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Cuarenta y uno

Ambos nos quedamos perplejos ante aquel hombre. Íbamos a gritar, pero uno tapó la boca al otro.

— Tal vez no nos ha escuchado o no nos ha visto. Son las dos, ¿quién estaría despierto a esta hora? — susurró Jessey. Tenía razón las cercas eran más altas que las tiendas y ya era muy tarde

— ¿Qué hacemos? ¿Crees que sea un ladrón? Los señores son doctores y no sé si hoy están de turno o en casa.— susurré.

— Lo que haremos es seguirlo. Y si vemos que trata de entrar a la casa por la fuerza, vale, llamamos a la policía. — dijo mi amigo

Así fue. Apagamos todo y lo seguimos con sigilo. Estaba tratando de entrar por la puerta trasera del jardín, obviamente. Y como lo predije, sacó un desarmador de su bolsillo y abrió la puerta sin demora.

— Oh por Dios. Maddie llama a la policía ahora. — Jess sonaba nervioso.

Le marqué a la policía, pero lo que olvidé fue de bajar el volumen.

Serás de tonta Maddie - habló mi yo interior

— ¡Maddie! —me gritó en un susurro— Apúrate, dile rápido, creo que nos ha escuchado.

Le expliqué lo más rápido que pude la situación y le di la dirección. Dijo que en cinco minutos estarían allí.

— Maldita sea— escuché decir a mi amigo.

— ¿Qué, qué? —estaba desesperada.

— Si nos ha escuchado. Y creo que viene para acá. Escóndete, ¡rápido!

Ambos bajamos nuestras cabezas de la cerca y nos apegamos bien a ella, quedando escondidos entre la maleza y los arbustos.

Volví a oír esas pisadas. Una respiración leve y a la vez rápida sobre nosotros. Subí la mirada y vi unos ojos profundos que no transmitían nada, y una nariz como si olfateara algo.

El tipo se dio la vuelta y decidió seguir su camino. Iba a pararme de golpe, cuando Jess tomó mi mano y solté un pequeño grito del susto, y de la acción claro.

Jessey achicó sus ojos y cogió una piedra. Sentí como el peso del hombre hacía que sonara el pasto del jardín. Volvió a mirar por la cerca, pero no encontró nada. Confuso, empezaba a ver el final de la cerca, para hallar una manera de subir, y fue cuando mi amigo lanzó la piedra. Hizo sonar la puerta de los Parker, el tipo se percató y regresó a su objetivo, la casa.

Maldita sea. ¿Dónde rayos se supone que están los oficiales? Dijeron cinco minutos.

— Jess, hay que distraerlo o los policías llegarán muy tarde.— pareció que moví mis labios y no dije nada.

Mi amigo me señaló el árbol y entendí su idea. Empezamos a subir rápido pero sin hacer ruido, no sin antes tomar piedras para la distracción. Y así lo hicimos, lanzábamos las piedras en diferentes lugares. El tipo iba y venía, iba y venía.

Mi corazón se detuvo cuando Jess al lanzar la quinta piedra, se desequilibró y de no ser por mis reflejos, hubiera caído. Lo sujetaba del brazo lo más fuerte que podía, pero no resistiría mucho.

Entonces, llegó mi salvación. Los policías entraron en la casa y encontraron al ladrón con las manos en la masa. Y supe que ya no aguantaría más, el brazo de Jess se me estaba resbalando, así que decidí caer con él.

Nuestros cuerpos hicieron un golpe seco. Nos reímos ante la caída y el miedo. Un oficial nos encontró y estuvo a punto de arrestarnos, pero cuando le dije que éramos del vecindario y que yo hice la llamada, nos dejó ir.

Los policías arrestaron al tipo y se fueron, no sin antes hacer un escándalo en el vecindario para darse de importantes, como si ellos lo hubiesen descubierto. Bah.

— Esta si ha sido una noche de terror épica. Tuvimos suerte hoy, otras personas no viven para contarlo— dijo Jess una vez en la tienda.

— Ah, si pues.— terminé de decirlo y bostecé.

— Creo que esto nos ha cansado. Ya son las tres, y deberíamos dormir. Mañana tenemos clase a primer...

Pero ya no lo oí. Cerré los ojos y me quedé tendida sobre los brazos de Morfeo que muy bien me recibían.

POV Jessey

Ni bien entramos, Maddie se quedó dormida, apenas dijo unas palabras y quedó rendida. Tenía miedo dejarla sola, además estaba en mi tienda, y no podía moverla, se veía tierna durmiendo plácidamente.

La observaba con detenimiento. Su cabello se había alborotado a causa del lío. Le pasé sus cabellos detrás de su oreja. Veía sus pestañas, su nariz y me fijé que tenía un pequeño lunar al costado izquierdo de ésta. Aunque sus ojos estuviesen cerrados podía ver esos ojos café que me deleitaban con su mirada. Le di un tierno beso en la frente, y al hacerlo volví a sentir su aroma, era como una droga para mí ahora. Quería más. Le di otro beso en su nariz. Ella se removió un poco a eso, creo que le hice cosquillas, eso me hizo sonreír por dentro.

Subí la mirada y mis ojos se posaron directo en sus labios, que estaban semiabiertos expulsando el aire de sus pulmones. Los deseaba, los quería, quería que su respiración y la mía se combinaran. Lo anhelaba, pero ella no lo sabía, no sabía que con el simple hecho de mirarme y sonreír con estos perfectos labios, me hacía muy feliz.

No lo hagas Jessey, ni lo pienses. Podría despertar, darse cuenta de tu ofensa y mandarte a la mismísima. Su amistad se arruinará y la perderás para siempre.habló consciencia

Esta tenía razón, pero lo bueno es que nunca la escucho. Y más cuando es algo que he querido y se me ha negado por mucho tiempo. Quería que el sueño de aquella vez, deje de ser sueño, que se haga realidad y pueda sentir sus labios junto a los míos.

Y no esperé más. La besé, la besé en los labios.
Todo el mundo se detuvo a mi exterior. Como tenía la boca semiabierta, no se me hizo difícil adecuar mis labios. Fue una extraña sensación, como si ellos ya se hubieran deleitado con los de ella.
Quería besarla apasionadamente, y más aún, que ella me correspondiera. Pero por ahora, me conformaría con este recuerdo. Ella entre mis brazos y yo besándola mientras duerme en ellos.

Sentí que despertaba, así que mejor me alejé y esperé a que se vuelva a dormir, entonces salí de la tienda.

Parecía una chiquilla enamorada, recordando el primer beso con la persona que quiere. Fui a la tienda de ella y aunque me acosté, no pude dormir, seguía pensando en ella, en su respiración, sus ojos, sus labios.

Y fue cuando comprendí que debía de decirle lo que sentía. Aunque el miedo al rechazo toque la puerta de mi vida de nuevo. Se lo diría, pero conozco a Maddie y sería imposible que ella me haga lo mismo que hizo Rouse. Ella no es Rouse. Ella es Maddie. Mi Maddie.

🌃🌌

De Mejores Amigos a NoviosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora