Ocho
Todos los días junto a Jessey eran una aventura. Desde la "oficialización" de nuestra amistad nos llevamos bien.
— Mad, ¿qué quieres comer hoy? Tenemos pizza, comida italiana, mexicana, española, brasileña, colombiana, new yérsika, afric...
Me río como una retrasada— Ya basta, sabes que esos tipos de comida no existen en mi paladar.
Creo que debo de cambiar mi risa. Sigo creyendo que es de foca retrasada mientras que Jessey dice que es de maniática retrasada.
Tarado.
Me llega un mensaje de Jeni y automáticamente lo leo.
“Amigaaaaaaa a que no sabes el chisme nuevito 🤭”
“😱 Cuéntame todo y exagera. Te leo al rato, estoy con Jessey”
“Siento que hará que te olvides que tienes mejor amiga. Aunque quién no se olvidaría teniendo a un amigo tan churro cómo Jessey. Mf 🤤”
“JAJAJAJA. Muy graciosa 😒. Yo no te olvido, te extraño.”
“Me agrada que sean amigos, ya no te siento decaída como antes. Todas las cosas pasan por algo. Cualquier día voy por ti, espérame baby 😘”
Sonrío frente a la pantalla del teléfono. Me encanta que Jeni sea mi mejor amiga.
— Aunque no me molestaría una brasileña, untada con... —Jessey seguía con lo de las comidas y técnicamente ver su cara mientras sueña despierto y babea como Homero Simpson no es nada lindo.
— Oye, ya basta. Quiero pizza, dejemos los tacos para la otra.
— Bien pizza será. Andando. ¡A Pizzaaaaaa Huuut, señores! —esos cambios repentinos de voz para hacerme reír me agradaban.
[...]
No sé cuándo comenzó mi papel de amiga pañuelo. Pero creo que comenzó desde que a Jessey le pasó algo en la Pizzería Giorgio's.
Seré de tonta. Hubiera elegido los tacos. Pero ya es muy tarde. Ahora me toca consolar a Jessey y Dios sabrá el por qué.
— Por favor, me da dos pizzas.— Jessey estaba en el mostrador—Una hawaiana y una americ...
Jessey no terminó de decirlo porque, en ese mismo instante, pasaba una chica de cabello rubio, largo y ondeado. Parecía que se lo arreglara todos los días.
— ¿Jessey? — fue lo único que logré decir, porque en ese momento me dejó a la orden para ir a saludarla. O al menos eso creía.
— Señorita— dijo la chica que atendía—, ¿desea alguna pizza más?
— Eh, sí. Son una hawaiana y una americana, por favor
Pagué y fui a sentarme con los pedidos. Jessey vino después con una cara hecha... ¿Cómo decirlo? ¿#!€&%*?
— ¿Jessey?— repetí—¿Qué pasó?
— Eh... Disculpa por lo de hace rato. Es que... Lo siento, no, no puedo... Mejor iré a casa. Te veo luego Maddie.
Oh no... Esto es malo, solo me llamaba así cuando hablaba en serio. Eso significaba que esto era serio, muy serio.
O malo, muy malo.
No podía dejarlo solo, no podía. Es mi amigo, y yo soy su amiga. Al menos eso dijo el día de la oficialización.
Las pizzas las pedí que me las dieran en caja para llevar y seguí a Jessey por un largo tramo hasta nuestra calle.
Se paró frente a la puerta de su casa. Cogió sus llaves y abrió. Dejó la puerta abierta. Por lo que intuí que quería que lo siguiera. Eso hice.Pude observar que su casa era muy bonita. Todo con un estilo hogareño y cálido.
Seguí a Jessey hasta lo que supuse que era su habitación. Se tiró de cara a la almohada. Me senté en la silla de junto al escritorio.— Jessey, ¿Ya me dirás lo que pasa? ¿O te golpeo para que me lo digas?
— No estoy para bromas Mad, quiero descansar.—eso lo dijo con una combinación de molesto más deprimido.
Baia Baia, lo que sea que le dió a Jess lo golpeó bien fuerte. Míralo, pobrecito.—escuché en mis pensamientos.
— Pues entonces, ¿para qué me hiciste pasar, eh?
Al final comprendió. Suspiró, un suspiro muy largo. Se sentó en su cama y empezó.
—Rouse. Es por ella.
Desde que oí «es por ella», ya me preparaba para una larga historia.
Ay Jessey, Jessey. Querido Jessey.
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De Mejores Amigos a Novios
RomanceMaddie West, una chica común y poco sociable entra a una nueva preparatoria, pues por el trabajo de su padre tienen que mudarse a otra ciudad. Por una casualidad, llega a conocer a Jessey Black, quien llega a su vida para darle un toque de su chispa...