. — dijo sentándose en el sofá de la sala, y tomando el control remoto

— Pues deberías de habérmelo dicho antes. Tú eres el insoportable, ¿acaso crees que trabajar y cuidar de los niños es fácil? — le reclamo con los brazos en jarra, colocándome entre él y el televisor.

— ¡Pf! ¿Acaso crees que trabajar y cuidar de los niños es fácil? — me imitó con una chillona voz.— Amor, por favor... Cariño, yo puedo con todo. Sabes que soy súper genial.

De Mejores Amigos a NoviosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora