Prológo.

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—Beth, maldita sea,¿podrías apurarte? —grita Grant desde la cama, no ha querido estas vacaciones, pero no tuvo más remedio que aceptar debido a la insistencia de todos.

—Ya, ya están listas las maletas. —camina de la sala de la habitación a la cama encontrándose con Grant con mala cara—¿Tú podrías quitar esa cara?

—¿No podemos quedarnos aquí y luego irnos? ¿También debemos viajar por toda Grecia como malditos locos?

—Grant. —reprocha ella y él se levanta con fastidio, que mal humor tiene este hombre—Niños, ya nos vamos.—llama Beth, Amellie y Ashton se levantan de la mesa de la cocina y se dirigen a donde están sus padres.

Ambos van vestidos de blanco, Amellie con un vestido corto y sandalias del mismo color y Ashton con una bermuda blanca y franela a juego. Beth lleva un vestido largo con un gran escote en la parte delantera y trasera combinado con unas sandalias beis, y Grant una simple bermuda beis, con una camisa de manga corta, y sus lentes ray ban colgando de esta, siguen con la tradición de vestir todos del mismo color.

Grant ya ha tomado dos maletas y cuando las levanta comienza a maldecir en bajo, Beth se acerca y le da un beso en la mejilla.

—Pareces un viejo, cariño.—dice ella sonriente.

No hace más que fulminarla con la mirada y luego sin si quiera prestarle atención a los niños sale de la habitación con las dos maletas, Beth toma las otras dos de los niños, su bolso con todo y les indica que salgan.

—¿A dónde vamos?—pregunta Ashton.

—A Atenas a ver los monumentos.—responde Beth con una sonrisa.

—Pero mamá, me gusta estar aquí.—dice el haciendo una mueca.

—Yo quiero conocer toda Grecia,¿podríamos hacer otros viajes?—dice Amellie y Beth ríe asintiendo.

—En otras vacaciones iremos a otro lugar, lo prometo.

—¿Qué tiene papi?—pregunta ella con el ceño fruncido, Grant está junto a la puerta del elevador sosteniéndola y mira todo con desesperación.

—A papi, no le gusta Grecia por lo visto.—sonríe Beth.

Los niños deciden no hablar más y se dirigen todos al elevador entrando, Beth mira a Grant y el mira a otro lado.

—¿Podrías sonreír un poco al menos?—le susurra ella.

Detesta las vacaciones, en realidad, detesta el calor y la playa, y todo lo relacionado con estar sufriendo y estar pegajoso todo el día, también odia no poder utilizar su chaqueta y tener que usar bermudas con una camisa, todo es patético, o tal vez no le guste Grecia, no se acostumbra.

Grant esboza una muy falsa sonrisa que hace a Beth rodar los ojos, los primeros días estaba malhumorado, luego se había olvidado del malhumor y sonreía, pero es Grant de quien hablamos, la bipolaridad jamás se le irá.

Bajan a recepción y uno de los botones se acerca con el carro y dejan sus maletas encima de este.

—Son tres días no veo la necesidad de llevar todo esto.—murmura Grant.

—Es necesario, además te quiero recordar que eres un hombre gruñón que se quiere cambiar cada tres minutos por el calor.—sonríe Beth.

—¿Se retiran?—pregunta el chico.

—Regresaremos en tres días.—responde Beth, el asiente.

Los niños caminan adelante y cuando Grant les va a seguir, Beth le toma del brazo deteniéndolo.

Same Old Shadows.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora