53

9.2K 495 89
                                        

Cincuenta y tres

Ahora él era mi novio. Era raro entrar a la preparatoria con nuestras manos unidas. Era la sensación más grata y placentera que haya sentido, bueno no tanto como sus besos, pero sí me gustaba.

Harry, su compañero de algunas clases se acercó a él y platicaron por un buen rato, hasta que se despidieron y Jessey me dejó en el salón que me correspondía al día de hoy.

— Para hoy, te tengo otra sorpresa cariño.—me susurró antes de irse y sus palabras hicieron que mi cuerpo se estremeciera y mis mejillas se enrojecieran, además de la sonrisa tonta que le di.

Verdaderamente estamos perdidas habló mi yo interior.

Las horas de clase me parecieron eternas. Pero no podía ser tan impaciente por la sorpresa, él en la tarde aún tenía sus clases de música particular, así que no debía de desesperarme tanto.

Mamá me llevó al centro comercial para pasar el tiempo hasta ver a Jessey. Fuimos a ver muchas tiendas y a comprar cosas que hacían falta en casa.
Y lo que me indicó que la sorpresa estaba lista, fue un mensaje de Jessey.

Jessey <3: «El lugar en donde sueñas, es donde está la sorpresa, solo para ti, princesa. 😘 ».

Mi yo interior no dejaba de saltar, y es que hasta ahora, no podía dejar de pensar en que todo esto fuera tan real.

Ese enigma me trajo pensando durante todo el camino, y no podía dejar de pensar en qué lugar sería en donde sueñe. Obviamente que en mis sueños. Pero a menos de que Jessey fuera Morfeo no podía entrar ellos.

Pero ese enigma se resolvió nada más al entrar en mi habitación. Aunque al inicio estaba un poco oscura, debido a que ya era tarde a la hora que regresé con mamá, pude ver cómo brillaba una luz en mi armario.

«Tienes que encontrar el lugar en el que sueñes primero. 😘» Decía la nota.

— ¿El lugar en el que sueñe? —dije en voz alta.

Y entonces todo tuvo sentido. ¡Era mi cama! En ella dormía y cuando duermo, sueño. Obviamente que en ella soñaba. Maldita sea, cómo no lo pude pensar antes. Y viendo lo tonta que había sido, me reí en mi interior, aunque una que otra risilla se escapaba de mí.

Alguien de pronto encendió la luz y lo pude ver. Todas las fotos, que me había tomado con Jessey en momentos distintos, algunos que hasta poco recordaba, y las fotos de la proposición de ser su novia. Todos esos momentos estaban en un solo cuadro, con las iniciales de nuestros nombres al centro, junto a una foto donde estábamos besándonos.

Era perfecto. Simplemente perfecto. En la esquina de éste había una nota pegada. La cogí y la leí.

«¿Te gustaría ir al baile de primavera conmigo?»

Al momento que terminé de leerla mis ojos se encontraron con la persona que estaba detrás de la puerta, cerca del interruptor de la luz. Esos ojos verdes brillaban, y mi reflejo estaba ahí.

Fui hacia él, lo abracé y lo besé. Para luego asentir y decirle sí. ¿Acaso podía pedir algo mejor? Simplemente él me hacía feliz, y al hacerme feliz, él también lo era. Y pues, ya saben, eso de que si tú eres feliz, yo también lo soy. Es como un círculo vicioso ahora que lo pienso.

De Mejores Amigos a NoviosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora